jueves, 28 de febrero de 2013

Cuadernos de Almutamid

Con un salto en el tiempo y el espacio, la poesía va en busca de sí misma. Poetas contemporáneos de Sevilla se dirigen, el Día de Andalucía de 2013, hasta el norte de África para homenajear a un poeta que hace 10 siglos fue rey de Sevilla. Haciendo un bucle histórico que enlaza pasado y presente, los poetas de Cuadernos de Roldán quieren recordar a quien es considerado el máximo representante de la poesía andalusí de la última mitad del siglo XI, Muhammad ibs´Abad al-Mutamid, más conocido como Almutamid, último rey taifa, de la dinastía de los abadíes, de Sevilla, que murió desterrado en Marrakech tras ser derrotado por los bereberes. Y hasta allá, donde reposan sus restos en el mausoleo de Agmat, acudirá un numeroso grupo de miembros de esta tertulia sevillana para rendir tributo al inolvidable rey poeta de Ishbiliya, aquella Sevilla andalusí que se convirtió en el foco cultural más importante de la cultura islámica de la época.

"Almutamid" será el poemario número 77 de Cuadernos de Roldán, cuya portada es obra de Ahmed Ben-Yessef, el pintor marroquí (Tetuán, 1945) afincado en Sevilla desde 1966, donde han nacido todos sus hijos. La edición, con una tirada 300 ejemplares, está coordinada por el maestro Serafín Madrigal y el médico José María Bedoya, dos veteranos inquilinos de la tertulia, quienes tuvieron que desplazarse en dos ocasiones a Marrakech para no dejar cabos sueltos a una expedición poética que estará integrada por 84 de los 170  socios de una asociación que debe su nombre a Manuel Roldán, el tabernero que los acogió en 1987 para que contaran con lo que sería su primera sede social, tras la barra del bar, en la bohemia plaza de la Alameda de Hércules, de la capital hispalense.

La iniciativa de dedicar un Cuadernos al poeta andalusí partió de Serafín Madrigal, quien reconoce que pretendía entretener su recién estrenada jubilación con alguna actividad de envergadura, aunque desconocía que ello conllevara una preparación tan compleja. "Almutamid" consta de 64 páginas que recogen las obras de 28 poetas y 28 pintores, entre los que participan 5 representantes de la poesía y la pintura árabes, respectivamente. Un avión fletado trasladará en vuelo charter, directo desde Sevilla a Marrakech, a este grupo de poetas, pintores y simpatizantes de las artes hasta la tumba del rey poeta que acabó sus días en Agmat, en 1095, evocando en sus mejores poemas al tiempo perdido, la belleza marchita y su vida de leyenda. Un rendido homenaje de la poesía contemporánea a uno de los ilustres poetas históricos de Sevilla. Nada más lúcido para valorar el presente que la memoria del pasado, cuyas enseñanzas nos orientan el futuro. Descúbranlo en el texto poético de Ismael Yebra:

Ciudad Almohade

La misma luz, el mismo aire. Sol de infancia y días interminablemente azules. Me perdí por adarves y callejas, casas con portón, arcos encalados, atravesé pasadizos enigmáticos. Aquí un cafetín, allá un tenderete, algún que otro sacamuelas, artesanos por doquier.

Negras calesas de ruedas amarillas, tiradas por caballos cubiertos con sombrero de paja, iban por avenidas con palmeras, parterres de geranios, setos de arrayán y daban la vuelta tras llegar a un parque con olivos, naranjos en flor y albercas para el riego.

Un alminar al fondo, unas murallas. Sólo el canto del muecín fue capaz de deshacer mi trapantojo: Estaba en Marraketch... que no en Sevilla.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Andalucía en el calendario

Mañana se celebra algo tan artificial como el Día de la región, en conmemoración del referéndum que se realizó el 28 de febrero de 1980 y que sirvió para que Andalucía conquistase el estatus de Comunidad Autónoma por el artículo 151 de la Constitución, el reservado a las comunidades  históricas como el País Vasco, Cataluña y Galicia. A partir de ese reconocimiento se decidió extender el “café para todos” en la configuración territorial del Estado español, como una Nación conformada por 17 nacionalidades, algunas de las cuales aún pugnan por preservar unos “hechos diferenciales” que las distingan de las demás.

Así es como el 28 de febrero se convierte en una fecha festiva en el calendario regional, aunque este año se presente como una oportunidad más reivindicativa que conmemorativa. Tanto el PSOE (partido socialista que gobierna la Comunidad desde siempre en democracia) como Izquierda Unidad (los socios comunistas en la Junta), acudirán unidos a las manifestaciones convocadas en todas las capitales andaluzas junto a los sindicatos. Una piña de la que se quedan aislados los representantes del Partido Popular, los conservadores en el Poder central que implementan medidas reformistas y de recortes que serán objeto del rechazo de los manifestantes.

