domingo, 31 de julio de 2011

Zapatero se rinde

El presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, se rinde y convoca elecciones anticipadas. Aunque sea sólo a cuatro meses de completar la legislatura, prefiere acabar con el acoso al que estaba sometido su Gobierno por una crisis económica que le ha obligado a cambiar el rumbo de su gestión, una oposición que no ha dudado en utilizar hasta los asuntos más delicados (terrorismo, economía, etc.) para debilitarlo y un “fuego amigo” (barones y posiciones críticas de medios afines) que insistían en el adelanto electoral. Todo ello, unido a las dificultades para aprobar los próximos Presupuestos Generales del Estado, en que los probables apoyos del Partido Nacionalista Vasco y Coalición Canaria -grupos parlamentarios minoritarios en la Cámara pero suficientes para que los socialistas consigan la mayoría absoluta en las votaciones-, iban a resultar desorbitados, y un trimestre en el que empeorarían los datos económicos (aumento del paro tras las contrataciones estivales, deuda elevada por la presión de los mercados, etc.), hacían poco aconsejable agotar la legislatura, tal y como era el deseo inicial del Presidente.

Zapatero accedió al Gobierno contra todo pronóstico en 2004, en virtud de las flagrantes mentiras con las que el gobierno de Aznar quiso identificar a los autores del atentado islámico del 11 de marzo, que costó la vida a cerca de 200 personas en unos trenes de Madrid, y derrotó por segunda vez en 2008 a Mariano Rajoy, delfín propuesto por Aznar para sucederle. Han sido siete años de gobiernos socialistas en casi dos legislaturas completamente distintas, pero con una característica común: los ataques de una oposición insultante del Partido Popular, ahora exultante, por considerar que le habían arrebatado el Poder. Desde un primer momento, el acoso y la crispación fueron los instrumentos de los que se valió la oposición del PP para debilitar a Zapatero, acusándolo hasta de ser cómplice de ETA y buscando reiteradamente devolverle la acusación de mentir, en una obsesión cuasi patológica, que tan alto precio supuso al Partido Popular. Una estrategia que la coyuntura de la segunda legislatura le iba a favorecer porque, si durante la primera no fue creíble la retahíla de que mentía en su afán por derrotar al terrorismo, cosa que los hechos desmentían, en la segunda, su tardío reconocimiento de la gravedad de la crisis financiera y su repercusión en la economía nacional sirvieron para insistir en la mentira a los ciudadanos.

De nada han valido iniciativas del gobierno más de izquierdas que ha tenido este país, comparado incluso con los de Felipe González, para que estas acusaciones y el continuo acoso de los sectores más conservadores de la sociedad hayan al fin conseguido alejarlo del apoyo de los ciudadanos, como demuestra el imparable avance de la derecha en las últimas elecciones municipales y autonómicas. La economía y las incertidumbres que genera una crisis de hondo calado, con el resultado de una tasa de paro insoportable, inclinan las preferencias de un voto que se decanta por quien ofrece confianza aunque no desvela recetas.

La precariedad laboral, combatida como no lo haría ningún gobierno conservador (extensión de los subsidios, rebajas en el IRPF, reforma laboral, etc.), y el estancamiento económico debido a la crisis económica mundial, ocultan avances que Zapatero ha impulsado y que suponen el reconocimiento de valores sociales que antes eran orillados. Así, en una primera legislatura prolija en iniciativas, se aprueba la primera ley contra la Violencia Machista, el Divorcio exprés, la ley de Matrimonio Homosexual, la ley Antitabaco, la ley de Reproducción Asistida, el permiso de conducir por puntos, la ley de Dependencia, la ley de Igualdad y la ley de la Memoria Histórica, entre otras. Todas y cada una de las leyes citadas aquí como muestras sobresalientes han sido puntual y ferozmente combatidas por los sectores reaccionarios de la política, iglesia y sociedad, que se consideraban agredidos en sus creencias y costumbres si el Gobierno permitía el aborto como derecho, limpiaba de humo los establecimientos abiertos al público, reconocía el derecho a casarse y adoptar hijos a parejas homosexuales, imponía la igualdad, la paridad y la no discriminación de la mujer, instauraba la ley de dependencia como “cuarto pilar del Estado del bienestar” y resarcía moralmente a todas las víctimas del franquismo, entre otras.

La segunda legislatura, en cambio, viene marcada por la crisis económica y las medidas adoptadas para combatirla y que fuerzan a realizar un cambio radical de rumbo, obligado por la presión de los mercados y los socios europeos, Alemania sobre todo, que exigieron recortes draconianos. De ser uno de los países que más estímulos públicos realizaba para potenciar la economía, se pasó a reducir drásticamente el déficit mediante la reducción del gasto en políticas sociales, congelar pensiones, reducir el salario de los funcionarios y parar las inversiones de obra pública no imprescindibles, además de una reforma laboral que abarata el despido y de un encarecimiento de la jubilación y las pensiones. Se suprimió el cheque bebé y el descuento de los 400 euros en la declaración de la renta, como guindas del mayor recorte del gasto social de la democracia. Además, se reforman las cajas de ahorro y se nacionalizan tres de ellas, y se intenta, pero no se consigue, un cambio del modelo productivo que sustituya al ladrillo con la ley de Economía Sostenible, más conocida como ley Sinde. Por su intención, estas son, posiblemente, las mismas o más suaves medidas que adoptaría la derecha en caso de gobernar en idéntica encrucijada.

