sábado, 31 de diciembre de 2011

¿Feliz qué...?

Somos seres racionales que aprehendemos la realidad mediante construcciones simbólicas. Nos servimos de convencionalismos para de alguna manera hacer asequible al entendimiento lo inconmensurable e incomprensible. Como el término tiempo, ese “transcurrir” desde la nada hacia la extinción a través de la indiferencia. Sólo el ser humano pretende dotarlo de parámetros simbólicos para reducirlo a intervalos comprensibles y mensurables por la razón, otorgándole algún sentido. Así, imaginamos que el tiempo es algo dinámico que se inicia en el pasado, nos arrolla en el presente y se dirige hacia el futuro, aunque cuando miramos una estrella podemos estar viendo el brillo de un astro que hace miles o millones de años ha desaparecido. El concepto se complica cuando lo relacionamos con la distancia, la velocidad o la entropía.

Es tan artificial la medición del tiempo que, a escala planetaria, a veces nos sorprendemos de estar tomando las uvas para celebrar el cambio de año cuando en la otra parte del mundo hace ya horas que lo han celebrado o falta todavía medio día para hacerlo. No sabemos en realidad qué es lo que contamos ni lo que celebramos. Pero como animales antropocéntricos, todo lo valoramos conforme nuestra propia escala, a nuestra medida. Y construimos la convención del año para medir la duración de nuestras vidas, como si al Universo le afectase la existencia o no de un planeta remoto e insignificante y las vicisitudes (físicas y químicas) que puedan suceder en su corteza. Sin embargo, nos empeñamos en contar con el máximo rigor el fluir del tiempo y hasta nos emocionamos al hacer planes sobre proyectos que confiamos al futuro, como si desear feliz año nuevo surtiera el encanto de asegurarnos las bondades de un porvenir tan impreciso como improbable.

Es curiosa esa capacidad humana de elaborar un conocimiento antropológico, la única manera en realidad de administrar y manipular la información que captan nuestros sentidos para que el cerebro la procese. Las longitudes de onda lumínica que reflejan los objetos las denominamos color, cuya significación varía en función del ámbito cultural donde se interprete. De igual modo, todo es muy relativo. Lo que esta noche celebramos con uvas en España, en otros lugares lo harán con lentejas o en momentos diferentes. Nada es preciso y exacto. Feliz año es, simplemente, un formalismo social para saludar el inimaginable recorrido hacia la segura extinción que nos reserva el destino. Que eso sea feliz o atroz no deja de ser la actitud con la que se afronta la viabilidad de cada ser, sin más trascendencia que el mero existir circunstancial. Queremos impregnar de un sentido extraordinario a lo que es sólo azar regido por leyes que desconocemos. Sumida en semejante vaciedad, la inteligencia recurre a imaginar una finalidad que suponga alguna esperanza para la Humanidad, aquella que se piensa el centro de su creación, objeto de ese Universo simbólico para la comprensión. Sólo desde ese subterfugio adquiere alguna connotación la expresión de una aspiración basada en conceptos tan nebulosos como la felicidad y el tiempo. ¿Por qué brindamos entonces? Para evitar la sensación de orfandad absoluta e ilusionarnos con disponer de tiempo. Y porque mañana cumplo años, sencillamente.

viernes, 30 de diciembre de 2011

La economía el miedo

Todo parecido con la realidad es pura coincidencia:

Alegoría de Fitoussi sobre la inversión de valores:
"Lamentamos sinceramente el destino que habéis tenido, pero las leyes de la economía son despiadadas y es preciso que os adaptéis a ellas reduciendo las protecciones que aún tenéis. Si os queréis enriquecer debéis aceptar previamente una mayor precariedad. Este es el contrato social del futuro, el que os hará encontrar el camino del dinamismo."

Citado por Joaquín Estefanía en “La economía del miedo”,
revista Claves de la razón práctica, nº 218, págs.8 a 17. Diciembre 2001. Madrid.

Tuvo mala suerte

Tuvo mala suerte. Un accidente había afectado a sus miembros inferiores y tuvieron que amputárselos. Todavía en el hospital, cada día durante la recuperación se armaba de razones para evitar sentirse abatido por su suerte, pues al menos había logrado salvar la vida. Aunque las curas de las heridas eran dolorosas, todavía podía contarlo y confiar en que, ya encarada la forzosa jubilación, las dificultades para la movilidad por su minusvalía fueran soportables gracias a las prótesis y la atención de su familia. Por eso aguardaba con impaciencia las visitas que sus dos hijos, un varón y una niña, ambos casados y sanos, le hacían al salir del trabajo a última hora de la tarde. Tras la intervención, se turnaron para hacerle más llevaderos aquellos momentos terribles en que debía aceptar lo sucedido y hacer frente a la nueva realidad. Sus hijos lograban, aún sin saberlo, resarcirlo de unas noches interminables ahogado en lágrimas y soledad. Ninguno de los que le trataron pudo prever que, tras contemplar una breve pero indiscreta discusión sobre cuál de ellos podría cuidarlo cuando le dieran el alta, aprovechara el refugio de sus noches en blanco para lograr subirse al alféizar de la ventana y dejarse caer al vacío. Podía soportar la minusvalía pero no sentirse un estorbo. Tuvo mala suerte.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Inocente, inocente

Hoy se ha sabido que, a pesar de lo que dictan los voceros del mercado, el Gobierno de España no seguirá sus recomendaciones sobre la reducción del gasto y el reajuste económico. En un giro sorprendente por inesperado, el presidente del Gobierno ha asegurado que los ciudadanos no deben soportar las consecuencias de una crisis de la que no han sido responsables sino víctimas, y que en consecuencia las medidas de corrección necesarias habrán de asumirlas los que han propiciado el desbarajuste. En tal sentido, el presidente español ha confirmado que serán las entidades bancarias las que tendrán que corregir sus balances con sus propios recursos y que, en caso de necesitar ayuda pública, ésta deberá ser devuelta en su integridad a las arcas del Estado. Una ley regulará las retribuciones de los directivos de la banca para que no supongan un saqueo de la entidad, obligando comunicarlas al Banco de España y cotizar íntegramente el Impuesto de la Renta del perceptor, sin posibilidad de trasladarlas a Sociedades u otros emolumentos no dinerarios.

También ha anunciado que en los próximos meses se presentará a la patronal y sindicatos una reforma laboral en la que se establece definitivamente dos tipos de contratos: fijos y eventuales. Todo contrato eventual se transformará en fijo a los tres meses de su firma, no pudiendo sustituirse por otras contrataciones eventuales encadenadas. La indemnización por despido se limitará a 35 días por año, cualquiera que sea el contrato y tipo de despido.

Otra de las medidas contempla que el Estado regulará y vigilará el funcionamiento de las agencias de calificación de riesgo que deseen operar en España, exigiendo un estatuto que asegure su independencia y la de su personal, con un régimen de incompatibilidades riguroso –no podrán acceder a cargo público hasta transcurrido un período de 5 años- y con responsabilidad patrimonial en caso de errores graves de calificación.

Para potenciar la actividad económica, el presidente del Gobierno ha confirmado que el Estado mantendrá su inversión pública, tanto en obra como en gasto social. La red de líneas de alta velocidad en ferrocarril se continuará extendiendo por el territorio y se acometerá el desarrollo del Plan General de Carreteras, procurando dotar de estas infraestructuras a aquellas zonas carentes de ellas, independientemente de su peso en las “balanzas” fiscales.

La actualización anual de las pensiones se garantizará de forma automática en función del incremento del coste de la vida, así como el sueldo de los empleados públicos, en cualesquiera de las administraciones del Estado, no pudiéndose recortar su salario por ley en el futuro, aunque podrá abordarse una reforma de la Administración para redimensionar su volumen. El incremento en los próximos años intentará recuperar el poder adquisitivo perdido.

Otra reforma afectará a la agricultura con objeto de eliminar los latifundios y la propiedad no productiva de tierras y cultivos. Se procederá a desamortizar las propiedades en manos del Estado, la Iglesia, el Ejército y otros estamentos o poderes que no abriguen una finalidad productiva agrícola, siendo distribuidas entre cooperativas o emprendedores agrarios.

