miércoles, 31 de julio de 2013

Placer efímero

Retornamos con la sensación de no haber salido siquiera. El tiempo se escurre como el agua entre los dedos, se diluye sin posibilidad de detenerlo y su halo queda suspendido en el recuerdo de lo que se volatizó como un suspiro. Las manecillas del reloj no se detienen por mucho que uno se empecine en sujetar un tiempo inaprensible que nos atropella en su marcha. Acabamos de llegar y parece que fueron un sueño los días disfrutados de unas vacaciones, por espontáneas y agradables, inolvidables. Una voluntad común materializó un deseo inconfesado que todos albergábamos, el de compartir el ocio en familia sin más obligación que la que imponen los compromisos que nos atan irremediablemente. Así transcurrieron quince días entre playas, bosques de pinos y apetitos saciados de felicidad, belleza, tranquilidad, compañía y afectos que hicieron que una quincena de julio se esfumara como por encanto. Lo efímero de lo que se anhela es lo que nos impele, precisamente, a no claudicar en su búsqueda año tras año. Estas fotografías atestiguan la existencia de ese paraíso, para no olvidarlo.
















martes, 16 de julio de 2013

¡Hasta agosto!

Este bloguero piensa compartir unos días de relax con su familia sin estar pendiente del reloj, ni de las obligaciones laborales ni del ordenador, aunque siga aferrado a sus hábitos inalienables con la prensa y los libros. Pretende enfrascarse en la lectura a la orilla del mar mientras deja que sus pies sean acariciados por las olas que bañan la arena y vencen el calor. Anhela dejarse llevar por pensamientos que se pierden en el horizonte como el sol del atardecer y los barcos que surcan la lejanía. Unos días de reposo para librarse de preocupaciones y sentir la compañía gozosa de hijos y nietas, que dan sentido a los apegos que nos hacen confiar en la herencia que vamos dejando en la vida. Una cadena que nos enlaza con el infinito, como esas olas que jamás dejan de balancear el océano hasta rendirse a nuestros pies. ¡Felices vacaciones, invisibles babilonios! ¡Hasta agosto!

lunes, 15 de julio de 2013

¡...y tan calentito!

La mejor manera de confirmar un hecho es negarlo. Si no, vean lo que declara el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, en relación con la revelación de los mensajes SMS que mantuvo con el extesorero de su partido, Luis Bárcenas, actualmente en prisión, quien acaba de confesar ante el juez que entregó sobresueldos a Rajoy y a la Secretaria General del Partido Popular, María Dolores de Cospedal. “El Estado de derecho no se somete a chantaje”, afirma tajante, para luego añadir que ni se ha producido ni se va a producir "indicación", "sugerencia" o "presión" alguna a la justicia por el caso Bárcenas. Hará lo que se pueda, como le respondía vía SMS a su extesorero. Por lo que se ve, no habrá que esperar al otoño para que se alcance una temperatura explosiva. Patético:

domingo, 14 de julio de 2013

Un verano `calentito´


Comienza la época estival y continúan arrastrándose los grandes problemas que afligen a los españoles. No hay descanso para las preocupaciones por más que uno quiera olvidarse de ellas y soslayar las inquietudes. No sólo permanecen, sino que adquieren una dinámica hacia el empeoramiento que ahuyenta toda aspiración de tranquilidad que uno persiga durante las vacaciones.

Entre otros motivos, porque nos enfrentamos a un verano en las peores condiciones que se recuerdan en los últimos 40 años, al soportar la mayor tasa de paro en el registro histórico, con cerca de 6 millones de personas desempleadas, un millón más que hace un año. A pesar del ligero descenso en el número de parados registrado en esta estación -lo que ha servido al Gobierno para pregonar las “bondades” de su reforma laboral-, todos los analistas coinciden en que una flor no hace primavera y, por tanto, que eso no significa ningún cambio de tendencia, sino un comportamiento estacional en la evolución del empleo que hasta el propio secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, ha tenido que admitir al desglosar las cifras, ya que la mayor parte de ellas obedecen a contratos temporales del sector turístico, a sustituciones en el público y a obras que se inician en verano. Con todo, un 26 por ciento de la población en edad de trabajar sigue condenada a no pensar siquiera en las vacaciones, sino en cómo adquirir un salario para sobrevivir cada día y satisfacer sus necesidades básicas. Un drama que a buen seguro se acrecentará en cuanto finalicen esos trabajos temporales propios de la estación y en septiembre rebroten los negros augurios de un mercado laboral incapaz, aún con todas las facilidades otorgadas, de crear empleo, empleo estable e indefinido.