Tal vez la importancia de lo que ha representado José Luis Rodríguez Zapatero en la modernización de España no podrá ser valorada hasta que transcurra un tiempo prudencial y se produzca una distancia que aleje todo posicionamiento subjetivo, pero no se podrá negar hoy la voluntad y la obcecación que ha tenido por llevar a efecto su programa de progreso. Este país es un país distinto de cuando inició su mandato, con muchos problemas y grandes cambios. Con aciertos y errores, no se podrá obviar la huella de un Presidente que con su liderazgo ha posibilitado unas conquistas sociales de indudable entidad, como la ley de Dependencia.

La socialdemocracia sufre en la actualidad la baja estima de unas sociedades que se han erigido gracias al impulso de iniciativas que nacieron bajo su seno, como es el concepto mismo del Estado del Bienestar y la fiscalidad progresiva. El neoliberalismo pone todo ello en cuestión e impone, gracias a una crisis financiera nacida precisamente de la no regulación que ambiciona, el desmantelamiento de lo que antes fueron derechos y ahora se consideran gastos. Son dos modelos de sociedad que históricamente luchan por imponerse. Zapatero representa al primero de ellos, aunque las medidas anticrisis que impuso fueran debidas al segundo modelo, el que confía ciegamente en la libertad de los mercados, sin intervención estatal. Yo, modestamente y desde mi ignorancia, sigo prefiriendo una sociedad que combate la desigualdad y en el que la economía sea un instrumento, no un fin, para la convivencia y la equidad social. Ahora que Zapatero tira la toalla, sigo apostando por el modelo en el que los Estados dirigen la economía, y no al revés.

viernes, 29 de julio de 2011

Nacidos para correr

Se inicia el último fin de semana de unas vacaciones en las que se ha pretendido atrapar el tiempo para que las promesas de los días no resultaran suspiros. Unas semanas llenas de ilusiones que, de tanto desearlas, sólo queda el recuerdo de su fugacidad y pérdida. En estas horas finales asumimos que no es el tiempo lo que se escapa, sino la vida. Transitamos los días creyendo que transcurren hacia el futuro e iniciamos una carrera en su persecución, cuando somos nosotros los que estamos condenados al ocaso. Nacimos para correr porque nos empeñamos en huir de un destino tan claro como rechazado, en el que cada día es un logro inmerecido. Con nuestra loca carrera pretendemos retenerlos. Es baldío pero los amaneceres se impregnan de la belleza de un reto: apurarlos.


jueves, 28 de julio de 2011

La quiebra del imperio

A raíz de la aprobación de una ampliación del gasto en el Presupuesto estatal de EE.UU., los dos grandes partidos norteamericanos, Demócrata y Republicano, andan dirimiendo una confrontación ideológica que, de no acabar en acuerdo, llevará al país a la suspensión de pagos, lo que sin duda afectará a las demás economías, ya de por sí deterioradas, de los países periféricos, como España. Que la primera potencia mundial no pueda asumir sus compromisos financieros, cayendo en una quiebra, es algo que afectará a toda su zona de influencia, prácticamente el mundo entero, en el que se desenvuelve y expande el mercado norteamericano. No en balde la moneda USA es el patrón monetario internacional y la pérdida de esa referencia significaría el principio del declive, medido en décadas, del imperio yankee tal y como lo conocemos en la actualidad. No hay que olvidar que otras potencias emergentes, como China y en menor medida Brasil, están dispuestas a sustituir en el mundo el liderazgo que EE.UU. ha mantenido durante el último siglo. Y esos liderazgos se erigen sobre la capacidad económica, de la que se deriva la militar y todas las demás, que tales imperios pueden generar. No sería la primera vez que veríamos languidecer uno de ellos, como en su día fue la extinta Unión Soviética, o, adentrándonos en la Historia, los imperios de España, Inglaterra, Roma, Egipto, etc. Durante siglos dominan el mundo que conocen hasta que, más por contradicciones internas que por enemigos externos, se desintegran y vienen a ser sustituidos por otros con renovada pujanza.

EE.UU. está dando muestras en los últimos años de cierta debilidad para afrontar sus compromisos económicos, militares y culturales como superpotencia. Las guerras en las que se halla sumida para mantener su hegemonía mundial son cada vez más difíciles de mantener sin recurrir a alianzas -a la fuerza obligan- con países “amigos” entre los que repartir gastos y cargas. Incluso su primacía en el espacio ha sido superada al abandonar los vuelos de los transbordadores espaciales, otra vez por problemas económicos, para dejar en manos de Rusia los vuelos tripulados a la Estación Orbital Internacional.

La punta del iceberg de todo este declive sería la bancarrota de las cuentas estatales de EE.UU. Bien es verdad que se trata, como decíamos al principio, de discusiones ideológicas para orientar las partidas de gasto, pero tal discusión evidencia los problemas para disponer de recursos con los que gestionar el imperio, sin estrecheces que obliguen establecer prioridades, y que pueden dar lugar a la asfixia económica del país. Que el presidente de la todopoderosa nación USA no pueda sacar adelante una ampliación del gasto en los presupuestos de su país es un hecho sintomático de ese deterioro que empieza a cuartear las antaño sólidas estructuras del imperio yankee. Y los cascotes que caigan pueden lesionar a las colonias que continúan sometidas a su autoridad (económica, comercial, cultural, etc.), de las que extrae –no volvamos a olvidar la historia- su fuerza (materias primas, energía, etc.).