Y entre las medidas para un nuevo impulso renovador, el Gobierno de España eliminará los privilegios que goza la clase política, reduciendo a un sólo salario lo que perciba cualquier persona que se dedique a la actividad política, aunque ejerza más de un cargo. Estará prohibido recibir regalos o cualquier tipo de obsequios procedentes de particulares, empresas u otros entes públicos. Todas las retribuciones deberán ser de pública consulta y estarán sometidos a un riguroso régimen de incompatibilidades. La transparencia de la actividad pública será completa en cuanto a concursos, licencias, subvenciones, decisiones y emolumentos del personal, independientemente de su categoría o nivel y de la Administración de que se trate.

Se garantizará el sostenimiento del Estado del Bienestar, en especial para una sanidad pública y universal, la educación, la judicatura, la protección y la dependencia de los mayores, mediante una fiscalidad progresiva que reparta las cargas entre los que más tienen.

El Gobierno ha manifestado al presentar esta nuevas medidas de urgencia que, por un día, todos podemos soñar con la inocencia perdida.

lunes, 26 de diciembre de 2011

¡Y dale con la Navidad...!

Tengo un amigo del que siempre he sido discípulo. No deja nunca de enseñarme nuevos enfoques que desvelan la compleja estructura de lo que yo percibo como simple. Por eso le divierte dejar en evidencia mis felicitaciones navideñas con la denuncia de tanto adocenamiento y sumisión. Le subleva el conformismo apático de unas multitudes a las que todo sentido crítico le ha sido castrado por hábitos y discursos adoctrinadores. Como la fútil bondad de la Navidad. Este año, su alegato merece –con su permiso- mayor difusión entre unas conciencias anestesiadas. No es un amigo raro con ideas extrañas, sino un inquieto pensador que no se limita a mirar la superficie de la realidad, sino que se esfuerza por desentrañar su composición más profunda. Para la mayoría, de verdad es raro que alguien quiera complicarse así la vida, pudiendo seguir tranquilamente la dirección por la que conducen al rebaño.
¡Y dale con la Navidad!
"No vienen buenos tiempos, Daniel. Los agoreros de los que hablas son muy buenos analistas de todas las tendencias económicas y políticas. No sé si te das cuenta de que lo que no pueden ocultar es toda esta debacle... ni con un discurso optimista que dé alguna esperanza, ni con una descripción del Apocalipsis que genere un pánico social generalizado. Estos “agoreros” que nombras por piedad ya nos han situado en la realidad: se barrunta una guerra de grandes proporciones por la supervivencia energética; la economía está por los suelos y la única salida será un “reajuste global” de desastrosas consecuencias para la mayoría de la población.
(...)
Toda idea creativa que hayas tenido sobre tu pensión cae ya por los suelos, ya está devaluada, los precios te acribillarán y tu poder adquisitivo se moverá por el fango de la inflación hasta sumergirse en el excremento de una devaluación inevitable del euro. Lo vas a comprobar tan rápido que ahora no te sorprenderá, nunca más, la exigua cantidad que le quedó a tu madre o la de la abuela. Tu vas a vivir la misma situación. 

Querido Daniel, aprovecho esta fiestas tan entrañables, en el delirante sistema de consumo que disfrutamos, para mostrarte mi preocupación por todo esto. El neoliberalismo salvaje ha convertido nuestra vida en un juego de prácticas y procedimientos muy sofisticados para hacer desaparecer el dinero de un sitio y ponerlo en otro, un casino en el que se juegan tus ahorros y los dan legalmente por perdidos. Se está robando el dinero público por toneladas y estafando a mansalva a los clientes de entidades económicas de todo tipo. Son pocos los delincuentes económicos que pagan su fechoría con la cárcel y nunca devuelven el dinero. Es fácil adivinar un “sálvese quien pueda” ante lo que se avecina.

Esto ocurre siempre en los prolegómenos de una guerra, no de una guerra cualquiera sino de una guerra total. El gamberro de Almadinejad ha puesto en jaque a todo bicho viviente, el conflicto general es inminente y nadie sabe que harán los chinos en una situación como esta, ya que son aliados estratégicos de los iranios y competidores naturales de los norteamericanos y de nosotros sus aliados. Todo esto se veía venir y nadie quería creerlo.

No vienen buenos tiempos, Daniel, y nos pillarán vulnerables y casi desvalidos en el peor de los escenarios posibles. Y todo ello, después de haber cotizado, durante treinta años, a este maravilloso sistema como un pulpo del pluriempleo.

No imaginas qué año 2012 nos espera... Buena suerte, socio. Y Feliz Navidad. Aunque no deja de ser ridículo desear una semana de paz..."

De: Alfonso Maestre Panadero.


domingo, 25 de diciembre de 2011

A los herejes de la Navidad

Hoy es Navidad, la fiesta con la que el cristianismo celebra el nacimiento de Jesús en Belén, aunque algunas de sus iglesias ortodoxas consideran más apropiada la fecha del 7 de enero, día de la Epifanía. Ninguna de estas dataciones, sin embargo, concuerda con la más viable históricamente, que ubica el hecho por primavera, algún día entre abril y mayo. En cualquier caso, sólo se trata de una convención religiosa que ha impregnado toda la cultura occidental donde el cristianismo impera hasta convertirse en un simple festejo de convivencia social y cultural, que el mercado estimula hasta límites degradantes.

Hoy es Navidad para quienes la viven como un rito religioso, para los que acostumbran a cumplir con compromisos familiares y para los que disfrutan únicamente de un día de descanso más en el año e incluso para los que no tienen más remedio que trabajar. En este rincón del planeta donde nos ha tocado vivir, nadie puede escapar del influjo de la Navidad. Por narices se compra loterías, canta villancicos, come sobreabundantemente en Nochevieja, se satura de dulces, ha de mostrarse generoso y felicitar a todo el mundo, bebe licores y consume lo que dicte la publicidad.

Quien se aparte de lo establecido es un hereje. A ellos, mi recuerdo en este día

sábado, 24 de diciembre de 2011

Un 2011 con más pena que gloria

El año se inició ventilando los establecimientos abiertos al público gracias a una Ley Antitabaco que entró en vigor el día 1 de enero. Ley controvertida pero necesaria y útil para la mayoría de españoles que no fuman y se veían obligados a inhalar el aire viciado y patógeno de unos fumadores poco educados e intolerantes con el derecho de la mayoría a preservar su salud.

No era mal comienzo para el año del Conejo, según el horóscopo chino; al menos, era menos antipático que el de la Rata, aunque para la ONU fuera el Año Internacional de los Bosques, la Química y los Afrodescendientes, sea lo que fuera lo que eso celebraba. España lo declaró año del Aizheimer, esa demencia de nombre alemán que hace olvidarnos de nosotros mismos. En cualquier caso, el año 2011 que está a punto de finalizar fue pródigo en acontecimientos insospechados y que, en gran medida, acabaron afectando a nuestra vida cotidiana.

En primavera germinaron revoluciones por la orilla árabe del Mediterráneo tras la floración de las Revueltas de los Jazmines en Túnez, que pronto se extendieron librándose de dictadores y derribando gobiernos por Argelia, Libia, Egipto y Yemen. Siria es todavía el jardín donde la hierba mala no deja enraizar las flores de la libertad y democracia.

Por esos meses, tras Irlanda y Grecia, Portugal fue intervenido por una Europa entregada a los mercados como una novia a un matrimonio de conveniencia: su prosperidad depende de la unión con los poderosos, no del amor, y menos de ese amor que nos lleva a ser generosos con el débil gracias a un Estado del Bienestar que habrá que dejar desflorar por los ímpetus liberales de una Merkel con obsesión viril.

Tanta fuerza tiene que hasta en Lorca la tierra tiembla cuando imponía un nuevo apretón de tuercas a los países incapaces de controlar su deuda. No había dudas de que Alemania pisaba fuerte y marcaba el rumbo de Europa. Casi tan poderosa como el tsunami de Fukushima que arrasó la soberbia nuclear japonesa. Mientras tanto, EE.UU seguía con sus fobias y mataba a Bin Laden y tiraba su cadáver al mar por respeto… Pero eran justos y, como en un thriller que acabará en película, detenían al presidente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kant, en el aeropuerto de Nueva York por un asunto de braguetas y camareras de hotel. ¡Disponer tanto dinero para caer en trampas tan pueriles! Momentos negros para el poder fálico, porque hasta el Atlantis estaba a punto de efectuar su última misión orbital y dar carpetazo a la era de los transbordadores de la NASA.