Los jóvenes, que sufren pesadillas por alcanzar una profesión, se sumarán a un desalentador inicio de curso, tras el paréntesis del verano, con sus protestas al verse obligados a abandonar la Universidad por falta de becas y por el encarecimiento de las matrículas. Y es que los recortes en educación han consistido en francas mutilaciones que cercenan las ambiciones de quienes desean formarse para escapar de un destino que les niega la emancipación. Ningún rector de Universidad de España está de acuerdo con las medidas introducidas por este Gobierno, al que acusan de actuar movido por motivaciones ideológicas, pues de lo contrario no se explica la tala. Incluso en las escuelas e institutos de secundaria y bachiller el desánimo es manifiesto a causa de los nuevos planes de estudio, las reválidas y el peso académico con que se dota la asignatura de religión, cuya nota se tendrá en cuenta para determinar la calificación promedio del alumno. Otra “reforma” que, además de preservar la educación segregada en algunos colegios privados religiosos, tampoco tendría sentido si no cumpliera un objetivo ideológico y sectario.

El desánimo de la población se palpa en el ambiente. En las playas, el campo y las ciudades, la gente expresa su temor por un mañana que sigue cubierto de negros nubarrones, aunque el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, declare ufano que estamos inmersos en una recuperación económica que, por lo visto, sólo él percibe. Ni el FMI ni Bruselas o Alemania, donde se ubican las pantallas que vigilan nuestra economía y desde donde se imparten órdenes de obligado cumplimiento, muestran ningún optimismo, todo lo contrario: advierten de que lo que se avecina es un período de estancamiento. Es decir, continuaremos con 6 millones de parados y con la moral por los suelos. Pero el ministro irradia confianza, y, ya se sabe, esa es la mejor señal para los mercados, según las agencias de calificación e inversión en las que él trabajaba antes de ser ministro.

Una confianza, empero, precaria en un Gobierno más pendiente de Bárcenas que de otra cosa, el extesorero del Partido Popular encerrado en la cárcel por delitos fiscales y cuyas revelaciones mantienen en el filo de la navaja al Ejecutivo en pleno. Mariano Rajoy, presidente del Gobierno y especialista en sus silencios, ahora es esclavo de unas palabras con las que expresó su apoyo al tesorero que él personalmente aupó y del que recibió, si acaban demostrándose los apuntes contables, sobresueldos ilegales cuando detentaba carteras ministeriales en la época de Aznar. Sus silencios son ahora clamorosos acerca de los manejos contables de un señor, extesorero y exsenador, que ha estado dos décadas al frente de las cuentas del partido y que amenaza con desvelar las tramas de financiación del mismo, las que le permitieron atesorar cerca de 50 millones de euros en Suiza, que se sepa.

Este escándalo ha transformando el verano en un tiempo para el chantaje del Partido Popular y el Gobierno, cuyos dirigentes han pasado de no pronunciar el nombre del inculpado a reconocer tener un problema que se les escapa de las manos y a verse obligados a multiplicar las demostraciones de confianza, una vez más, en la honradez y honestidad de Martiano Rajoy, sobre quien cuelga la espada de una mentira que, en caso de probarse, lo obligaría a dimitir por decoro democrático.

Hay que tener en cuenta, para comprender tanto “mosqueo”, que la desconfianza de la gente está bien alimentada por los múltiples casos de corrupción que proliferan por toda la geografía nacional, un malestar que ya no admite más disculpas que desalojar a los corruptos de la política, a los mentirosos del cargo y los veleidosos del entorno público. En Andalucía, sin ir más lejos, una juez endereza el tiro en la instrucción del caso de los ERE y apunta directamente hacia la Junta de Andalucía, a la que acusa de configurar todo un andamiaje legal para defraudar dinero y dar pensiones a intrusos, pagar sobrecomisiones a intermediarios y conceder ayudas directas a empresas que no las necesitaban. Ha sido precisamente este verano cuando la juez Mercedes Alaya ha afinado la puntería para imputar a 20 altos cargos del Gobierno andaluz, de diferentes etapas, entre ellos la exconsejera Magdalena Álvarez, actual vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones, acusados de dar continuidad a la utilización de unos fondos que ella considera ilegales, aunque la partida tuviera el refrendo del Parlamento andaluz cuando aprobaba los Presupuestos anuales de la Junta.