El desarrollo histórico de las civilizaciones no se mide en tiempo humano, pero sufren idéntica evolución: nacen, crecen y acaban extinguiéndose. Los imperios cada vez perduran menos, comparados con los más de cuatro mil años que duró el egipcio. Parece que estamos asistiendo a los primeros síntomas del envejecimiento del actual imperio estadounidense, cuyo final puede tardar siglos en producirse. Lo más preocupante de ello no es su desaparición, sino el desconocimiento preciso sobre qué modelo lo sustituirá. Es también lo característico de toda crisis: no se sabe qué deparará cuando estamos inmersos en ella. Siempre se avanza aunque a veces con retrocesos: es a lo que hay que estar pendientes.

miércoles, 27 de julio de 2011

Del calor y la edad

En los días largos y soñolientos del verano es fácil caer a merced de la nostalgia, de las ensoñaciones adolescentes de una felicidad a la que nos conduciría el amor. Toda esperanza radicaba entonces en encontrarlo, no dejar de perseguirlo y suspirarlo en los ojos esquivos de la chica inalcanzable. Los años endurecen el corazón y enfrían unas ilusiones tan simplonas como las canciones de Nicola di Bari, que consiguen avergonzarnos de nosotros mismos, de lo que fuimos y de lo que, en el fondo, seguimos siendo: unos románticos envejecidos con las manos encallecidas. Cosas del calor y la edad. 

 

martes, 26 de julio de 2011

El pretexto de la desconfianza

Intranquilo y preocupado, preguntaba por todo. Si el médico no llegaba a la hora habitual, interrogaba a las enfermeras por la tardanza; si el apósito no se le cambiaba cada día, requería la cura de la herida; no podía olvidarse de tomarle la temperatura y la tensión porque inmediatamente solicitaba la comprobación de tales constantes y conocer sus valores; cualquier cambio o alteración de la más mínima rutina que le concerniese era supervisada y vigilada por unos ojos inquietos que delataban una actitud de permanente alerta. Era un enfermo desconfiado no sólo de su enfermedad, sino con todos. No despertaba simpatías a su alrededor, ni entre el personal ni, al parecer, entre su propia familia. Nadie lo visitaba en aquella habitación donde moraba la antipatía, salvo cuando era atendido por unos sanitarios que evitaban cualquier trato que no fuera el estrictamente profesional. Tanto recelo había alimentado la frialdad en las relaciones. Por eso todos se extrañaron de sus lágrimas al recibir el alta y tener que abandonar el hospital. Se quedaba sin que nadie tuviera la obligación de acercarse a él y volvía a estar sólo en la vida. Ya no tenía excusas para reclamar la atención de los demás.

lunes, 25 de julio de 2011

En sólo una semana...

Se intenta pero no se consigue. Por muy apartado que se esté del mundo, no puede uno abstraerse de la realidad ni de los hábitos persistentes, como ojear las portadas de la prensa en un kiosco costero, prestar oídos al comentario de un comensal contiguo o encender la televisión para visionar el telediario mientras se desocupa el cuarto de baño. Una semana de vacaciones se diluye con sólo pensarlo pero es capaz de acumular acontecimientos que, al enumerarlos, parece increíble que pudieran concentrarse en ese corto período de tiempo.

Al retomar a las rutinas, intento repasar los hechos más llamativos que sucedieron durante esos días de asueto y una especie de vértigo te hace sudar frío al percibir la velocidad de un tiempo que nos envejece aceleradamente y que provoca cambios que alteran el mundo conocido, dejado atrás hace sólo una semana.

Entonces te enteras de que el todopoderoso Murdoch ha tenido que declarar ante la Cámara de los Comunes inglesa por el escándalo de las escuchas ilegales que realizaba uno de sus periódicos para fabricar titulares sensacionalistas, pero sin asumir responsabilidad alguna salvo cerrar el medio en cuestión y dejar en la calle a los periodistas que trabajaban allí. En su alegato dice sentirse avergonzado aunque eso no le impide radicar sus empresas en paraísos fiscales para eludir impuestos ni cambiar la línea editorial de otras cabeceras igual de sensacionalistas pertenecientes a su imperio. El jefe de Scotland Yard, tan eficaz cuando persigue otros delitos, ha tenido que dimitir por un escándalo en el que están implicados empresas mediáticas, políticos y policías, lo que evidencia la connivencia existente entre unos poderes que se benefician mutuamente. La nota negra para una próxima película de intriga la pone la súbita muerte, tan oportuna, del periodista que vinculó al primer ministro, David Cameron, en las escuchas. Mientras tanto, José María Aznar, a sueldo del retorcido Murdoch, aún no ha salido en defensa de su honorabilidad por pertenecer a un tinglado ejemplo de nada, en el que la información es sólo un medio de influencias y poder, al servicio de la ideología de sus compinches.

Tal vez nuestro conferenciante conservador esté apresuradamente tomando lecciones de su correligionario Francisco Camps, el presidente de la Comunidad valenciana que ha presentado su dimisión forzado por el cerco judicial al que estaba sometido por su implicación en la trama Gürtel, en la que está imputado por cohecho. Rajoy, el paciente paciente, el que aguarda tranquilo a que la fruta del Gobierno caiga madura en sus manos, reclama ahora exigencias similares a los demás, sin importarle si están imputados oficialmente o simplemente son objeto de acusaciones formuladas por el Partido Popular en su lid por debilitar al adversario. Ese matiz de “imputado” que aplica un juez no es tenido en cuenta ni a la hora de hacer comparaciones ni para avergonzarse de que cargos importantes de su partido (tesorero del partido, alcaldes, diputados madrileños y ahora todo un presidente de comunidad) se hayan vistos obligados a abandonar las poltronas por delitos de corrupción. Algo huele a podrido en el PP aunque sus dirigentes crean que el hedor proviene del patio vecino. Lo preocupante es que así se harán con las riendas del país.