En España se celebrarían elecciones autonómicas que teñirían de azul a la mayoría de las comunidades. Hasta el vidente de la tele vaticinaba el irremediable retorno de los conservadores al Poder, como efectivamente se produjo en la señalada fecha del 20 de Noviembre, de grato recuerdo. La “crisis” hacía estragos en el ánimo de un pueblo inesperadamente empobrecido y desilusionado que deseaba cambio. Incluso los pepinos fueron víctimas de falsas acusaciones germánicas que hundieron el mercado, acusaciones de los mismos que ahora imponen sus “recetas” para controlar el “gasto”… de los demás.

Pero tan mal estaban las cosas que hasta al todopoderoso Teddy Bautista le cantaron aquello de “ponte de rodillas”, junto a otros ocho directivos más, por corruptelas en la SGAE, la que cobraba cánones hasta por las canciones que se bailaban a la conga en cualquier boda. ¡Si eso no es delito, que venga Dios y lo vea! Y vino: mandó a su representante en la Tierra a Madrid con ocasión de unas Jornadas Internacionales de la Juventud. El Papa bendijo a todo el mundo y los capillitas se arrodillaron en cualquier avenida, no por cantar la canción de Los Canarios, sino a rezar al aire libre para dar ejemplo de donde fueres, haz lo que vieres. ¡Y mira que hay bares!

Otro con cara de beato en Valencia ya por entonces había dimitido debido a unos trajecitos de nada, naderías comparadas con la jeta que puso Silvio Berlusconi cuando lo obligaron a dejar Italia en manos de los tecnócratas manejados por el FMI y Bruselas. Maniobra parecida a la que hicieron con Rodríguez Zapatero cuando le forzaron a cambiar su política si quería conservar el cargo. Pero para semblantes pálidos, el de Robert Murdock cuando tuvo que clausurar su diario británico “News of the World” por espiar para fabricar noticias. Nada nuevo en el imperio mediático de la News Corporation y sus complejas relaciones con el establishment, al que intenta influir en beneficio de su conglomerado.

Por si fuera poco, en 2011 se cumplía el décimo aniversario del atentado contra las Torres Gemelas, aunque también fue el año en que Palestina solicitó de la ONU su reconocimiento como Estado miembro de pleno derecho, una demanda que ayudaría a resolver el avispero de Oriente Medio, aunque soliviantaría a Israel, el abejorro más depredador. Y como somos pocos, según estimaciones de la propia ONU, la población mundial alcanzaría ese año la cifra de 7 mil millones de personas, todas, TODAS, sujetos merecedores de los mismos derechos que disfrutamos en este rincón del planeta: vivir con dignidad, cosa que ignoramos olímpicamente.

Uno reacio a reconocer derechos humanos, Kim Yong-Il, acaba de morir, como cualquier dictador que se precie, en su cama de Corea del Norte. Da grima ver a sus paisanos, asolados por la hambruna y la opresión, llorarle desconsoladamente… por imperativo legal, como dirían los batasunos de Amaiur.

Por todo lo visto, el año que despedimos con más pena que gloria no se ha reprimido de nada, ni siquiera de hacer entrar en erupción a un volcán submarino en la isla canaria de Hierro, ni de aumentar la concentración de medios con la absorción de La Sexta por Antena 3, como antes hizo Tele 5 con Cuatro. Con semejante panorama, no es extraño que dimitiera Alberto Oliart de la presidencia de RTVE: unos y otros se fagocitan mutuamente. Poderoso caballero, que hasta a un Duque le hace ambicionar más de lo que tiene y anda pendiente de real imputación. Poderosa avaricia que en todas partes reina.

Confiemos, para rematar, que las uvas no se nos atraganten y los “ajustes” de 2012 no nos conviertan en moribundos con una analítica envidiable, porque a veces la terapia es más peligrosa que la propia enfermedad. ¡Que conservemos la salud y la suerte nos acompañe, amigos!

viernes, 23 de diciembre de 2011

¡Felicidades, con la que está cayendo!

Ojalá podamos ser mejores y consigamos una prosperidad que nos ayude a ser felices y vivir en paz con lo que somos y junto a los demás. Es mi deseo para todos, también para mí, siempre, incluso en Navidad. ¡Os lo prometo!
  
A quienes heló la alegría
los `heldman brothers´ de la economía,
inmisericordes con los débiles
que ni en la fortuna ya confían,
reciban al menos el afecto
en las fiestas del Solsticio
de este hermano ficticio,
pues no hay mayor efecto
para quebrar la adversidad
que contar con la amistad.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Nuevo Gobierno de España

En España tenemos un nuevo Gobierno, tras las elecciones generales de noviembre, del partido conservador que engloba a toda la derecha ideológica, desde la moderada hasta la ultra o extrema. Los ministros, en un ejercicio de secretismo absoluto, fueron nombrados ayer por el nuevo Presidente después de comunicárselo previamente al Rey. Y como había advertido por activa y por pasiva el propio Rajoy, la elección de las personas que se harán cargo de los distintos ministerios, ahora reducidos en dos carteras, son las predecibles y previstas en función de su lealtad y méritos para con líder del Partido Popular.




En los asuntos “técnicos”, figuran liberales que hacen uso de la “puerta giratoria” que comunica la actividad privada con la gestión pública, tan en línea con el modelo practicado, fundamentalmente, por los conservadores de Estados Unidos. “Tecnócratas” que ayer dirigían empresas y que hoy se sentarán en el Consejo de Ministros para tratar las mismas materias en las que hacían negocio. Es cierto que, al ocupar el cargo gubernamental, renuncian a sus puestos privados, pero aquellos intereses, relaciones y mercados siguen existiendo tras los ventanales ministeriales y volverán a ser el destino de un retorno mucho más seguro que su gestión gubernamental. Una ley de incompatibilidades prevé unos conflictos que quedan resueltos a la hora de los emolumentos a percibir, pero son de difícil separación cuando se comparten objetivos, intenciones y actitudes del campo empresarial del que se procede. Vamos, que si queríamos alejar a los mercados de la política, lo que hemos hecho es meterlos de lleno a dirigirla a través de sus representantes más hábiles en traspasar esa puerta giratoria.

En lo “político”, nada impredecible, como aseguraba Rajoy: sus leales más cercanos, aquellos que no lo abandonaron durante la “travesía del desierto”, no sólo en la oposición parlamentaria, sino en el interior de su propia formación. Están los previstos y las caras que siempre ocupaban el segundo plano tras su líder. No son técnicos, sino políticos que señalan el camino que hay que seguir en la gestión de cada ministerio y a quienes no les dolerán prendas en aplicar las medidas que consideren oportunas para el cumplimiento de los objetivos de “austeridad” y “redimensionamiento” que tienen encomendados para la función pública, ese “adelgazamiento” de la Administración que llevan reclamando de antiguo, conforme a su ideario de “menos Estado".

Después de un mes de un traspaso modélico de poderes y un juego de absoluta discreción para evitar filtraciones a la prensa que desbarate la estructura dibujada en una libreta, ya sabemos, al fin, quiénes son; ahora falta enjuiciar sus actos, tan predecibles como sus rostros, aunque aún no hayan celebrado siquiera el primer Consejo de Ministros. Tendremos toda la legislatura para hacerlo. No hace falta precipitarse, sin avergonzarnos de aplaudir aciertos, pero sin reprimirnos en denunciar errores. ¡Ojalá prime más lo primero que lo segundo, en beneficio del país!

lunes, 19 de diciembre de 2011

Rajoy no suelta prenda

El candidato del Partido Popular, formación que ganó las últimas elecciones generales, acaba de ofrecer en el Congreso de los Diputados su esperado discurso por el que solicita la confianza de la Cámara para ser investido Presidente del Gobierno en la décima Legislatura del actual período democrático de España. Era un discurso esperado para conocer al fin las medidas que piensa adoptar como Gobierno para afrontar la crisis económica que castiga a este país más severamente, en cuanto a destrucción de empleo, que a cualquier otro de nuestro entorno. Sin embargo, y a menos que concrete algo más en las sucesivas intervenciones de respuesta a los demás grupos parlamentarios a lo largo del día de hoy y de mañana, Rajoy sigue sin soltar prenda. Salvo algunos anuncios consoladores para ir preparando el patio, se diría que se reserva para los primeros meses del año el anuncio de los “ajustes” que ya tiene decididos, pero a gran recaudo.

