Se despide abril con sus aguas y mayo se presenta florido y feriado por la esquina de este fin de semana, celebrando el trabajo que escasea con el día internacional que lo inaugura. Otra hoja más que se ha de arrancar del prematuramente envejecido calendario de las vidas que se empeñan en administrar un tiempo escurridizo e imparable. Nuevas excusas que inventarse, viejo amigo, para creernos los cuentos que narran nuestra cotidiana superivencia en medio de la vorágine que nos atolondra y despista. Y ya sin apenas tiempo, como canta Patxi Andión, para transbordar estaciones que nadie sabe a dónde nos conducen. Lo importante es no derrumbarse y perder el tren. Chao!
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