Pero cosas más graves han ensombrecido esta semana. En la tranquila y civilizada Noruega un neonazi siembra de cadáveres un país que se creía pacífico y a salvo del terrorismo. El mayor asesino en la historia de ese país era un ciudadano aparentemente “normal”, Anders Behring Breivik, de 32 años, enloquecido por el fanatismo ultraderechista que considera al inmigrante, por su color, religión y costumbres, una amenaza para la blanca cristiandad. Una furgoneta bomba contra los edificios donde se ubica el Gobierno noruego y liarse a tiros en una concentración de jóvenes del Partido Laborista, reunidos en una pequeña isla a la que acudió disfrazado de policía, ocasiona la escalofriante cifra de 93 muertos, inocentes vilmente asesinados por quien ve una conspiración marxista-islámica en la diversidad y la tolerancia. Es duro aceptar, tumbado en una playa, que el progreso y la democracia no garantizan la paz y la seguridad de ninguna sociedad en la que pueden incubarse gérmenes de violencia ciega y fanática. Y ese espíritu que anima el rechazo xenófobo recorre actualmente Europa como un vendaval.

Para colmo de desgracias, Amy Winehouse aparece muerta a la mítica edad de 27 años, supuestamente debido a los excesos de los que no se privó en absoluto. Una voz proverbial, un don en una garganta que la cantante no supo administrar, hizo creer a la persona que su frágil voluntad podría desafiar los peligros del alcohol, las drogas o el éxito de su carrera musical. Mira que lo cantaba admirablemente, pero no supo, pudo o quiso hacer caso de su pegadizo estribillo “no, no, no”. Ahora el mercado la engrandecerá como un icono que venderá más discos que cuando estaba viva y haciendo curas de desintoxicación. Una lástima por un talento tan desaprovechado.

Y para finalizar, varias píldoras económicas. La Unión Europea por fin aumenta las ayudas a Grecia y al euro, calma momentáneamente a los mercados y respiran con alivio Italia y España. ¿Cuánto durará la confianza que ni los “stress test” a los bancos logra mantener? El Banco de España nacionaliza la Caja de Ahorros del Mediterráneo, la tercera intervenida en el país tras la Castellano-Manchega y Cajasur. ¿Cuántas siguen en la cuerda floja? ¿No teníamos el sistema financiero más solvente del mundo? Cuando se sepa el déficit real de las comunidades autónomas nos echaremos a temblar de verdad porque en ellas se ha producido una competición por quién gastaba más en cualquier tontería, por astronómico que fuese su costo, como un ave sin apenas usuarios o aeropuertos sin aviones. No, si es que cuando nos ponemos chulos… Que se lo pregunten al senador socialista ese que ha dimitido por la trifulca que montó con la policía en una sauna de madrugada. Sigue en la política. Y yo vuelvo al trabajo tras una semanita tan breve pero densa.

domingo, 24 de julio de 2011

El Cabo de Gata

En el borde sureste de la península, en los límites orientales de la Andalucía mediterránea, allí donde Almería ha sabido cultivar el desierto, se halla una región seca, adusta y árida que, para quienes proceden de las fértiles tierras de valle del Guadalquivir, nos resulta sorprendentemente hermosa. El Cabo de Gata es el lugar en el que montes pelados y grises, que recorren paralelos la costa, acaban zambulléndose, verticales cual agujas de catedrales, entre las posidoneas que se mecen en el fondo de un mar azul y transparente, tan límpido y cristalino que las embarcaciones parecen volar a los pies de los acantilados. Tal vez sea por la pobreza vegetal, lo desértico del clima y lo remoto de la zona, que las aglomeraciones aún no han mancillado la belleza natural, apenas perturbada, de una costa impresionante para conseguir la tranquilidad y el aislamiento de quien busque encontrarse sólo con la compañía de sus cavilaciones y escuchar al viento acariciar las aristas de las piedras.

Fue una semana enamorado del Cabo de Gata, del que afortunadamente las fotos no consiguen revelar su verdadero encanto.






domingo, 17 de julio de 2011

Una paradita

Este blog se toma una semanita de vacaciones. Hasta él tiene que reparar sus circuitos con una desconexión breve para no recalentarse. Y su dueño –es decir, quien esto escribe-, también precisa tomarse un respiro para reponer fuerzas y motivaciones. Hay que parar para huir de la rutina y la monotonía que te avocan a la repetición. Es únicamente una semana en busca de tranquilidad y sosiego antes de volver a comenzar otra temporada. Ambos lo necesitábamos, el blog y yo, pues nos encontrábamos cansados con estos calores del verano y los acontecimientos que han sacudido la realidad los últimos meses.

Asistimos a momentos de cambio, aparte de la crisis económica, que han de transformar nuestros hábitos colectivos. Se suceden las revueltas, se anuncian vuelcos políticos, se desinfla la burbuja especulativa de la construcción, en la que los nuevos ricos que se lucraron con ella se hallan de pronto en la pobreza por unas deudas impagables, como individuos y como país. El trabajo debe ser peor remunerado y el consumo no puede disminuir si se quiere mantener la actividad económica, como si paro y gasto fueran compatibles. Y, para colmo, a los bancos ha debido ayudárseles con dinero público para que continúen concediendo préstamos a quienes ya sufragan impuestos y todo tipo de gravámenes. La Iglesia sigue en contra del divorcio y el aborto a la plebe, no a las princesas, mientras bendice al sistema que la sustenta, y los jóvenes se indignan en plazas y calles contra tanta contradicción, exigiendo una democracia real ya, en vez de participar con su fuerza numérica en la toma de decisiones que en democracia es válida, a través del voto. El último transbordador surca el espacio como símbolo de una nueva era en que la rentabilidad ha de prevalecer a la aventura y el romanticismo en la conquista del Universo.