Tras hora y media de una intervención leída y bastante anodina, Mariano Rajoy comenzó presentando las líneas esenciales de un poco concreto Programa de Gobierno, basado en estimular el crecimiento económico del que dependerá la creación de empleo y asegurar el lugar que ha de ocupar España en el mundo. Para ello, en su opinión, han de acometerse reformas estructurales que abarquen un horizonte de 20 años, que fortalezcan la prosperidad de los españoles, según los valores consagrados en la Constitución.

Entre las reformas que emprenderá nada más formar Gobierno, se halla la que procura la estabilidad presupuestaria, que será la primera Ley que presente al objeto de limitar el gasto y endeudamiento de las Administraciones en función de los objetivos que se han hecho constar en la propia Constitución. Le seguirá otra reforma para sanear el sector financiero y completar la reestructuración y concentración que afectan al mismo. El objetivo es dotar a la economía española de flexibilidad y competitividad, mediante la austeridad del sector público y una nueva reforma laboral que modere precios y costes.

Todos estos “ajustes” persiguen la reducción del déficit acordado con Europa, estimado en unos 16.000 millones de euros. No obstante, Rajoy asegura que hasta que no estudie en profundidad las cuentas del Estado, no podrá presentar una previsión de crecimiento. Por ello adelantará un Calendario de actuaciones inmediatas para cubrir el vacío legal por la falta de Presupuestos para 2012. En ese sentido, el candidato a Presidente ha asegurado en su discurso que presentará un Decreto-Ley de medidas urgentes por el que se prorrogan los actuales presupuestos, se actualiza desde enero el poder adquisitivo de las pensiones -su único compromiso de aumento del gasto- y se presentarán las previsiones macroeconómicas de crecimiento. Así, se toma hasta el 31 de marzo para elaborar los Presupuestos de 2012 en función del déficit real, con lo que no descarta la adopción de nuevas medidas para corregir cualquier desviación.

Es decir, Rajoy presentó un panorama que supone, aunque no lo explicita, la adopción de duras medidas de “ajuste” que recortarán servicios y derechos a los ciudadanos. Tras hora y media de discurso, sólo aventuró que “descongelará” las pensiones y que no subirá impuestos, menos aún el de Sociedades, según contestó en la réplica al portavoz socialista Alfredo Pérez Rubalcaba. También anunció recuperar la bonificación por inversión en la vivienda habitual, “racionalizar” el calendario laboral para suprimir los “puentes” festivos, salvo en las fiestas de “mayor arraigo social”, crear el Ministerio de Agricultura, “redimensionar” el sector público y fijar en cero la tasa de reposición del personal, además de alguna que otra iniciativa sin demasiada concreción.

Habrá que aguardar a sus primeras actuaciones gubernamentales para saber lo que piensa hacer, aunque cualquiera puede imaginarlo. En cualquier caso y para concluir este análisis precipitado de su discurso de investidura, se puede afirmar que Mariano Rajoy, fiel a su socarronería gallega, es capaz de estar hablando noventa minutos para decir sólo que subirá las pensiones y no aumentará los impuestos. Y que todo lo demás, incluido los nombres de quienes serán sus ministros, queda para cuando toque. Y tocará cuando él decida. Eso sí, la jubilación seguirá a los 67 años, el matrimonio homosexual dependerá de la decisión del Tribunal Constitucional, los activos “tóxicos” (especulación fallida) podrán ser resarcidos con dinero público, se ampliará a un tercer año el bachillerato y habrá diálogo y transparencia en la actitud del Gobierno. Su programa, aseguró, es una “oferta de esperanza” en la que “el esfuerzo, la tenacidad y la confianza” son el precio para abordar una tarea “ingrata” que garantizará el futuro. Si él lo dice…

domingo, 18 de diciembre de 2011

Calendario 2012 de Cuadernos de Roldán

Ayer se presentó el Calendario 2012 de Cuadernos de Roldán en el Salón del Foro de la Biodiversidad que la Fundación Biodiversidad del CSIC tiene en el Patio de Banderas en Sevilla. El lugar fue pequeño para los inquilinos que acudimos a nuestro ritual encuentro anual, en vísperas navideñas. Pequeño y curioso porque un lateral de la sala correspondía a un trozo de lienzo de la muralla del Alcázar, donde se halla la Puerta original de la fortaleza, con su arco de herradura perfectamente conservado. En ese recinto histórico se hizo la presentación de un Calendario que, por primera vez, recogía la obra de un solo pintor en sus ilustraciones. Claro que tampoco era un pintor cualquiera, sino un antiguo componente de la tertulia, orondo de arte, y admirado por todos: José Ramón Vaca. Los versos seleccionados para acompañar cada mes del almanaque son obra de Eloisa Galindo, Francisco Núñez Roldán, Carolina Abadía, Salvador Compán, Jesús Solano, Ismael Yebra, Juandepunto, Carlos Abadía, Alejandro García Acebes, Raquel Rico, José María Bedoya y Antonio Molina Flores.

Como de costumbre, durante el acto de presentación se procedió a la lectura de los poemas y la proyección de las diapositivas de los cuadros que se reproducen en las páginas del Calendario. Antes de cada intervención, un breve fraseo al clarinete y otros instrumentos de viento, a cargo de Jesús Solano, servía de preludio armónico para extasiarse y, con sólo cerrar los ojos, dejarse llevar junto a las notas sobre las piedras de la alcazaba. Carlos Becerra coordinaba la presentación y no pudo contener la añoranza al recordar los 21 años que lleva editando el Almanaque aquel grupo de amigos que, alrededor de su hermano Rafael, comenzara la andadura de Cuadernos de Roldán, allá por 1988, cuyo poemario artesanal número 0 aún conservo con su dedicatoria.   

Luego, aprovechando la invitación de un día prístino, la tertulia se dispersó en pandillas por las calles del centro de Sevilla en busca de los antros donde se bebe la vida y se alimenta uno de amistad, aunque sean malos tiempos para la lírica, como decía uno de los poemas:

Larga noche de diciembre

Recordaremos un año duro
y sin embargo hermoso.
Perdimos todas las elecciones
pero fuimos ganando la calle.

El quince de mayo brotó,
como una flor roja,
entre las conciencias adormiladas
que se decían en las tabernas:
Algo habrá que hacer.

Y han sido nuestros sobrinos,
nuestras hijas, nuestros nietos,
los que esta vez dijeron:
Estáis dormidos, despertad.

Abuelo, ya está bien de batallitas del franquismo,
ahora la cosa también se está poniendo fea.
Todo está en krisis menos la pederastia vaticana
y el sueldo de los curas (¡Dios!) en las Cajas de Ahorro.

El pop ha convertido a Mao en virtuoso cuadro
de Andy Warhol y a Max en un icono
para las camisetas
en las manifestaciones.

Malos tiempos para la lírica,
malos tiempos
para pensar en la flor del cerezo cayendo
levemente sobre la nieve del monte Fuji.
Pero el invierno, como en las viejas canciones
del ciclo Winterreise,
sigue siendo un buen tiempo para el amor.
                       Antonio Molina Flores

viernes, 16 de diciembre de 2011

Comidas de empresa

Aguantar a los compañeros en las comidas fraternales de empresa me parece un fastidio, además de que me sienta mal el exceso de líquido. Esa falsa camaradería de jolgorio que ha de manifestarse en la mesa me produce dolor de cabeza. Nunca he soportado la palmada condescendiente en la espalda ni las risas serviles por las ocurrencias supuestamente graciosas de jefes, mandos y colegas. La cuasi obligación de aceptar una invitación, para no ser considerado un marginal individualista, siempre me ha parecido humillante por la pretensión de que ello sirva para compensar las desavenencias y carencias del resto del año. Es como si, porque te dan de comer, tuvieras que estar agradecido de que te maltraten y no reconozcan tu trabajo con lo único que en una relación laboral es plausible: un salario digno. Por eso soy renuente a asistir a esos cónclaves borreguiles propios de estas fechas. Me ponen de mal humor pues hasta quien nunca se ha dignado en saludarte pregunta por tu asistencia. Te entran ganas de responder con un improperio, si ello no empeorara la reputación de inconformista con la que te tachan. Cuando no tengo más remedio que ir, me paso el tiempo deseando que acabe. Escucho las voces y veo los gestos hipócritas de camaradería, que me hacen divagar acerca de una representación tan insoportable como vana. Nadie se la cree. Entonces me distraigo pensando en música mientras anhelo que esa fiesta sin comunicación, pero saturada de ruido, finalice pronto. Tras los brindis, salgo huyendo despavorido para respirar el aire frío de la calle. Y canturreo, Avalón.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Mareos