Para unos, este día recupera aquel espíritu reivindicativo primigenio que exigía para Andalucía la misma consideración que el resto de nacionalidades y que hoy sirve para denunciar el agravio con que la trata el Gobierno de Rajoy, al que se acusa de intentar doblegar la voluntad de una tierra que se resiste a ser gobernada por la derecha.

Y para otros, la jornada está siendo utilizada para confrontar con las políticas que emanan de Madrid y ejercer oposición desde la Junta de Andalucía, único reducto, además del Principado de Asturias, en el que la izquierda conserva cierto poder.

En cualquier caso, el Día de Andalucía continúa siendo una efemérides que impulsan y celebran los intereses políticos regionales, tanto en la oposición como en el Gobierno, sin que constituya, afortunadamente, la expresión de un verdadero sentimiento nacionalista de la población, ajena a diseños territoriales y al reparto de parcelas de Poder. Lo que no quita que se agradezca que se pueda disfrutar de un día festivo más en el calendario

sábado, 23 de febrero de 2013

A veces estoy loco

A veces me sorprende una llamada anónima que me responde silencio cuando inquiero su identidad. Y cuelgo. A veces me sorprende un sueño de fantasmas sin rostros que se desvanece cuando pretendo vivirlo. Y me despierto. A veces me sorprende oír pasos que me persiguen y, cuando me giro, no hay nadie. Y sigo solo. A veces el corazón me golpea acelerado el pecho y la respiración se agita como si acabara de cometer un delito a causa de un pensamiento. Y trabajo. A veces los sentidos se confabulan para alucinarme entre lo real y lo imaginario. Y me confunden. A veces dudo incluso si estoy cuerdo. Y escribo.

viernes, 22 de febrero de 2013

Crisis moral

Estamos inmersos en una crisis económica que se superará como todas las que conforman el carácter cíclico de estos espasmos del capitalismo. Mucho más grave que ello es, sin embargo, la crisis de credibilidad que está afectando, de forma paralela, a la política o, más concretamente, a los políticos, cuya relación con los ciudadanos genera una desconfianza nunca antes conocida y un rechazo a su labor rayano en la desafección total. Es esta crisis moral la que mayores estragos puede acarrear a la sociedad pues socava los cimientos del sistema democrático, paraliza las instituciones y erosiona la convivencia pacífica y ordenada de los ciudadanos. Si grave es la crisis económica, más preocupante es aún la crisis moral que la acompaña. Ambas, a pesar de generarse aparentemente por causas distintas, se influyen mutuamente, no sólo para perdurar en el tiempo, sino también para potenciar su virulencia y magnificar sus repercusiones letales. De esta manera, las crisis económica y moral están tiñendo de negro el tiempo presente, sumiendo a los ciudadanos en una apatía y un pesimismo del que obtienen réditos actores ocultos y algunos populismos radicales.

Lo triste es que sobran razones para la frustración en la política. Ni las medidas adoptadas para afrontar la crisis económica son justas y equitativas, ni el comportamiento vergonzante de muchos políticos y de la élite social, que priman la salvaguarda de sus privilegios frente a la solidaridad con la población, dejan lugar al optimismo o la esperanza. La inmensa mayoría de la gente asiste desprotegida al desmantelamiento de sus sistemas de auxilio público y a la eliminación de derechos que atenuaban su vulnerabilidad frente a las circunstancias y la voracidad de los poderosos. La crisis económica los conduce irremediablemente a la pobreza y la crisis moral los convierte en espectadores asqueados del saqueo que cometen del dinero de los contribuyentes unos delincuentes elegidos como representantes públicos. Ante semejante situación, lo raro sería que no se produjera una reacción aún más visceral de repudio y de ruptura que la que se percibe en la actualidad.

Porque si en el partido que exige el mayor sacrificio en la historia reciente a los ciudadanos anidan personajes, como el señor Bárcenas, que acumulan una riqueza inconcebible detrayendo en su exclusivo provecho los flujos legales, alegales e ilegales que pasaban por su mano, lo realmente extraño sería que esa formación política retuviera la confianza de sus votantes. Y si en la institución más elevada del Estado, la que debe representar al conjunto de la Nación, acoge a familiares que se comportan como auténticos sátrapas que menosprecian a los más humildes de la sociedad y los valores de honestidad y dignidad que debería encarnar, lo raro sería que mantuviera la lealtad, el aprecio y el respeto de su pueblo. El deterioro que causa esta brecha que se agranda por momentos entre la política y los ciudadanos es alarmante y la preocupación que genera su deriva da pánico. Pero nadie parece dispuesto a tomar cartas en el asunto.