Todo se vuelve pequeño y costoso, los valores y los gastos sociales, en un mundo que sigue en conflicto con la prepotencia del hombre que creía domeñarlo con centrales nucleares que son barridas por el oleaje del mar. El mercado es la dictadura que nos somete y, antes de sucumbir, mejor es detenerse y tomar aliento, intentar alejarse y soñar con amaneceres en una playa no hoyada por quien intenta cuestionar esta frenética realidad que nos desborda. Por eso la necesidad de unas vacaciones. Por mí, por el blog y por los babilonios invisibles que nos visitan. Que descanséis antes de volver a padecer el desasosiego de la consciencia, que es vivir. Felices vacaciones y buenas vibraciones, amigos.

sábado, 16 de julio de 2011

Crisis de un modelo

La crisis pone en evidencia las contradicciones y la injusticia del sistema económico capitalista que domina la sociedad. No hace falta más que leer las noticias que salpican los medios de comunicación para quedarse aterrado de las consecuencias que sufren fundamentalmente los débiles y los que disponen menos posibilidades para esquivarla. Si la brecha entre ricos y pobres era ya bochornosa, las dificultades actuales han hecho que se agrande aún más, reflejando unas cifras que deberían sonrojar a todos, sobre todo a los que dirigen una política que es incapaz de contrarrestar tales efectos. Y para muestra, un dato: los usuarios de la caridad y la beneficencia en nuestro país, ya sean de ayudas directas, comida, un techo para dormir, etc., han aumentado considerablemente. Cáritas reconoce que ha tenido que atender a un 25 por ciento más de personas que el año anterior.


La sociedad se empobrece tan rápidamente como parecía haberse enriquecido antes de que estallara la famosa burbuja inmobiliaria y apareciera la crisis financiera que asola a la mayoría de países de nuestro entorno. En Italia acaban de aprobar unas duras medidas de ahorro con las que se pretende suprimir lo que llaman “gasto” en los presupuestos del Estado: sanidad, pensiones, sueldos de funcionarios, educación y demás. Es curioso que los recortes se apliquen en políticas de provisión de servicios sociales, lo que antes conformaba el Estado de Bienestar, y no en tanques, ejércitos, coches oficiales, gastos protocolarios, subvenciones a la iglesia, sindicatos y espectáculos (toros) y otras partidas suntuarias, que seguro supondrían una cantidad más grande de ahorro. Sin embargo, la economía obliga a compensar ingresos y gastos (déficit cero lo denominan) para no desconfiar de las cuentas de países comprometidos en la redistribución de la riqueza y en la nivelación de las condiciones que afectan a los ciudadanos. Se trata de un sistema económico fuertemente injusto, que se guía solamente por el lucro y que percibe que las inversiones en gasto social lastran el resultado de un balance que debería ser positivo. Y, así, sin ninguna catástrofe natural ni política (fin de las existencias de energía ni guerras) que justifique su aparición, se genera una crisis económica que recorre como un tsunami el mundo entero y acaba afectando a millones de personas que ignoran de donde vienen tantos apremios si ellas no han dejado de hacer lo que venían haciendo: trabajar por una nómina que garantice el día a día de sus familias.

Si estos espasmos sistémicos del capitalismo son recurrentes, pues no es el primero y los agoreros advierten que tampoco será el último, habrá que tomar medidas para que, al menos, no golpee a los más indefensos y las soluciones no siempre afecten a las partidas que garantizan precisamente la equidad entre los ciudadanos. Porque no es de recibo que, en plena crisis, los ricos sean cada vez más ricos (no hay más que ver los beneficios de los bancos, precisamente uno de los agentes causales de la crisis) mientras los pobres aumentan sus filas de gente abocada al paro y a la falta de recursos por las políticas de contención del gasto que se poneen en marcha.

No deja de ser contradictorio del propio sistema que por un lado empobrece a la población y por otro exige el mantenimiento del consumo para que la actividad económica no se frene. Y es injusto que los débiles, los que no pueden acudir a la medicina privada ni a colegios de élite, vean limitados o encarecidos esos servicios que se consideraban públicos y están sufragados por impuestos que no dejan de cobrarse. Un mínimo de sensibilidad social debería espolearnos a combatir este estado de cosas y a luchar para que las cargas de un sistema contradictorio e injusto, si es imposible su sustitución por otro modelo más solidario, se reparta cuanto menos entre todos, exigiendo mayor esfuerzo a los que más tienen y beneficiando a los que nada o poco han tenido la oportunidad de tener. Deberíamos aspirar por una economía humana al servicio del hombre, y no al revés.

miércoles, 13 de julio de 2011

La fascinación marroquí


En verano encontramos tiempo para indagar el pasado y el entorno que configura en gran medida el presente y los prejuicios que nos mediatizan.

Sin rostro, ni nombre, ni número.