No es que le sucediera a diario, pero tampoco era infrecuente. Siempre lo achacó a cualquier causa sin importancia, como un simple tapón de cerumen en el oído o las cervicales. Lo cierto es que de vez en cuando sufría mareos que lo obligaban a sentarse para no perder el equilibrio. Un movimiento brusco de la cabeza o una incorporación súbita de la cama podían provocarle esa sensación de vértigo en el que todo daba vueltas a su alrededor. En algunas ocasiones, además de la inestabilidad, sentía náuseas y la piel cobraba un aspecto nacarado brillante, cubierta de un sudor frío. Pero no perdía el sentido, excepto la última vez. Entonces supo que se había mareado cuando se despertó tumbado en medio de la acera. Afortunadamente, la caída no produjo más lesiones que unas contusiones en el hombro y cadera derechas, que pronto dejaron de doler dejando como secuelas unos efímeros hematomas. También el susto. Perder el conocimiento era el aviso de que algo más grave podía padecer y acudió al médico. No encontraron nada, pero su vida ya no volvió a ser la misma. Ahora vivía con miedo y temía cada día un nuevo desmayo. Además del dogmatil tuvo que habituarse a los tranxiliums. Se había transformado en un enfermo que sufría de mareos.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

La arcilla de Higgs

La ciencia busca conocer la causa de las cosas y desvelar las leyes que determinan su funcionamiento. Es un afán irrefrenable de la inteligencia humana que ha de hallar respuesta al porqué de su existencia y del mundo que le rodea. No se conforma, por insuficiente, con las interpretaciones religiosas que ofrecen una explicación indemostrable de la vida, sino que pretende adquirir unos conocimientos obtenidos de forma científica, experimental y de manera irrefutable.

En el mundo microscópico de la materia se sabe de la existencia de los átomos como partículas elementales. Están formados por protones y neutrones, que configuran un núcleo sobre el que giran los electrones. Se creían indivisibles, pero ya se conoce que, a su vez, están constituidos por otras subpartículas aún más pequeñas y desconocidas denominadas quarks. A grandes rasgos, estos son los ingredientes que forman toda la masa del Universo hasta donde la ciencia conoce hoy. La Física, sin embargo, no se detiene y sigue empeñada en descubrir las zonas oscuras de su construcción teórica y acaricia la idea de demostrar la existencia del Bosón de Higgs, una partícula extremadamente efímera, relacionada con la masa.

Según la teoría cuántica, todos los campos de fuerza deben tener una partícula asociada. Como el fotón con el campo electromagnético, la detección del Bosón de Higgs demostraría la existencia del campo de fuerza Higgs. La interacción de las partículas con este campo sería lo que les proporciona masa. La importancia, en caso de demostrarse, del descubrimiento de la partícula de Higgs vendría dada porque significaría que la teoría del Universo que la Física ofrece es correcta. El Bosón de Higgs es la única partícula del Modelo Estándar -la teoría que explica las partículas y sus interacciones- cuya existencia todavía no se había podido demostrar experimentalmente.

Los indicios que se han encontrado de su existencia suscita el entusiasmo entre los científicos. Ayer se presentaron los resultados de los experimentos que deben explicar por qué tienen masa las partículas. Sin embargo, confirmar tales resultados requerirá aún algún tiempo, ya que el Bosón de Higgs no se puede observar directamente, sino que se detecta a través de las partículas que origina en su desintegración. Para ello se ha construido el acelerador de partículas más grande del mundo, el LHC (Large Hadron Collider) del CERN (Centro Europeo de Física de partículas), en el que trabajan miles de científicos de todo el globo. Se trata de un túnel subterráneo de 27 kilómetros de circunferencia, por el que se hacen circular dos haces de protones en direcciones opuestas, a velocidades cercanas a la de la luz, para hacerlos colisionar y detectar las partículas en que se descomponen, reproduciendo así algunas de las condiciones que hicieron posible el Big Bang que dio origen al Universo.

Si la pieza de este puzzle llegara a demostrarse y se confirmara la existencia de la “partícula de Dios”, como la describió el Nobel Leon Lederman, físico experimental, seguro que se generarían más interrogantes que respuestas. La ciencia ofrece certezas pero abre nuevas cuestiones que nacen de la curiosidad con que interroga a la realidad, permitiéndonos aumentar el conocimiento más exacto y completo de todo, incluido nosotros mismos. Es posible que la partícula de Higgs sea la arcilla con la que se prepara la masa que forma la materia del Universo, pero no frenará las ansias de sabiduría del ser humano. Seguro que inmediatamente deseará saber la composición de esa arcilla o de otros materiales que aún ignora. Cada avance proporciona nuevas preguntas. Así es la inteligencia.

martes, 13 de diciembre de 2011

Asunto zanjado

Sabía que estaba mal pero no podía remediarlo. No es que la decisión fuera difícil, sino que no acababa de tomarla. Era incapaz de hacer lo que debía hacer. Cobardía, egoísmo, falta de voluntad, desidia… miedo. Había caído en su propia trampa. Pensó que no hería a nadie pero hacía sufrir demasiado. Evitarlo era una opción que le causaba angustia porque entonces el sufrimiento se abatiría sobre él. Durante muchos años estuvo dudando hasta que, un día, ya no tuvo más disyuntiva. Asunto zanjado: habían tomado la decisión por él, como siempre.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Garzón y Camps en el banquillo

Si hubiera que plasmar en una imagen la dicotomía esquizoide de los tiempos actuales, ésta sería la del magistrado Baltasar Garzón, imputado de prevaricación por haber ordenado las escuchas en el caso Gürtel, y Francisco Camps, expresidente de la Generalitat de Valencia, enjuiciado por cohecho impropio en la misma trama Gürtel, ambos sentados en el banquillo de los acusados. Justamente hoy comenzó el juicio del político valenciano, mientras que el del exjuez de la Audiencia Nacional está a la espera de que se resuelvan las recusaciones que tiene presentadas contra cinco de los siete jueces que han de juzgarle. Ambas piezas del mismo caso constituyen las dos caras de un fenómeno que caracteriza a la España de los últimos años, la de la corrupción que se propaga por instituciones y palacios e infecta a las finanzas, el deporte y hasta la SGAE, por citar focos diversos y extremos. Ni siquiera la Iglesia, a través de la Caja cordobesa bajo su responsabilidad, se ha librado de las sospechas de una administración que condujo la entidad directamente a la intervención del Banco de España.

Claro que hay acusados y acusados. Unos lo son por la utilización política de la justicia y otros por hacer justicia de la política y otras actividades increíblemente lucrativas. El exjuez Garzón, denunciado también por haberse declarado competente para investigar los crímenes del franquismo, afrontará el próximo mes de enero unos juicios que persiguen- como de hecho ya han conseguido- apartarlo de la judicatura y del mayor caso de corrupción que afecta al Partido Popular, hoy con las riendas del Gobierno. Su especial y fructífera cruzada contra el terrorismo de ETA y el narcotráfico gallego no ha impedido, pese al escándalo mundial denunciado incluso por la Asociación de Derechos Humanos, que sea imputado por investigar a las víctimas desaparecidas durante la Guerra Civil española, convirtiéndose así en el primer magistrado que se sienta en el banquillo por perseguir la verdad y la justicia sobre más de 100.000 muertes no esclarecidas bajo la dictadura de Franco.

Por su parte, Francisco Camps deberá demostrar estos días que pagó los trajes por los que se le acusa de cohecho impropio, aunque admite no disponer de comprobante alguno de compra ni haber utilizado nunca la tarjeta de crédito. En el juicio tendrá que rebatir la declaración del jefe de ventas de la tienda, José Tomás, quien afirma que el exhonorable jamás pagó ni una peseta. Según la Fiscalía Anticorrupción, Camps, Ricardo Costa, Víctor Campos y Rafael Betoret, altas personalidades del Gobierno valenciano y dirigentes del partido en la Comunidad, recibieron prendas de vestir como regalos de la trama Gürtel desde 2005 hasta 2008 a cambio de concesiones del ejecutivo autónomo, recursos que también sirvieron para financiar actos del partido en la región.