Los grandes partidos nacionales (PP y PSOE) y a escala nacionalista (PNV, CiU) se aferran al mantenimiento de unas estructuras con las que controlan una red clientelar de relaciones entrecruzadas -económicas, políticas, sociales y orgánicas-, que les aseguran el reparto del poder de forma alternativa e indefinida. No tienen interés alguno en modificar una Ley de partidos que elaboraron a medida de sus intereses ni una Ley electoral que garantiza su elección ad infinitum. Menos dispuestos se muestran aún en hacer más riguroso el ineficaz control que el Tribunal de Cuentas debería hacer de sus contabilidades y manejos dinerarios. Las cajas-b y la financiación irregular continuarán siendo las fuentes de mayores ingresos que posibilitan la viabilidad funcional de estas entidades instrumentales de participación política. No sorprende por ello que ni la regeneración de personas ni la transparencia en las actuaciones, tan en boca de todos, apenas afecten a los partidos políticos, a pesar de los cantos de sirena que prometen auditorías y declaraciones patrimoniales de todos los dirigentes y cargos públicos. Están creados para la opacidad y la arbitrariedad en su quehacer práctico. Y así abonan el surgimiento de cuántos bárcenas sin escrúpulos integran sus aparatos de dirección, pudriendo en la desconfianza la vía que canaliza la participación activa de los ciudadanos para ejercer su derecho al ejercicio de la actividad política.

De igual modo, la visibilidad preclara de ámbitos inmunes a la justicia, que se elude por procedimientos dilatorios que desembocan en el archivo de causas gracias a la disponibilidad de recursos que garantizan la asistencia de correosos bufetes de abogados, capaces incluso de apartar de la justicia hasta los jueces más empeñados en combatir la corrupción, y la existencia de enormes privilegios entre una poderosa casta elitista que ya no oculta ni su avaricia ni su voracidad lucrativa, y que no sólo se libra de las consecuencias de la crisis que asfixia al resto del país, sino que incluso sale beneficiada de ella, hace que la ciudadanía sienta indefensión, abandono y maltrato por parte de una política que debería corregir estas desigualdades y procurar una equidad que brilla por su ausencia. Entre urdangarines, gurteles y rescates a los bancos -para los que no faltan medios públicos y privados de ayuda- y los desahucios, despidos y ajustes en el resto de “gastos” sociales -para los que escasea cualquier socorro-, se cava la fosa abisal que separa la política de la gente e incuba esa crisis moral de indeterminadas consecuencias.

Pero lo más  horrible de todo ello es que esta atmósfera de inseguridad y desconfianza que se ha instalado en la población no ha sido espontánea, sino que ha sido provocada por fuerzas que lo estiman conveniente a su estrategia de incrementar poder y ámbitos de influencia. Descargar el peso de las medidas contra la crisis sobre los más débiles de la sociedad y destruir la credibilidad de las instituciones y del sistema democrático apuntan a un objetivo que beneficia a ciertos sectores socio-económicos de forma clara en España y en Europa, donde el neoliberalismo está imponiendo nuevas reglas que no consideran útiles ni la democracia y ni un Estado de bienestar que valoran como derroche. Nos inoculan una crisis moral para que consintamos las recetas contra una crisis económica que también provocaron ellos mismos. Así pueden anunciarse como nuestros salvadores, a la voz de: ¡la bolsa o la vida!      

martes, 19 de febrero de 2013

¿Qué tiene que ver Bárcenas con Mónica Lewinsky?

No piensen mal: Luis Bárcenas no tiene ninguna relación de las consideradas “íntimas” –con o sin puro- con la célebre becaria Mónica Lewinsky. Que se sepa. Pero sí mantiene con ella una importante semejanza que debería subrayarse con mayor énfasis: son los medios de comunicación los que desvelan sus “historias” de mentiras y “relaciones inapropiadas”, desbaratando sus intenciones de ocultarlas a la opinión pública. Es la prensa la que muestra cómo son estos personajes y deja al descubierto todo el entramado de avaricias, pasiones, poder y engaños que guían sus vidas.

Hace justo quince años, el 17 de enero de 1998, una página de Internet, la “Drudge Report”, publicaba cómo el prestigioso semanario Newsweek retiraba de sus páginas una información relativa a una historia de relaciones sexuales que el entonces Presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, había mantenido en la Casa Blanca con la becaria de 21 años, Mónica Lewinsky. Una joven, alegre, atrevida e ingenua muchacha que es seducida por los encantos del Poder y que hace estallar el escándalo por sus confidencias a una “amiga” del Pentágono que grabó las confesiones. Si no llega a ser por el arrojo de ese modesto medio digital, cuya entrada acerca del denominado caso Lewinsky fue reproducida días después en primera página por The Washington Post, tal vez hoy nadie conocería ese affaire amoroso del ocupante rijoso del Despacho Oval, ni hubiera sido tan patente aquella máxima de Disraeli sobre la política: “el arte de gobernar a la humanidad mediante el engaño”.