El día lucía brillante y bullicioso, pero yo lo sentía plomizo y solitario tras la ventana. La gente inundaba las aceras de conversaciones que se mezclaban con el ruido de los coches, aunque yo sólo oía el silencio que me embargaba. Por mucho que buscara, no encontraba tu rostro ni tu nombre, ningún número que me llevara a ti. Mi memoria se apagaba intentando perseguirte desde la soledad de una habitación. Fuera de ella, la vida se desenvolvía en medio del tráfico donde escudriñaba tu recuerdo. Te alejaste del desierto que habito porque preferías la multitud.


domingo, 10 de julio de 2011

Ensoñaciones de San Fermín

Has enfilado el verano siguiendo la cuesta que los demás han recorrido perseguidos por la multitud. No podías dejar de correr si querías huir de quienes te acorralaban en cualquier dirección posible. Los empujones y los resbalones se sucedían en cada curva de la carrera hasta que, a trompicones, entraste en el redondel de cegadora luminosidad. El ruido te permitió escuchar brevemente las pisadas que dejaban una huella más en aquel mar circular de infinitas huellas. Nada era virgen pues otros ya habían ocupado el lugar que hoy tú exploras como si fuera la primera vez. De repente un pájaro sobrevuela la fantasía de un recuerdo, de una melodía. Y te paras en seco en medio de las vacaciones para recuperarla. La manada te arrolla pero tú permaneces un instante sumido en la nostalgia, como si habitaras solitario una tierra de pájaros, sin nadie que guíe tu vida ni conduzca tus pasos. Un lugar de libertad surgido al son de una musiquilla antes de continuar huyendo del calor y de lo establecido. Un espejismo de la canícula en pleno San Fermín.

sábado, 9 de julio de 2011

No es periodismo

En Reino Unido ha cerrado el semanario News of the World al saberse que recurría al método de captar escuchas ilegales para elaborar sus noticias. Lo que podría parecer un uso hasta cierto punto habitual de un periodismo que basa su rentabilidad en el sensacionalismo más que en la investigación, como las cámaras ocultas, es en realidad el recurso fácil a optar por atajos al borde de la ley o claramente ilegales que no respetan el derecho de las personas a su privacidad e intimidad, llegando incluso a lesionar su honor y dignidad. Evidentemente, eso no es periodismo, eso es cualquier cosa menos periodismo.

News of the World pertenece al conglomerado mediático News Corporation, de Robert Murdoch, con decenas de cabeceras en todo el mundo, y que se caracteriza precisamente por primar el beneficio económico por encima de cualquier otra consideración, incluida la ideológica, aunque en la actualidad parezca ser el foco de radiación de las ideas conservadoras, sobre todo desde los medios de su división norteamericana, como es la Fox.

Pero más que agrupar medios hasta opuestos (The Sun, The Times, New York Post, The Wall Street Journal, por citar sólo medios escritos), lo más destacable del imperio Murdoch es su desprecio a la legalidad (escuchas ilegales), las legislaciones (radica sus empresas en paraísos fiscales) y la responsabilidad social de los medios de comunicación (“irregularidades” en la información), todo ello orientado hacia la búsqueda de la máxima rentabilidad.

Podría argüirse que esa es la finalidad de cualquier empresa, también de una empresa periodística. Sin embargo, aunque el objetivo sea ganar dinero, los medios para conseguirlo han de atenerse a la legalidad en la que se enmarca cada negocio, sin recurrir a métodos claramente delictivos como las escuchas ilegales. Pero es que, además, los medios de comunicación, dada la repercusión social del producto que elaboran (información), asumen una responsabilidad ante la sociedad de ser honestos, veraces e independientes a la hora de reflejar la realidad y las diversas ramificaciones que la condicionan.

Es fácil la connivencia de emporios de esta naturaleza con el poder económico y político en busca de un beneficio mutuo. La cadena Fox, del mismo Murdoch, es acusada en este sentido de hacer un tratamiento favorable de la guerra de Irak por las facilidades que obtuvo de la Administración norteamericana a la hora de “desembarcar” (comprar medios) en aquel país.

En Inglaterra, curiosamente, está en trámites de adquirir la totalidad de acciones del canal de televisión vía satélite BSkyB cuando se descubre la polémica de las escuchas ilegales de News of the World, una versión dominical de su hermano The Sun, también sensacionalista y uno de los diarios de más tirada. No hay que olvidar que Murdoch posee el 40 por ciento de los diarios nacionales de Reino Unido. Y el antiguo director de News of the World, Andy Coulson, dejó el periódico para ser director de comunicación del Partido Conservador y posteriormente jefe de prensa del Primer Ministro David Cameron, puesto del que ha dimitido cuando la polémica de las escuchas tomó nuevo impulso en enero pasado.

La trama de influencias y relaciones de los grandes conglomerados mediáticos es compleja y poderosa y se inscribe en la propia dinámica empresarial de un crecimiento ilimitado. Sin embargo, el periodismo ha de desarrollarse en función de una ética y deontología profesional que no socave su patrimonio más valorado: la credibilidad. Y aunque parece que ya no hay una moral que conduzca las actuaciones empresariales salvo el afán desmesurado por el lucro por encima de todo, en empresas periodísticas existen límites establecidos por la propia naturaleza del producto que elabora, información, que se convierte en la naturaleza de un derecho, derecho a la información. Los medios responden a este derecho ofreciendo información veraz, lo más objetiva posible y de interés social. Asumen así una responsabilidad social ineludible.

Hacer “información” basándose en escuchas ilegales que afectaban a más de 3.000 personas, entre las que se encuentran deportistas, políticos, famosos o ciudadanos anónimos (como una niña secuestrada que había sido asesinada cuando el diario espiaba el buzón de voz de su teléfono móvil, lo que hizo abrigar esperanzas a la familia de que estuviera viva porque se borraban mensajes), no es periodismo.