Son asuntos entrelazados, feos y vergonzosos, que reflejan una época en que la corrupción campaba por sus respetos, sin al parecer tener término, como demuestra el caso Urdangarin, un yerno del Rey a punto de ser llamado a declarar por presidir una empresa que captaba dinero presuntamente fraudulento de, ¡mira por dónde!, la Generalitat valenciana y del Gobierno balear, éste último también investigado por corrupción en el caso Palma Arena bajo la presidencia de Jaume Matas, otro expresidente que acude periódicamente a los juzgados.

Lo grave, contra lo que pudiera parecer, no es que se trate de casos aislados de corrupción, sino de un mal tan extendido que parece endémico y que afecta prácticamente a todos los partidos políticos que han tenido responsabilidad de gobierno en España o las autonomías, es decir, a todos en los que se ha depositado la responsabilidad de administrar nuestros recursos. Sin remontarnos a los arcanos de Filesa, Rumasa o Gescartera, la malversación de caudales públicos para el enriquecimiento personal o la financiación de partidos se ha convertido en una constante que ha caracterizado a todo el período democrático contemporáneo, dando lugar a los casos Hormaechea, Naseiro y Gürtel, entre otros, en el ámbito del Partido Popular, junto a los Roldán, Gal o EREs, del PSOE, además de los Malayas, Gil, Pretoria, Palau de la Música o Campeón. Escándalos surgidos ante la incapacidad de control de la propia Administración y la devaluación moral de unos “aprovechados” de las circunstancias, que posibilitaron la proliferación de personajes tan obscenos como el presidente provincial de PP en Castellón, Carlos Fabra, la persona con más suerte en la lotería, Jesús Gil, el alcalde más impúdico de Marbella, o Javier de la Rosa, el “inversor” –es un decir- de los fondos kuwaitíes en España que acabó en la cárcel.

Todos estos brotes de corrupción ofrecen una estampa poco atractiva de la España democrática, en la que interesa destacar lo que todavía aquí no se ha subrayado: que la justicia, aunque tarde, consigue descubrir y condenar a los “listillos” que ensucian la nobleza de la política y la gestión pública, en la que una mayoría de personas se dedica a cumplir con su deber con la sociedad con honestidad y probidad. Sin embargo, como en un bar con fumadores, unos pocos consiguen transmitir la sensación de que todos fuman, lo que, gracias a Dios, no es cierto. Garzón y Camps (y mañana un duque) son muestras ejemplarizantes, más allá de la plástica grotesca que conforman, de que nadie se libra de tener que rendir cuentas cuando interviene la justicia, aunque el procedimiento garantista avance lento e inexorablemente. Eso no frena a los corruptos, es verdad, pero ofrece seguridad y confianza a los ciudadanos. Algo es algo ante la visión del cuadro.

domingo, 11 de diciembre de 2011

La bondad de los sacrificios

No es tiempo de ideologías, sino de sacrificios. Sacrificios que se imponen a los débiles porque los poderosos sólo acusarán una disminución en sus rendimientos, si algo les afecta la crisis. Los débiles verán reducidos sus salarios, si no pierden el trabajo, dispondrán de menos servicios y se les cobrará más caro cualquier adquisición, aunque sea de primera necesidad. Esos impuestos indirectos que todo lo gravan, como el IVA, lo pagan los acaudalados con la gasolina del yate y los pobres con la leche del biberón. Por eso los afortunados no quieren la imposición directa progresiva, donde paga más el que más declara de renta y patrimonio.

Ya no valen las respuestas progresistas contra la crisis, sino los sacrificios de los sumisos. Son las recetas del mercado, las que encarnan Merkel y Sarkozy como marionetas del Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial del Comercio y Banco Mundial, auténticos entes que controlan el negocio. Y el negocio consiste en la riqueza de unos pocos a costa del empobrecimiento del resto, tanto de personas como de países. "¡Eso es la economía, estúpido!", que dijo aquel cuando se impacientó ante tantas preguntas inútiles en un mundo de globalización. No es cuestión de justicia, sino de lucro. Se invierte para ganar dinero y todo lo que lo impida hay que eliminarlo, sea educación, seguridad, transporte o sanidad públicos, entre otros conceptos, considerados gastos, que podría ahorrarse el Estado para generar confianza de los mercados y evitar su castigo sobre la deuda soberana.

¡Qué curioso! La misma avaricia que rompió el espejismo del beneficio y crecimiento infinitos, sea especulativo o productivo, es la que impone ahora las normas de una recuperación que exige el sacrificio de los damnificados. ¿No quería usted ser rico? Pues empiece a endurecer su alma para explotar al que no tiene, amigo, y limítese a acumular riqueza. No permita que ni el Estado regule su negocio, pues el mercado se regula a sí mismo. El que vende y el que compra se ponen de acuerdo sin ningún intermediario. Y olvídese de zarandajas justicieras: cada cual tiene lo que quiere. Punto. ¿Lo entiende ahora? Pues eso, no es tiempo de ideologías, sino de sacrificios. Por ello hemos elegido a Rajoy, tonto, para que nos apriete el cinturón. Como Dios manda. Por vivir por encima de nuestras posibilidades y despilfarrar lo que no tenemos. No sé usted, pero yo sólo vivía de mi nómina, sin deber más que la hipoteca de la casa. Si eso es vivir por encima de mis posibilidades, que Dios nos coja confesados. La penitencia de los sacrificios será dura y duradera, como los castigos que Dios acostumbra: inhumanos e injustos. Pero sin ideología y llenos de bondad. ¡Créalo!

viernes, 9 de diciembre de 2011

Semana de "puentes"

Semana de “puentes”, ese invento hispánico para no trabajar el día laboral encajonado entre festivos. Semana para holgazanear entre las estrecheces de una crisis que no sólo deja áridos los bolsillos, sino las ganas de fiesta de quienes no tienen nada que celebrar, salvo sobrevivir a unos días que instan al consumo y al jolgorio hipócrita de la felicidad predestinada en Navidad. Los comercios, en cambio, abren los fines de semana para exprimir los últimos beneficios de una temporada apática para el despilfarro de cualquier dispendio. Es lo que tienen los ajustes que estrangulan el gasto so pretexto de estimular la economía: apagan el ánimo más encendido. Cosa de técnicos que pagamos todos, todos los que dependemos de nómina por cuenta ajena, sin haber vivido jamás por encima de ninguna posibilidad, salvo las letras con interés correspondiente por cualquier bien doméstico, incluido el techo donde guarecerse. Por eso quitarán hasta los “puentes”: el país no puede permitirse tantas holganzas que resienten la productividad. Lo dicho, cuestión de técnicos que auguran mayores restricciones de las que ya no podremos cobijarnos siquiera bajo ningún puente, y menos festivo.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Despertar

Cuando abrió los ojos, una luz blanca lo cegaba. Confuso, intentó mirar alrededor y nada se desvelaba nítido. Sin sus gafas la vista sólo lograba adivinar siluetas borrosas que aparecían y desaparecían como sombras. Una de ellas le recriminó la noche que había pasado intentando arrancarse los tubos. Se palpó el pecho para cerciorarse de sus dudas antes de responder finalmente que acababa de despertarse. Otra forma de contorno difuminado y mancha negra en lugar de cabellera se acercó para manipular botes y aparatos, mientras  le susurraba palabras suaves de tranquilidad.  Sus ojos la seguían pero no podían ver su rostro. Estaba convencido de que era un ángel porque aquella voz era lo único que le calmaba antes de volver a sumirse en un sueño. Aún dudaba de que lo hubieran operado y negaba despertarse.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Algunas puntualizaciones

En la entrada "Chorizos el Duque" aseguraba erróneamente que la infanta Cristina era la tercera en la sucesión al Trono de España, cuando en realidad ocupa la séptima posición. Y sobre las medidas que podría adoptar La Zarzuela en este asunto, el diario El País de hoy publica un suelto de Mábel Galán, titulado "Una salida que se estudia en La Zarzuela", que conjetura con un posible plan b para atajar esta cuestión si llegase a imputarse al Duque.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Chorizos el Duque

Que en todas partes cuecen habas no es algo que merezca la pena discutir por su obviedad, pero sí la vara con la que se mide cada comportamiento en función del personaje o la familia de que se trate, pues en nuestro país la Constitución no permite la desigualdad ante la Ley, al menos formalmente.