Toda esta situación transmite a la estación estival una temperatura realmente insoportable para la normalidad en que deberían engendrarse las expectativas de los ciudadanos. Una temperatura de ebullición que preconiza un otoño explosivo cuando se sume, con ocasión de la Diada, una Cataluña dispuesta a tensar las relaciones territoriales con España y a hacer demostración del respaldo popular a sus exigencias insurreccionales y al llamado “derecho a decidir”. Frente a ello, el Gobierno permanece inane y atrincherado tras una Constitución en cuyo nombre se modificó una reforma estatutaria que ha encendido los ánimos independentistas de los catalanes, sin que ninguna iniciativa política ofrezca diálogo y alternativas, salvo la propuesta federalista del PSOE, tan a destiempo como en casi todo. Porque, tras décadas de democracia, ¿es ahora cuando se aborda la necesidad de un Senado de representación autonómica?

La Constitución española es inmovilista cuando conviene, pero sin embargo puede ser alterada para introducir la prioridad del pago de la deuda frente al reconocimiento de derechos de los españoles. Se cierra así un círculo que nos devuelve a las estrecheces del momento actual. Y es que hace justamente un año cuando el Gobierno del PP perpetró el mayor recorte social que se recuerda en democracia, implantando el copago farmacéutico, paralizando la ley de Dependencia, subiendo los impuestos y eliminando la paga de Navidad de los funcionarios. Podó de un plumazo 65.000 millones de euros no de los pudientes, sino de los asalariados y los desfavorecidos, de los que deben adquirir medicinas, dependen de una pensión o se aferran a un trabajo que les permita vivir. Si toda esta presión no halla una válvula que impida la explosión, ésta estallará en cuanto los contratos temporales se consuman en septiembre, el paro vuelva a subir, los alumnos comiencen a enfrentarse con los costes de las matrículas, se endurezcan los requisitos para las pensiones, Bárcenas tire de la manta, los catalanes convoquen un referéndum soberanista y la gente no sólo sienta desafección por la política, sino que se aleje de la democracia como sistema viable de convivencia, a pesar de sus imperfecciones. ¿Actuará entonces Rajoy? ¿Se acordará alguien de las calendas del verano?  Ya lo veremos.     

viernes, 12 de julio de 2013

Rajoy, ¡tocado!


Ya no es la crisis económica, sino la corrupción lo que hace tambalear al Gobierno del Partido Popular. Y al presidente del Gobierno, tocado en su credibilidad, por su responsabilidad activa o pasiva ante los escándalos de corrupción que sacuden a su formación política. De por sí, es muy grave que el tesorero nombrado por el propio presidente acabe en la cárcel por la fortuna que ha acumulado mediante una contabilidad “paralela” que, además de financiar ilegalmente al partido, ha servido para “gratificar” a cuantos dirigentes podían ser de utilidad para mantener una red clientelar de empresas que facilitaban “donaciones” a cambio de contratos con la Administración.

Ya no se puede mirar hacia otro lado y dejar sin respuesta las preguntas que acribillan a Mariano Rajoy en cuanto asoma la cabeza. No cabe parapetarse tras una pantalla de plasma ni exponer a portavoces tan descolocados que no saben cómo salir del entuerto sin repetir un argumentarlo ridículo e impropio de personas inteligentes, que deja “perlas” como aquella de la “indemnización en diferido”. Hay que dar explicaciones y, lo que es más importante y urgente, asumir responsabilidades.

Durante más de cuatro años, el PP ha mantenido en su puesto y dado su confianza a un Luis Bárcenas imputado por la trama Gürtel. Durante ese lapso de tiempo, quien lo nombró y le dio las llaves de la caja fuerte del partido, Mariano Rajoy, ha defendido al extesorero del Partido Popular, asegurando que “nadie podrá probar que no es inocente”. ¿Estaría equivocado el señor Rajoy?

El que fuera durante más de dos décadas gerente y tesorero del PP siguió cobrando un sueldo, teniendo despacho y contando con chofer a cargo del partido, hasta que tales privilegios fueron de conocimiento público, casi en coincidencia temporal con su negación a unas acusaciones que pasaban de simples indicios a pruebas contundentes en cuanto se hallaron fortunas a su nombre en cuentas ocultas al fisco en Suiza.

Es entonces cuando, de cubrir todos sus trapicheos, el PP deriva a evitar pronunciar su nombre, como si fuese un apestado, aunque abone una “indemnización en diferido” a un Bárcenas que ocupa ya una celda en la cárcel de Soto del Real. Se ha pasado en cuatro años de una imputación en la trama Gürtel a un caso Bárcenas, separado de aquel, y a una posible investigación por financiación ilegal del Partido Popular que demuestra las prácticas corruptas que durante décadas realizaba dicha formación política. ¿No tenía conocimiento de ello Mariano Rajoy?