Robert Murdoch ha decidido cerrar News of the World como mal menor para preservar sus intereses en Inglaterra. Protege su negocio, no al periodismo digno de tal nombre, aunque se base en otros medios de comunicación ingleses. Ello es algo a tener en cuenta cuando se adquiere el ejemplar de un periódico para saber lo que sucede en el entorno que nos afecta. ¿Qué nos venden? Hay que saber distinguir lo que es periodismo de lo que no. Y en España también hay industrias mediáticas ligadas a conglomerados internacionales que editan prensa local, televisión, radios, medios audiovisuales e internet. Hay que aprender a leer para poder distinguir información de manipulación.

miércoles, 6 de julio de 2011

El último transbordador

El espacio ya no es lo que era o lo que representaba para quienes asistíamos boquiabiertos a la mayor odisea que el hombre ha emprendido nunca: la conquista del Universo. Atrás ha quedado la competición entre rusos y norteamericanos por ser los pioneros de una aventura que ahora alcanza la fase menos romántica, si es que alguna vez la tuvo, en la que los astronautas se convertían, a los ojos sorprendidos de los amantes de la astronáutica, en auténticos héroes de los viajes orbitales. Son ya imágenes para la memoria aquellos proyectos Mercury y Apolo que supusieron los primeros paseos fuera de la nave, flotando ingrávidos en medio de una inmensidad oscura, y las huellas del hombre en la Luna mientras Armstrong aseguraba que estaba dando “un paso pequeño para el hombre, pero un gran paso para la Humanidad”.

De esa “prehistoria” espacial a la era de los transbordadores apenas ha transcurrido una generación, la misma que será testigo del fin de estos vehículos reutilizables tras la última misión que este mes de julio está efectuando el transbordador Atlantis. Se trata de un vuelo de rutina para abastecer a la estación Espacial Internacional (EEI) de suministros y equipos científicos. Pero lo que hubiera sido una misión más se ha transformado en un hecho histórico, pues será el último lanzamiento de un transbordador al espacio, lo que ha despertado la curiosidad de la gente que se espera acuda en masa a la costa cercana de Cabo Cañaveral, en Florida (USA), para contemplar el despegue.

Después de 30 años de servicio, los transbordadores dejarán de volar a pesar de la enorme capacidad de carga que podían poner en órbita en cada uno de sus viajes y de las grandes posibilidades que ofrecían a la investigación y experimentación científica. Gracias a ellos, no sólo se pudo elevar el primer telescopio orbital, el Hubble, sino que además se pudo corregir los problemas de lentes y otras averías, lo que permitió que se alargara considerablemente su vigencia para la observación de las profundidades del Universo.

Tras esta misión final de los transbordadores, el futuro de los vuelos espaciales no está diseñado en programas de alienten la ilusión de expertos y profanos, como sucedía antaño. La NASA no volverá a proyectar vuelos tripulados hasta que se construyan las nuevas naves que habrán de sustituir a los transbordadores, dejando a los rusos con sus Soyuz la responsabilidad de abastecer a la EEI y de transportar a los astronautas que la visiten.

Ahora serán compañías privadas las que desarrollarán esas nuevas naves y se adecuarán a las expectativas de negocio que satisfagan a sus empresas, no a los desafíos que la Humanidad se plantea a la hora de afrontar la siempre discutida conquista del espacio, donde el romanticismo iba parejo a la osadía, pero era contrario a lo lucrativo. Charles Bolden, director de la Nasa, ha asegurado que no abandonan los vuelos tripulados, sino que se centrarán en otros proyectos más ambiciosos, como la exploración de Marte.

Posiblemente sea la estrategia más adecuada para garantizar el futuro de la Agencia norteamericana, pero tal eficacia acarrea la pérdida de aquel espíritu desprendido que impregnaba la aventura espacial, donde se enfrentaba lo desconocido desde la valentía y la audacia de los exploradores, sin importar el coste inmediato. Hoy, seguramente, no hubiera sido posible la propuesta de un presidente como Kennedy de llevar un hombre a la Luna en el curso de la década. Esa ambición de conquistar lo que todavía no se descubre al conocimiento del Hombre, en la actualidad, no sería “rentable”.

Con el último vuelo del Atlantis dejaremos de mirar a las estrellas con aquella mirada romántica con la que observábamos la oscuridad de la noche y la Vía Láctea. Desgraciadamente, todo tiene un costo y los astros son muy caros para estar empeñados en dejar huellas sobre el polvo lunar, como si fuéramos vaqueros espaciales.

martes, 5 de julio de 2011

Sueños de abuelo

He cumplido un año de abuelo, un tiempo nuevo que se vive con ansias de detenerlo para que no transcurra a la velocidad de los hijos. En estos meses sigo con deleite el crecimiento de una nieta que cumple ya su primer año de vida y de otra que tiene seis meses. Ambas te sitúan en una perspectiva extraña, porque de repente te das cuenta de lo mayor que eres, y agradable por volver a servir, con la comodidad de una responsabilidad delegada a ratos, de timón para unas criaturas que se aferran con fuerza a tu cuello confiando en tu seguridad y te transmiten la felicidad de su alegría cuando te tiran los brazos al verte. Es una trampa de la memoria que no recuerda cuando tus propios hijos te miraban con idénticos ojos luminosos de inocencia, haciéndote sentir el peso abrumador de un compromiso indelegable y permanente. Sin esa carga, los nietos despiertan unos sentimientos que no se supieron o pudieron disfrutar con plenitud con los hijos. Por eso, este primer año de abuelo es un gozo que se evapora como un suspiro en cuanto se exhala. Los nietos vuelven a llenarnos de satisfacciones remotas y dulces, como los sueños.