La monarquía es una institución que está encarnada por personas obligadas a cumplir escrupulosamente con la elevada función de representar al Estado con lealtad y honestidad. Así lo hemos entendido desde la Transición para acá y así lo ha cumplido S.M. el rey, quien ha gozado del reconocimiento de los ciudadanos al dar satisfacción a las aspiraciones de democracia, justicia y libertad de la sociedad española, alejándose tal vez de las intenciones del dictador Franco cuando lo eligió y educó para sucederle en la Jefatura del Estado, y frenando, aquella tarde/noche ominosa, la intentona golpista de Tejero y el grupúsculo ultra que lo auspiciaba.

Confiados de esa integridad en la cúspide del Estado, los españoles hemos sido -y somos- pacatos a la hora de controlar y enjuiciar a la monarquía cual cualquier otra institución de la estructura estatal, como se hace por ejemplo en el Reino Unido. Siempre hemos mantenido al rey y su familia al margen de la diatriba política, exentos de rendir cuentas de los fondos con que se dota su financiación y de la curiosidad insana de los morbosos de las vísceras, salvo una superficial información acerca de sus aficiones deportivas y lugares de veraneo y del interés humano por el incremento del número de miembros.

Que sus Altezas crecen y se reproducen, trabajan y se divierten, viajan o negocian y mantienen relaciones con quienes les interesa es normal de cualquier familia. Lo anormal es cuando se descubre la comisión de alguna irregularidad penada por nuestro ordenamiento legal y ni la fiscalía anticorrupción adopta las medidas que emprendería en cualquier otra situación similar de no mediar sangre azul.

Se comete así un agravio inconstitucional con el común de españoles porque la ley no distingue linajes. Por ello resulta preocupante para nuestra salud democrática que el Duque de Palma, Iñaki Urdangarin, esposo de la infanta Cristina (tercera en la línea de sucesión al Trono), no sea siquiera imputado ni llamado a declarar por los tribunales que investigan la trama del Instituto Nóos, organización “sin ánimo de lucro” presidida por él y que, según datos de Hacienda, captaba dinero de la Generalitat valenciana y del Govern balear de forma supuestamente fraudulenta. Es sorprendente por cuanto han sido imputados el número dos del Instituto y socio de Urdangarin, Diego Torres, los responsables de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia y una decena más de personas que trabajaban en el entramado societario tejido para desviar las ganancias. Estamos, pues, ante el mayor escándalo que salpica a la Corona por una trama que recaudó más de 16 millones de euros de entre 103 entidades públicas y privadas, y que hacía valer su pertenencia a la familia real como tarjeta de presentación para ganarse favores.

Ante los hechos, la Casa Real guarda un mutismo ensordecedor que a buen seguro evidencia la preocupación que le producen, pero que perjudica seriamente su prestigio y buena imagen. En otro ámbito ya se hubieran exigido responsabilidades, la pertinente aclaración de lo sucedido y la dimisión inmediata de los implicados. Es lo que suele hacerse cuando surgen indicios que incriminan a personas que, por su condición de servidores o gestores de lo público, no sólo han de parecer inocentes, sino de serlo por el obligado cumplimiento de las funciones que tienen encomendadas, sujetas a una normativa que controla la administración de lo que se hace con el dinero de todos. La confianza de los ciudadanos descansa en el correcto y buen funcionamiento de las instituciones, lo que prioriza su defensa y la limpieza de su cometido, alterado por los corruptos, sea en un ministerio, un ayuntamiento, el Gobierno o la propia monarquía.

Apartar al causante implicado, inhabilitarlo para el desempeño de cualquier actividad relacionada con la institución y una declaración de "acato" a las actuaciones judiciales, como cualquier ciudadano, hubiera bastado para preservar a la monárquica de las sospechas de corrupción que pudieran mancharle. No es de recibo que un duque, por mucho que prefiera dedicarse a los chorizos, cause menosprecio y recelos de la hoja de servicios que la Corona de España ha prestado al país como símbolo de la Jefatura del Estado. No es de recibo por una simpatía monárquica o republicana, sino por resguardar las instituciones de la democracia de los manejos de cualquier aprovechado tentado de mancillarlas por una ambición y avaricia desmedidas.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Prensa y Poder durante Isabel II

Fue un hallazgo en una Feria del Libro Antiguo y de Ocasión que no pude dejar escapar. Es un librito de pequeño formato que, en realidad, no es viejo sino de 2005, y no lo edita una editorial sino una imprenta: prácticamente una edición no venal con la que el autor hace público un ensayo. Y es interesante. Se trata de “Prensa y censura: la libertad de prensa en la Bahía de Cádiz durante el reinado de Isabel II”, de José María Rodríguez Díaz. Para quien gusta la historia del periodismo y sigue los preparativos del bicentenartio de la Constitución de Cádiz, la que proclamó la libertad de imprenta, este hallazgo es un tesoro.

La profusa documentación que ofrece la obra sobre los límites históricos al derecho de Libertad de Imprenta en un período determinado y en el marco de la Bahía de Cádiz, a pesar tales limitaciones geográficas y temporales, es ilustrativa de la realidad de la prensa en su conjunto durante esa época en España. No hay que olvidar que el absolutismo de las antiguas monarquías del Antiguo Régimen evolucionaba definitivamente hacia un período de libertades públicas que permitirá la aparición del moderno periodismo político, aunque, al mismo tiempo, afianzará los mecanismos para su control o regulación, modulados según las vicisitudes del Poder. Es una época en que florecerá una abundante legislación sobre la libertad de imprenta, especialmente en lo que respecta a la prensa.

Isabel II accedería al Trono a finales de 1843, cuando las Cortes proclaman su mayoría de edad con 14 años. Tres años antes finalizaba la guerra carlista, cerrándose por fin un largo período convulsivo que se había iniciado con el reinado de Carlos IV y la Guerra de la Independencia contra el invasor napoleónico. A pesar de la inestabilidad política de su reinado, la realidad socio-económica del país logra una palpable recuperación general. Tras años de desorden y desmantelamiento del Antiguo Régimen, se construye un Estado liberal que busca armonizar orden y libertad, basándose en un pragmatismo que antepone los intereses materiales del país a la ideología. Sin embargo, el cambiante ordenamiento jurídico en ese tiempo estará presidido por una libertad censitaria que no prohíbe, pero impide o restringe derechos. El auge del periodismo político, aunque se denomine prensa moderna o informativa, estará constreñido a una actividad de las clases pudientes que buscan defender sus ideales políticos y sus parcelas de poder, apelando a una incipiente opinión pública y el respaldo popular. De ahí la proliferación de cabeceras de un periodismo muy diversificado, representativo de las distintas tendencias políticas, aunque con predominio de la liberal moderada. Así, podrán encontrarse periódicos adscritos desde el ideario carlista hasta los proclives al progresismo, sin olvidar la prensa oficial.

Este es el contexto en el que el libro “Prensa y Censura” pormenoriza la realidad periodística de la Bahía de Cádiz durante el reinado de Isabel II, para describir, primero, la legislación de prensa en la época y los órganos de control de que se vale para vigilar atentamente lo que se escribe y señalar ejemplos, después, de cómo el Poder impide que se publiquen artículos que rebasen sus “líneas rojas”. Y ahí radica la singularidad de la obra: los ejemplos que brinda acerca de la actuación de los distintos agentes para el control de las publicaciones del área de la Bahía de Cádiz. Causa perplejidad percatarse del amplio número de responsables que llegan a controlar y hasta imponer la censura o requisar las tiradas no distribuidas de aquellos números denunciados, bajo el amparo legal de la Constitución de 1837 y hasta 1868. Desde el Censor hasta el Alcalde, pasando por el Gobernador, en el ámbito gubernativo, y el Fiscal de Imprenta, sucesor del Censor y al que sucedió el Promotor del Fiscal o Fiscal Ordinario del Juzgado, el Jurado de Jueces de Hecho y, por último, el Juez ordinario, cuyas decisiones en materia de prensa eran apelables ante la Audiencia de Sevilla.