Lo más relevante y menos escabroso del asunto es que a Clinton se le juzgó –y se le perdonó- no por adúltero, sino por mentir a los ciudadanos, ya que había declarado muy enfáticamente por televisión que no tuvo “relaciones sexuales con esa mujer”, ateniéndose a lo definido como tal por el fiscal especial del caso, Kenneth Starr. Fue una media verdad con la que trató de evitar su procesamiento, aunque finalmente se viera obligado a reconocer que mantuvo una “relación física impropia” con la becaria, lamentando haber “confundido” a todos. Abusando de los límites de la mentira para distorsionar los hechos, Clinton trató de enmascarar una realidad que los medios de comunicación iban desenmascarando conforme descubrían nuevos detalles morbosos de la “aventura” presidencial. Así, gracias al olfato periodístico del Drudge Report, se pudo conocer la “verdad”, aunque el proceso de impeachment a Bill Clinton acabara fracasando y su popularidad no sufriera apenas mella, como aún podemos comprobar.

Idéntica labor de desenmascaramiento es la que ha realizado en España el diario El País con la publicación de los papeles de Bárcenas. El periódico desveló, en su edición del pasado 3 de febrero, las pruebas documentales manuscritas del extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, que registran supuestas entregas de dinero negro a dirigentes del partido desde, al menos, 1990, incluyendo entre ellos al actual Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, así como pagos de otros gastos de la formación política y la recaudación de donativos de empresas y empresarios que presuntamente apuntan a una financiación ilegal y una contabilidad secreta -caja b- del partido en el poder.

Tampoco hay que olvidar que Bárcenas está, además, imputado en el caso Gürtel, la trama de corrupción vinculada al PP -que también fue destapada por el mismo diario-, por los indicios que lo señalan como uno de los destinatarios del dinero con que Francisco Correa, el cabecilla de la trama, “lubricaba” sus chanchullos en la Comunidad de Madrid, entre otras administraciones. Al estar siendo investigado en el Tribunal Supremo por presuntos delitos de cohecho y contra la Hacienda Pública, Bárcenas se vio obligado a dimitir como tesorero del PP en 2010, aunque su vinculación con el partido se ha mantenido hasta la actualidad, como demuestran las últimas revelaciones periodísticas.

Estos ejemplos tan elocuentes ponen de relieve el papel fundamental que desempeñan los medios de comunicación en una democracia. Incluso cuando una mayoría de ellos haya caído en lo que Fernando Vallespín llama “relación parasitaria” con la política y muestre tendencias ideológicas o empresariales que limitan su objetividad, siguen siendo la herramienta imprescindible que posibilita al ciudadano el acceso a un conocimiento, aún fragmentario, de la realidad y la formación de una opinión, nunca exenta de manipulación, sobre lo que sucede. Y aunque también puedan suponer el peligro de transmutarnos en meros consumidores de noticias, como denostaba Habermas, no puede negarse su utilidad para, en los casos más abyectos de inmoralidad política y social, ayudarnos a destapar el gran embuste que se esconde tras las bambalinas, ya sea para ocultar bajas pasiones, negar otras alternativas políticas posibles o amparar a delincuentes que se lucran del erario público. Intentan desvelar el simulacro con que se disfraza lo real, donde la representación ficticia de virtudes encierra simplemente avaricias, vilezas, hipocresías, lujurias y luchas de poder.

Y eso es lo que tienen en común Bárcenas y Mónica Lewinsky: les une la mentira consustancial al Poder

viernes, 15 de febrero de 2013

El paciente agradecido


Era un paciente agradecido, nada de lo que le hicieras lo molestaba ni ponía objeción a ninguna indicación terapéutica. Incluso disculpaba toda falta de habilidad que pudieras cometer con él, restándole importancia a pinchazos y hematomas. Era consciente de su estado y, sin embargo, no perdía el buen humor ni ahorraba palabras amables con las que agradecer atenciones y cuidados. Ante cada nueva prueba que se le propusiera, bromeaba para advertir que, a su edad, acabarían por descubrir cualquier cosa, pero si insistían... Narraba episodios de su vida que entretenían a quien le brindara un instante de tiempo y dejaba asombrados a los que consideran que los enfermos sólo hablan de su enfermedad. Su historia era una de tantas que se escuchan en una cama de hospital, sin más epilogo que el de hallarla vacía un día, justo cuando empiezas a encariñarte con el que la ocupa, dejándote sólo su recuerdo.

jueves, 14 de febrero de 2013

Dación por vida

Las repercusiones por los embargos de viviendas y los desahucios, derivados del impago de las hipotecas, están alcanzando en España proporciones dantescas. La dramática situación de verse en medio de la calle, sin ningún techo que cobije la misera, empuja a algunas personas a actuar a la desesperada y, en ocasiones, al suicidio. Las entidades financieras, que acudieron como moscas al ladrillo, ven volatizar su solvencia y hasta su propia viabilidad por los agujeros que les provocan miles de préstamos hipotecarios que, a consecuencia de la crisis económica (desempleo) y el estallido de la burbuja inmobiliaria (pérdida de valor), son un lastre para sus balances. No se pueden cobrar por mucho que presionen y amenacen a los deudores. Unos pierden dinero, pero otros sacrifican la vida. ¿Qué es preferible?