Para evitar exponerse, Rajoy se refugia en su silencio habitual y en las elipsis verbales como respuesta cuando se ve obligado a enfrentarse a alguna pregunta. Incluso “blinda” su presencia en el Parlamento, donde gracias a la mayoría absoluta de su grupo parlamentario veta la celebración de una sesión extraordinaria y la creación de una comisión de investigación sobre la corrupción política, algo que contradictoriamente reclama con ahínco allí donde ejerce de oposición. Sin embargo, en el transcurso de esa Diputación Permanente no puede acallar las críticas de todos los demás partidos allí representados, que afean la actitud del PP de “esconder” a Mariano Rajoy, lo que desata la ira del portavoz popular, Alfonso Alonso, quien se defiende acusando a toda la oposición de “ejercer de abogados” de Bárcenas y de “apadrinarlo”. ¿Qué teme Rajoy?

Rajoy está “tocado”. Ya no puede simular desconocimiento de lo que sucedía en su partido y, en especial, con su extesorero y exsenador, Luis Bárcenas. No puede simular “buena fe” en una persona de la que pretende desligarse y hacer como si le hubiera engañado. No puede culpar en solitario a un tesorero que él nombró y que actuó como venía siendo rutinario en una formación política desde anteriores tesoreros, todos los cuales han tenido problemas con la justicia, aunque las dilaciones en las que era especialista Federico Trillo hicieran que prescribieran. Rajoy ya no puede mentir más, se le han acabado las mentiras.

Las investigaciones de los “papeles” de Bárcenas, que desde la cárcel se revuelve contra su partido, apuntan a una financiación ilegal del partido y a la percepción de sobresueldos a dirigentes del mismo, entre ellos al propio Mariano Rajoy, quien habría cobrado casi 7 millones de pesetas “extras” entre 1990 y 1993, siendo ministro. También aparecen indicios de “sobres” a Javier Arenas, Álvarez Cascos y Miguel Blesa, y otros muchos, a cambio de “favores” en las contrataciones públicas. Se trataría, si todo ello pudiera demostrarse, de la mayor trama de corrupción política jamás destapada en España, pues afectaría a un partido con responsabilidades de Gobierno en todas las administraciones del Estado durante décadas. Y si Rajoy acaba implicado, el escándalo sería mayúsculo, pues estaríamos ante el primer presidente de Gobierno acusado de corrupción por delitos fiscales al percibir, al menos, retribuciones ilegales.

Rajoy, pues, está tocado, pero no hundido. La trama Gürtel, que tiene flecos pendientes en Valencia y en Madrid, todavía está siendo investigada y juzgada, a pesar de ser tan poderosa que pudo apartar al juez que la instruyó, Baltasar Garzón, de la judicatura. Es curioso que otro juez expulsado de la Audiencia Nacional, Javier Gómez de Liaño, sea el abogado que represente a Luis Bárcenas ante la renuncia de sus letrados iniciales por discrepancias con la estrategia adoptada por el defendido desde que ingresó en prisión. Sería interesante repasar biografías y estas trayectorias que se entrecruzan en el camino.

De lo que no cabe duda es que en el Partido Popular hay temor y “ruido de sables”. Se está produciendo una agria pelea entre facciones populares dispuestas a deponer a quien consideran “tocado” y prácticamente hundido. En ese contexto de enfrentamientos es donde hay que situar las “salidas de tono” de Esperanza Aguirre y la descarada “colaboración” de El Mundo, diario en el que se alojan francotiradores que jamás mostraron predilección por el actual líder del Partido Popular. Hasta Aznar se permite enmendarle la plana con  propuestas fiscales y consejos políticos desde su fundación Faes. Pero contemplar a la “acoraza mediática” enfrentarse con editoriales y exclusivas por Mariano Rajoy es la muestra más evidente de que Rajoy está tocado…  Muy tocado. Y mudo.