Pero, además de los encargados del control de la prensa, “Prensa y Censura” también analiza los instrumentos que la autoridad gubernativa dispone para regular la actividad periodística: una retahíla de requisitos legales que usados discrecionalmente servían de filtro para impedir la salida de periódicos no oficiales a la calle o dificultar su actividad. Fundamentalmente eran dos: la fianza y el nombramiento de un editor responsable. La fianza era exigida como requisito ineludible a los periódicos políticos, y solía prestarse por un socio del promotor del periódico, generalmente el propietario de la imprenta o conocidos hombres de negocio. Tan formidable era este instrumento de control que hasta el Boletín Eclesiástico de la Diócesis fue investigado por si debía pagar la fianza. En caso de no poder depositarla, el medio estaba condenado a cerrar, como sucedió con El Duende Gaditano, el primer caso de periódico que desaparece al no poder atender el pago de la misma.

Lo más enjundioso de la obra es el capítulo de Fichas de Censura, un apartado en el que se divulgan los datos relativos a los permisos y las denuncias correspondientes a 166 cabeceras, la mayoría de ellas de Cádiz (141, número que ya denota el auge de la prensa política de la época), El Puerto de Santa María (10), San Fernando (12), Puerto Real (1), Chiclana (1) y Sanlúcar de Barrameda (1). En esos documentos constan las fechas de solicitud de los permisos y de aparición del diario, su periodicidad, lugar de impresión, ubicación de la redacción y el nombre del editor responsable, así como las denuncias que muchos de ellos reciben por los “encontronazos” con la legislación que los controla férreamente. Incluso se pueden conocer, a través de estas Fichas de Censura, las divergencias y las diferentes interpretaciones que se dan entre los distintos órganos de control a la hora de determinar la comisión de un delito de prensa. Tal el caso de El Nuevo Fígaro, al que el Gobernador acusa por un artículo que, a su juicio, falta a la decencia y a las buenas costumbres y lo denuncia al Fiscal, quien contesta que no ve nada denunciable pues “durante el más duro absolutismo se han permitido artículos más picantes, que se pueden oír todos los días en las comedias del Teatro del Balón”.

Prensa y Censura. La libertad de prensa en la Bahía de Cádiz durante el reinado de Isabel II” concluye con un índice bibliográfico sobre las referencias consultadas que evidencia una labor de documentación exhaustiva y considerable. Hay que concluir que se trata de un libro de fácil lectura, ameno, pero que, aún circunscribiéndose al ámbito espacio-temporal que analiza, brinda un testimonio esclarecedor de la difícil relación entre Prensa y Poder, incluso en los momentos más aperturistas y liberales de la historia de España, como el reflejado aquí durante el reinado de Isabel II.

Prensa y Censura:La Libertad de Prensa en la Bahía de Cádiz durante el reinado de Isabel II, de José María Rodríguez Díaz. Imprenta Repeto, Cádiz, 2005. I.S.B.N.: 609-1560-3

viernes, 2 de diciembre de 2011

La bandera de mi padre

Quizás por ser su único hijo varón o porque yo era el mayor de los hermanos, siempre estuve muy unido a mi padre. Desde que tengo uso de razón, su presencia siempre me ha acompañado. Guardo recuerdos de períodos muy remotos de mi infancia en los que aparece compartiendo conmigo alguna actividad. Aunque nunca pude atestiguar su trabajo profesional como maestro, sus aficiones fueron, en cambio, bastante conocidas por mí, pues no perdía oportunidad de estar a su lado cuando me lo permitía. Si de pequeño lo seguía al taller de electricidad de un tío, su hermano, donde pasaba las tardes arreglando televisores, en la adolescencia iba con él a sus partidas de cháchara con los amigos paisanos, quienes me invitaban a refrescos mientras ellos tomaban cervezas en un descanso de los estudios que todos seguían en un país extranjero.

En mi memoria resuenan ecos de conversaciones y anécdotas que me causaron una gran impresión. Yo era un niño que observaba a su padre con devoción. Cuánto hacía y decía quedaba impresionado en los ojos ávidos de ese hijo que busca en su padre el modelo a seguir. Fueron vivencias que acabaron perdurando y condicionando mi forma de ser. Y todavía me estremecen cuando las rememoro. Como la historia de la bandera.

Estoy convencido de que si mantengo algún interés por la cosa pública, es debido a escuchar de mi padre hechos y comentarios acerca de la política como si hubiera participado activamente en ella, cosa que jamás le conocí. La seriedad y el rigor de su comportamiento los trasladaba a la narración de aquellos acontecimientos que, a oídos de un niño, se convertían en auténticas historias fascinantes. Relatos densos e intrigantes, como de película.

Mi padre contaba que poseía una bandera que guardaba celosamente en secreto. Era la enseña, decía, que portaba un grupo de independentistas puertorriqueños que se oponía a la invasión de la isla por los Estados Unidos. Lo que fijó esa historia en mi memoria fue la revelación de que la tela estaba agujereada por las balas de la refriega. Aunque creo que llegué a ver la bandera, ignoro si el pasaje responde a la veracidad de los hechos o es fruto de una fantasía que confunde a la memoria, aunque es coherente con las simpatías que mi padre profesaba al independentismo como opción política. Le gustaba teorizar y discutir supuestos más cercanos a los conceptos que a la realidad. Porque en realidad era muy pragmático.

Toda su vida estuvo guiada por el pragmatismo más condescendiente. Así, podía atraerle intelectualmente un Partido Independentista, pero posiblemente votara al Partido Popular, partidario de mantener el Estado Libre Asociado de Puerto Rico, al que pertenecía incluso un familiar que alcanzó la Alcaldía en nuestro pueblo. Tenía un conocimiento bastante profundo de la política, pero nunca se afilió ni participó en aquellos años, al menos, en partido político alguno. Lo recuerdo como una persona más inclinada a la teoría que a la praxis.

También en su profesión se portaba de igual modo. Siendo un buen maestro, al que recuerdo preparar en casa por las noches la materia que debía impartir al día siguiente o rotulando diplomas de una graduación, nunca ambicionó ni ocupó cargos de especial responsabilidad. Se conformaba con el destino que le asignaran. Sin embargo, de su dedicación guardo la pedagogía con que me enseñó a estudiar y dos diplomas que con su letra aún tengo la suerte de conservar.

Su rectitud y severidad pudieran hacer creer que marcaban el rumbo cotidiano familiar, cuando en verdad buscaba la complicidad y el criterio de mi madre. No hacía nada que ella no apoyara o consintiera, excepto tal vez una quimera.

Porque mi padre tuvo un sueño que nunca desechó: estudiar medicina. Pero como médico tampoco dejó de ser él ni procuró enriquecerse. Para entonces ya estábamos separados por medio de un océano. El día que visité su tumba, me afirmaron que una multitud había asistido a su entierro, convencida de que había perdido a un médico entregado a sus pacientes, aunque le pagaran con una gallina. No tenía horas de descanso y siempre estaba presto a ejercer su vocación.

Mi padre guardaba muchas banderas. Era desprendido con los amigos, desinteresado con el dinero y amante del trabajo. Serio y formal hasta en el hogar, pero mordaz en el ingenio. Leal y humilde por convicción. Él mismo se convirtió en la bandera que yo enarbolo como símbolo de mi vida. Mi bandera es él y la guardo en el cajón secreto de mi alma.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Empieza el último

Primer día del último mes del año. Se cierra dos mil once para abrir un nuevo ciclo aún más incierto, con mayores incógnitas que hacen de este solsticio de invierno el más frío y triste de los últimos tiempos. Se tambalea lo firme, se derrumban las certezas y las verdades se cuestionan.  Nada es lo que era y el progreso retrocede para despojarnos de cuantas muletas sujetaban nuestra aparente solidez. Es diciembre, mes de la Navidad para quien guste celebrar el mito espiritual con una alegría que no siente y con unos gastos que no puede. Preparemos las guirnaldas para alegrar nuestro pavor a un tiempo que no se detiene. Villancicos por no llorar o música para soñar. Ya lo he traído en alguna otra ocasión, pero es el apropiado para hoy: December.