El martes pasado, el Gobierno tenía decidido votar en contra de una iniciativa legislativa popular (ILP) sobre la dación en pago que se había presentado en el Congreso mediante la recogida de un millón y medio de firmas y que coincidía en el tiempo (¿casualidad?) con un proyecto de Ley Desahucios que había impulsado. Sin embargo, en el último momento los parlamentarios del Partido Popular cambiaron de criterio y rectificaron su voto en el sentido de, gracias a su mayoría absoluta, permitir la tramitación conjunta de ambas propuestas. ¿Qué les llevó a rectificar?

Sólo durante la última semana hasta cinco personas se habían quitado la vida por culpa de los desahucios de viviendas. Un matrimonio de jubilados, de 67 y 68 años, se suicidaba acuciado por la pérdida de su vivienda en un pueblo de Mallorca. Un hombre de 55 años se ahorcaba en Alicante y otro de 56 se quitaba la vida en Basauri a consecuencia de los desalojos de sus viviendas. En Córdoba, un hombre de 36 años entregaba su vida desesperado por la reclamación de una deuda de 22.000 euros con Hacienda originada por los trámites de una dación en pago.

Hubiera supuesto un auténtico escándalo que el partido del Gobierno votara en contra de la iniciativa legislativa popular en medio de este drama. Es triste reconocerlo, pero sin muertos ni se hubiera molestado en abordar el mayor problema que afecta, junto al paro, a los españoles en la actualidad. Un problema que enfrenta a dos bandos: bancos y deudores, entre los que el Gobierno debe arbitrar medidas que posibiliten el entendimiento.

En una reciente comparecencia parlamentaria, ante la Comisión de Economía del Congreso, quedaron de manifiesto estas posturas radicalmente enfrentadas. Por un lado, el representante de la banca, Javier Rodríguez Pellitero (secretario general de la Asociación Española de Banca), negaba la gravedad de la situación e insistía en que no era necesario modificar la legislación para el cobro de las hipotecas, mientras que la portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Ada Colan, tildaba de “criminal” a la banca por rechazar la alternativa de la dación en pago y por haber causado este problema. Y negaba que fuera verdad que la dación en pago que impulsa la ILP (dación retroactiva, paralización de los desahucios y la creación de un parque de viviendas en alquiler social) supusiera el hundimiento del sistema: “El sistema se ha hundido solo y lo hemos rescatado los ciudadanos”. De paso recordó que la condonación de deuda ya existe: “Las inmobiliarias y las constructoras no pagan, algunos partidos tienen su deuda condonada y las entidades financieras también son morosas”.

En estas circunstancias, sólo cabe plantearse nuevamente el dilema entre perder dinero o la vida: ¿Qué es preferible? Por lo visto, el Gobierno no lo tuvo claro hasta que cinco muertes en una semana, un millón y medio de firmas y una espontánea manifestación frente al Congreso el día que debía votar la admisión a trámite de la ILP les hizo rectificar. Ojalá responda a una decisión sincera y admita su responsabilidad en la magnitud y gravedad del problema que los desahucios representan en España. Ojalá apueste por la dación en pago y por la vida, no por el dinero.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Flor de invierno

A veces, de forma inesperada, una brizna de esperanza transforma en primavera el invierno más cruel y desagradable, donde una flor de asombrosa belleza, tan delicada como vulnerable, brota entre la dictadura blanca que somete al paisaje. Sientes que está condenada a una existencia efímera y que su mayor virtud es la de proporcionarte una ilusión pasajera, que despierta la emoción de recordar tiempos pasados, cuando el sol acariciaba la piel. Desaparece con el adiós que le dedica un pensamiento aterido de frío. Goodbye, de David Sanborn.

 

martes, 12 de febrero de 2013

El Espíritu Santo se equivoca

El Papa ha dimitido. Benedicto XVI ha presentado su renuncia como cabeza visible de la Iglesia Católica, alegando no tener fuerzas para “ejercer adecuadamente el ministerio petrino”. Su estado de salud y una edad provecta le impedían continuar ejerciendo un cargo para el que fue ungido hace ocho años. A partir del próximo 28 de febrero quedará vacante la sede de San Pedro y un nuevo cónclave de obispos deberá convocarse para designar un nuevo Papa.

