jueves, 8 de diciembre de 2011

Despertar

Cuando abrió los ojos, una luz blanca lo cegaba. Confuso, intentó mirar alrededor y nada se desvelaba nítido. Sin sus gafas la vista sólo lograba adivinar siluetas borrosas que aparecían y desaparecían como sombras. Una de ellas le recriminó la noche que había pasado intentando arrancarse los tubos. Se palpó el pecho para cerciorarse de sus dudas antes de responder finalmente que acababa de despertarse. Otra forma de contorno difuminado y mancha negra en lugar de cabellera se acercó para manipular botes y aparatos, mientras  le susurraba palabras suaves de tranquilidad.  Sus ojos la seguían pero no podían ver su rostro. Estaba convencido de que era un ángel porque aquella voz era lo único que le calmaba antes de volver a sumirse en un sueño. Aún dudaba de que lo hubieran operado y negaba despertarse.

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