lunes, 4 de julio de 2011

A la defensiva

Se quedaba en silencio en la cama mientras observaba lo que le hacíamos. No iniciaba ninguna conversación y se limitaba responder a las preguntas, en un diálogo que más parecía un interrogatorio. Sus ojos eran inquietos y escudriñaban cuánto sucedía a su alrededor. Era un hombre de mediana edad, rasgos acusados y semblante serio, como si estuviera huyendo, escapando de cualquier infortunio. Al inquirir sobre su procedencia, contestaba que era sudamericano pero que llevaba muchos años viviendo en España. Si te interesabas por su estado civil, te aclaraba que estaba casado con una española. Y si le preguntabas por la enfermedad, te informaba que siempre había sido un hombre sano y fuerte que de pronto sintió una pérdida progresiva de fuerzas. Todas sus respuestas sintéticas venían acompañadas de una oportuna y breve aclaración. De igual modo aseguró tener hijos y un trabajo que eran fruto de su honestidad y confianza en el futuro. Cuando le advertimos de la necesidad de amputarle algunos dedos necrosados del pie, arguyó que aquellas prolongaciones negras que la enfermedad le estaba causando no le dolían y que apenas eran útiles para conservar su trabajo. Aquellas respuestas a la defensiva delataban a un hombre temeroso de su suerte y en alerta constante ante cualquier contingencia que pudiera afectarle. Se sentía como un animal acorralado. Por eso no se fiaba ni de los médicos que trataban de curarlo.

sábado, 2 de julio de 2011

La crisis del nuevo rico

Que “no hay mal que por bien no venga” es un refrán popular que podría aplicarse a determinados aspectos de la grave crisis financiera que estamos padeciendo en España. No me refiero, evidentemente, al paro y estancamiento de la economía que tantos problemas está causando a una gran parte de la población que necesita del apoyo y la solidaridad que el Estado pueda brindar. El empobrecimiento que, en mayor o menor medida, afecta al país en su conjunto también ha obligado a desprendernos de ciertos comportamientos a los que nos habíamos habituado con alegre fruición, a renunciar de un dispendio que contagió no sólo a los ciudadanos concretos, sino también al Gobierno de la nación.

En aquellos tiempos previos al estallido de la crisis, sólo los tontos tenían miedo a formalizar hipotecas de 40 ó 70 millones de pesetas que los bancos concedían a quien tuviera el aval de un sueldo de mil euros. Mezclo intencionadamente ambas monedas, pesetas y euros, para que comparemos conociendo el valor de una y otra cantidad, únicamente compatibles si los vencimientos de los préstamos se dilataban a 30 y 40 años o se tenía la certeza de una revalorización inmediata y constante del inmueble. En esa borrachera, muchos se pillaron los dedos con casas que hoy no pueden pagar ni vender a esos precios astronómicos que, en ningún caso, el banco renuncia a cobrar, aunque embarguen la vivienda por debajo del valor de tasación.

Pero si grave es enfrentarse a esta realidad, más onerosas son algunas de las iniciativas gubernamentales que supusieron el gasto de ingentes cantidades de dinero público que hoy resulta injustificado. Porque si, por un lado, es comprensible que personas humildes, en medio de aquella situación, sucumbieran a la tentación de aceptar las ofertas que ofrecían entidades financieras y un mercado de la vivienda sumamente dinámico, es, por otro, de todo punto inconcebible que técnicos y expertos estatales de inversión y equipamientos planificaran infraestructuras, sin estudios previos de ocupación, que se demuestran ruinosas e inútiles. Ello debería ser delito.

Me estoy refiriendo a inversiones millonarias que se tiraron a la basura. La línea de alta velocidad que une las capitales de Albacete, Cuenca y Toledo, con una media de siete pasajeros por trayecto y que costaba 18.000 euros diarios de mantenimiento, ha tenido que cerrarse a los seis meses de servicio, justo después de las elecciones autonómicas y municipales de mayo pasado. Nadie se ha dignado a aclarar aún cuánto costó construir ese tren en Castilla-La Mancha, aunque el responsable de viajeros de Renfe, en un descuido de sinceridad, ha reconocido que su diseño fue debido a requerimientos de los alcaldes que demandaban la alta velocidad para sus municipios, en detrimento, nos tememos, de otras líneas convencionales a localidades con necesidad real de comunicación y mayor demanda.

Pero entonces éramos ricos, todos queríamos chalets y trenes AVE desde cualquier pueblo, y el país en aquel momento creía que podía permitírselo. Sin embargo, con la llegada de la crisis aquellos excesos deberán ahora pagarse. Al trabajador le quitan la casa, al banco le conceden ayudas para que siga prestando sin tanta alegría dinero y el tren se elimina sin que nadie admita responsabilidades. Mientras a unos se les exige la devolución de préstamos, otros pueden dilapidar recursos que hubieran sido más “rentables” en educación o sanidad, por ejemplo. Nos comportamos como nuevos ricos e hicimos demostración de nuestro “poderío”. Así que, si algo bueno se deriva de la crisis, confío en que sea el haber aprendido a no vivir por encima de nuestras posibilidades, ni como personas ni como país.

viernes, 1 de julio de 2011

Ánimos de julio

Comienza oficialmente la temporada de vacaciones, de la búsqueda de rupturas de la cotidianeidad que nos hagan el año menos monótono y más llevadero, como si pudiésemos escapar de las inercias que nos conducen del nacimiento al polvo sepulcral. El calor despierta nuevos ánimos que el sudor se encarga de limpiar de una piel cuarteada por tantas insolaciones inútiles. Sin embargo, cada temporada enciende la ilusión rediviva de hallar el camino propio a la felicidad, al encuentro al fin de uno mismo, la propia manera de ser. Mi camino jamás recorrido.