Un relevo que, en puridad, no debería tener mayor trascendencia si no se tratara de un hecho inaudito en una organización religiosa que pretende hacer creer que los Papas son señalados por el Espíritu Santo, que derrama sobre ellos la gracia de Dios, convirtiéndolos en sucesores espirituales del Príncipe de los Apóstoles y los dota con el atributo de la infalibilidad. Así deben creerlo los fieles que siguen los dogmas de un entramado organizativo no exento de luchas de poder e intrigas, en el que, como vemos, se puede presentar la dimisión, como en cualquier empresa.

Y aunque se trata de un hecho poco frecuente, no es la primera vez que esto sucede. A lo largo de la Historia de la Iglesia, hasta cuatro Pontífices renunciaron a ser vicarios de Cristo, es decir, representantes de Cristo en la Tierra y jefes de Gobierno de un Estado pequeño pero poderoso y complejo, cuya opacidad es proporcional a los misterios que maneja. No en balde muchos consideran que detrás de la dimisión de Ratzinger se halla su incapacidad para poner orden en una Iglesia aquejada de escándalos económicos, morales y de luchas intestinas de palacio. Aparte de los papeles del Vatileaks, durante el pontificado de Benedicto XVI se multiplicaron las denuncias sobre abusos sexuales cometidos por curas contra niños, la corrupción del Vaticano y hasta el encarcelamiento del mayordomo papal por espía, sin dejar de citar el conservadurismo que el teólogo Joseph Ratzinger, antiguo responsable de la Congregación para la Doctrina de la Fe -ex Santo Oficio durante la Inquisición- imprimió a su programa de gobierno, en el que rechazaba cualquier relativismo en la ortodoxia y el diálogo con otras religiones.

Toda esa mezcolanza de leyendas sobrenaturales y tramas de intereses terrenales que envuelve a la Iglesia católica (y a todas las religiones) queda, por obra y gracia de esta dimisión, reducida a su estricta esencia, cual es la estructura de una organización jerarquizada en la que sus dirigentes son nombrados en función de criterios... humanos, nada divinos. Criterios tan humanos que se limitan al reparto de cargos y prebendas -sumamente poderosos, eso sí- para la administración del negocio, a los que se accede y abandona cuando lo estiman fuerzas influyentes de la curia cardenalicia. Si este relevo de cargos lo relacionan con el Espíritu Santo, no queda más remedio que pensar que éste no es infalible, sino que se equivoca como cualquier humano, demasiado humano.

sábado, 9 de febrero de 2013

El patrón quiere más

El mayor retroceso al que estamos asitiendo en derechos laborales y sociales de la historia de España (salvo en períodos de guerra y estados de sitio), le parece poco al patrón de patronos de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Juan Rosell. Las facilidades y el abaratamiento de los despidos, la desvinculación de los convenios sectoriales en las negociaciones entre trabajadores y empresas, el adelgazamiento de la Administración y los consiguientes recortes en servicios y prestaciones públicos, junto a los vientos huracanados de privatización que asolan el país, todo ello le parece insuficiente al representante de la patronal. Es poco: el patrón quiere más.

En una calculada estrategia de apuntar alto para alcanzar objetivos más cercanos y amedrentar, de paso, a sus necesarios interlocutores (sindicatos y Gobierno), el patrón Juan Rosell alza la voz para arremeter contra todos -parados, funcionarios, sindicatos, gobierno-, menos contra los suyos, los empresarios, los únicos que –al parecer- saben “trabajar” como Dios manda. Me imagino que no incluye entre ellos a su predecesor, Gerardo Díaz Ferrán, actualmente en prisión por fraude y otros delitos.

Y se desahoga lanzando descalificaciones. En un aparente ejercicio de sinceridad, el líder de la patronal arremete sin piedad contra los funcionarios, aconsejando enviarlos a sus casas (despedirlos), dándoles una subvención (que no cuantifica, seguramente miserable), antes de que continúen “gastando papel, gastando teléfono e intentando crear leyes”. Según él, “hay grasa en todas partes”, en clara alusión a una sobreabundancia de empleados públicos (no precisa si sobran jueces, bomberos, médicos, policías, maestros, bedeles de universidad, personal de museos, administrativos en la función pública, etc.), cosa que parece fastidiarle sobremanera. Si no fuera porque se graduó en ingeniería industrial y se defiende como periodista, se diría que padece el síndrome de la envidia al no poder acceder al cuerpo de funcionarios, y les tiene tirria.

Pero no hay que equivocarse. “Disparando” contra los empleados públicos, a la patronal en verdad lo que le estorba es la función reguladora del Estado y le gustaría que su existencia fuera únicamente testimonial, de tal manera que las empresas pudieran establecer relaciones con sus trabajadores sin sujeción alguna a normativa que vele por un mínimo de equidad y control. Por eso menosprecia a los ministerios, calificándolos de “tecnoestructuras” que lo lían todo y, al final, “sale una legislación tremendamente complicada y difícil”. Su deseo sería que desaparecieran, ya que pretende manos libres para decidir cómo contratar, a su antojo. Y ofrece una pista.

Juan Rosell abordaría la sangría del paro con una nueva “reforma” laboral, que él elaboraría en el plazo de una semana. No le convencen los “tochos tremendos” con las propuestas gubernamentales, sino algo más simple, que sólo contenga tres líneas (imagino que algo así: el patrón manda; esto es lo que hay; si no te interesa, puerta). Su aspiración es el contrato único con indemnización creciente. ¿Dónde está el truco? En las plantillas rotatorias y en la eliminación de derechos para el trabajador. En su mente está el empeño patronal de poder contratar miniempleos remunerados por debajo de lo que establecen los convenios, cuya duración pudiera ser incluso de sólo una hora, sin ningún compromiso de estabilidad ni de futuro laboral. Con tantos millones de personas en demanda de trabajo, las empresas podrían enlazar infinitos contratos “basura”, sin necesidad de dotarse de una plantilla estable que acumule derechos y sea costosa de despedir. Y para eso le sobra la normativa legal del Estado en materia laboral.

Pero no quiere que se le descubra la jugada. Para escamotear sus pretensiones, niega en primer lugar la existencia de seis millones de desempleados. De ahí que cuestione las estadísticas del INE (Instituto Nacional de Estadística) y, en especial, de la EPA (Encuesta de Población Activa), a pesar de que sus procedimientos vengan avalados por organismos internacionales y se rijan por cálculos matemáticos, mucho más fiables científicamente que sus elucubraciones como empresario, a la hora de radiografíar el mercado laboral. “La EPA de los seis millones de parados no es verdad”, asegura rotundo. Afirmar tal cosa en un país en el que hay gente desesperada que termina suicidándose por no poder pagar una vivienda es, como poco, cruel y desalmado. Pero por si fuera poco, humilla a los que obligatoriamente están sin trabajo al señalar que “hay quienes no tienen intención de trabajar y se apuntan, como amos y amas de casa, al paro”.

Esa es catadura moral de un personaje sin escrúpulos que es capaz de condenar a la extrema pobreza y de despojar de todos sus derechos a una clase trabajadora con tal de incrementar sin límite sus posibilidades de lucro y enriquecimiento. Porque, no lo olvidemos, la finalidad de cualquier empresa no es crear empleo, sino ganar dinero. El empleo es un instrumento que permite al empresario obtener ganancias a la inversión. Y en esa relación de fuerzas entre el poderoso patrón y el vulnerable trabajador interviene el Estado para garantizar cierta equidad y evitar abusos. Por ello, Juan Rosell despotrica contra los funcionarios que “intentan crear leyes”. Pero, también, porque el Estado, al prestar determinados servicios públicos, resta posibilidades de negocio a la iniciativa privada que podrían ser (utilizando el adjetivo que le gusta al patrón) “tremendamente” rentables y lucrativos. Por eso el patrón quiere más. Es insaciable en su voracidad lucrativa.

viernes, 8 de febrero de 2013

Amanece viernes

Llegas al trabajo y te asomas a la ventana para no perderte el despertar de un día lleno de promesas y rico en matices, como esa luz que tiñe de anaranjado los hilachos vaporosos que cuelgan de la oscuridad. Las parpadeantes luciérnagas de los edificios agotan su existencia ante la inminencia cegadora del astro que asoma tras el horizonte, pincelando las nubes. Es la atronadora sinfonía cromática con la que un nuevo fin de semana anuncia su venida. Amanece viernes.

jueves, 7 de febrero de 2013

La `fuente´ de Ana Mato

A Ana Mato, la decidida ministra de Sanidad de Mariano Rajoy, le es imposible ocultar la descomunal fuente que se ha descubierto en su jardín. Es lo que tiene la opulencia: que se nota demasiado. No puede negar la existencia del presuntuoso coche, marca Jaguar, que le regaló a Jesús Sepúlveda, su exmarido, el cabecilla de la trama corrupta Gürtel, Francisco Correa. Es el signo externo de unas extrañas relaciones que, si fueran una comedia, servirían para hacer una mala imitación de Una terapia peligrosa, película en la que el psiquiatra que encarna Billy Crystal no puede dar crédito a la fuente de agua que el mafioso Paul Vitti (Robert de Niro) le obsequia por su “amistad”. En ambos casos, fuente y coche evidencian los entresijos que señalan la “complicidad” existente de estos personajes con el mundo de la mafia. Con una diferencia: mientras el psiquiatra es “obligado” por la fuerza a atender al mafioso, Mata y su marido lo hacían por... no consta.

Ana Mato afirma que no le consta nada de lo que se le acusa, aunque se paseara en el coche por todo Madrid. Tampoco le consta que la trama Gürtel organizara las fiestas de cumpleaños de sus hijos, en las que se invirtieron cerca de 5.000 euros en confeti, payasos y globos. La Unidad de Delitos Económicos y Fiscales de la Policía (UDEF) atestigua en un informe que los generosos mafiosos gastaron en obsequios a esta distinguida familia la cantidad de 60.000 euros, junto a bolsos para la señora y viajes turísticos. Es lo que tiene la avaricia: deja rastro y también se nota.

Esta `amiguita´de Aznar, perteneciente al clan de Valladolid en los procelosos años 80, eterna candidata en las quinielas ministeriales hasta que finalmente Rajoy la premia con el Ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad, siempre ha sido una leal fiera de caza contra cualquier pieza que el Partido Popular quisiera batir. No le tiembla la voz ni palidece si le encomiendan desprestigiar a Andalucía, soltando aquello de “los niños andaluces son prácticamente analfabetos” o que “los niños andaluces impartían las clases en el suelo”. No se le descompone ni una pulsera.

Acostumbrada al dispendio exquisito en los tiempos de bienes gananciales, no se inmuta cuando desde el ministerio impone el copago farmacéutico; la retirada de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes en situación irregular; la exclusión de la Seguridad Social de centenares de fármacos de uso cotidiano (mucolíticos, antitusivos o antidiarreicos); el pago del transporte sanitario no urgente (ambulancias) y de las prótesis ambulatorias (sillas de ruedas, muletas y férulas), que se consideran accesorios y, por tanto, servicios sujetos a la aportación por parte del usuario; la redefinición (adelgazamiento) de la cartera de servicios mínimos en la sanidad y la disminución o eliminación de las ayudas a la ley de Dependencia y las subvenciones por discapacidad. Pretende así ahorrar millones de euros en lo que considera un gasto insostenible: el derecho a la salud de los españoles.

Claro que con un Jaguar, la tez bronceada y un estilo respingado no se suele acceder a ningún hospital público, sino a pulcrísimas clínicas privadas, en las que no se comparten habitaciones con otros pacientes ni se atiende a nadie cubierto sólo por la Cartilla Sanitaria. Precisamente estos centros elitistas son los que registran una mayor demanda gracias a los recortes de la medicina pública y los que sirven de modelo para “externalizar” servicios y prestaciones de los hospitales públicos, aunque en realidad la sanidad española sea la menos financiada entre los 15 países de nuestra magnitud en la Unión Europea (6,5% del PIB en comparación al 7,3% de promedio en UE-15, según Vicenc Navarro: “Los recortes en la sanidad pública, otra vez”).

La “fuente” de Ana Mato contrasta, así, con la “tacañería” con que administra la sanidad pública, lo que afecta a la calidad de la atención que se presta, provoca el descontento de los profesionales que la integran y el rechazo absoluto de la inmensa mayoría de la población, excepto el de esas clases pudientes que gozan de grandes privilegios y “extrañas” amistades. Todo muy cómico en una comedia, pero que genera un gran sufrimiento en la vida real.

martes, 5 de febrero de 2013

Money, money

Vivimos bajo el imperio de don poderoso caballero, que todo lo puede, todo lo consigue y todo lo ensucia. Para él todo tiene un precio y nada resiste su tentación. Familiares de la realeza y pordioseros inmundos le rinden tributo y se humillan ante su presencia. Ni la dignidad y la honestidad pueden perturbar su influencia y dominio. Se sirve de la avaricia y la ambición para conquistar feudos y ensanchar su imperio. Ni los derechos tienen ya valor, sino un precio que puede resultar insostenible. Estamos sometidos por don dinero. Cantémosle desde el cabaret de este mundo.


lunes, 4 de febrero de 2013

De Esquivel a Coripe

Desde Esquivel hasta Coripe, pasando por “el lobito” de Guadalcanal, se extiende toda una geografía sentimental que, precisamente en estos días de febrero, me despiertan emociones y reverdecen recuerdos que evocan una naturaleza tan virginal como las pulsiones incontroladas de un alma libre y sincera. Por esos lugares que he recorrido simplemente por imperativos de un corazón franco, acelerado por percibir la belleza insospechaba que encerraban, queda la satisfacción de haberlos tenido al alcance de mis ojos y de disfrutar aún por escasos minutos de toda la emoción que pudieron brindarme. Son espacios recónditos que no figuran en las guías, excepto la que nos conduce a deambular el sendero de nuestra existencia a golpes de un destino caprichoso. Por eso quedan grabados de forma indeleble en la memoria como parajes excepcionales, donde hallamos lo más auténtico y verdadero de la naturaleza y de nosotros mismos. Pasan a formar parte de lo que somos.

domingo, 3 de febrero de 2013

Felicidades

Hoy es un día cualquiera, anodino pero soleado, con un cielo claro y transparente que es atravesado por una brisa fría que se cuela por la nuca para erizar la piel. Nada ajeno a un 3 de febrero, en pleno invierno, del sur de España. Pero esa sencillez que despierta nostalgia y remueve emociones hay que celebrarla. Felicidades.