jueves, 11 de julio de 2013

Concha, en la memoria


Hay rostros que, nada más mirarlos, irradian simpatía, credibilidad, confianza y honestidad. Más tarde, al conocer el fruto de su dedicación, descubres además que están sobrados de rigor, veracidad y profesionalidad, talentos que se manifiestan en la bondad y sinceridad de una mirada, de un gesto, de un rostro. Es lo que transmitía Concha García Campoy, la periodista cuya imagen traspasaba las pantallas del telediario para, como una más en la mesa, contarnos lo que pasaba en España y el mundo, o cuya voz llenaba las tardes de entrevistas, noticias y comentarios con los mismos atributos que caracterizaban su imagen: seriedad y honestidad. Los que la conocieron añaden su ilusión y entrega al oficio y la camaradería y la amistad con las que trataba a sus compañeros. Para quienes sólo vimos un rostro o escuchamos una voz, era una mujer que nos acompañó durante un período imborrable de nuestras vidas, comunicándonos de manera especial, desde la garantía que ella encarnaba, lo que sucedía y nos interesaba conocer del entorno cercano o lejano. Ayer murió a los 54 años, víctima de una grave enfermedad, una periodista que en cierto sentido influyó en mis ínfulas periodísticas. Descanse en paz, compañera.

miércoles, 10 de julio de 2013

La sombra de tu sonrisa

Las vacaciones permiten entregarse a la contemplación de las horas muertas, a perseguir recuerdos tras los garabatos de las moscas en las dilatadas tardes de sopor y a buscar refugio a la sombra de una sonrisa. En ese tiempo abotargado y perezoso en el que las olas bañan nuestros pensamientos y la brisa expande el alma por encima de árboles y egoísmos, es cuando la música suele acompañarnos en los paseos que damos en torno a uno mismo para ayudarnos a percibir lo que llevamos dentro, sentimientos adormecidos que se estremecen con la sombra de tu sonrisa, como nos revela Kenny G con la melodía de su saxofón. ¡Felices vacaciones! 


martes, 9 de julio de 2013

¡Sí, Bwana...!

Más que sorpresa, causa vergüenza el grave incidente ocurrido con el veto a sobrevolar espacios aéreos europeos impuesto al avión del presidente Evo Morales cuando regresaba de Moscú a Bolivia. Durante el viaje, tres países denegaron el permiso para cruzar los cielos de Francia, Italia y Portugal, obligando al presidente boliviano a pasar una noche en Viena, donde tuvo que aterrizar de emergencia por carecer de ruta y combustible alternativos. Y todo por una sospecha: el imperio creía que aquel rebelde nativo daba protección al espía arrepentido, Edward Snowden, quien se halla atrincherado en el aeropuerto de Moscú en su escapatoria de las garras estadounidenses.

España, como fiel perro policía, se presta a conceder autorización para el repostaje, en tránsito hacia Bolivia, en el aeropuerto de Las Palmas, en las Islas Canarias, previa inspección de la nave, dando lugar a una de las escenas más bochornosas que se recuerdan de la “diplomacia” española. Es propio de una comedieta de Ozores intentar cumplir las órdenes de los “amigos” para revisar un avión con la excusa de tomar un cafelito, como pretende el embajador español, Alberto Carnero, cuando insta al dirigente boliviano a que lo invite a tomar café a bordo.

Y es vergonzoso que, en contra de todas las leyes y acuerdos internacionales, y de la consideración de extraterritorialidad que disfrutan los aeroplanos de los mandatarios de cualquier Estado, se produzcan en las consideradas “democracias” occidentales incidentes de esta naturaleza, que violan la legalidad y faltan el respeto a los representantes de naciones soberanas. Porque no sólo se saltan la ley ni ofenden al presidente de Bolivia, que merece la misma consideración e idéntico tratamiento que el de cualquier país, sino también a los propios ciudadanos de aquellos países que se prestaron tan sumisamente a cumplir las órdenes de EE.UU. en su paranoia por apresar a un espía al que consideran traidor por revelar las escuchas masivas y arbitrarias que realiza el Gobierno yanqui, incluso entre sus aliados.

La diplomacia española, utilizando la baza de su ascendencia sobre las naciones iberoamericanas, protagonizó un sainete al tratar de conseguir una inspección que ninguna ley ampara, procurando satisfacer al “amo” yanqui y quedar bien con el vilipendiado gobernante sudamericano, al que ha tratado como presunto cómplice del “delincuente” Snowden, como mentiroso al no creer en su palabra y como un ignorante indígena al que se puede intimidar con amenazas y acciones de fuerza de todo punto ilegales.

Sin embargo, tanto celo en confirmar la supuesta carga “ilegal” de un vuelo no se tuvo en cuenta por España cuando los aviones de la CIA, que participaban en secuestros y traslados ilegales de presuntos terroristas islámicos, aterrizaban en Mallorca, Ibiza, Málaga, Alicante y Tenerife con documentación falsa, sus tripulantes se alojaban en hoteles de lujo, utilizaban sus tarjetas de crédito en las compras de “suvenirs” y telefoneaban a sus hogares, curiosamente casi todos ubicados en las inmediaciones de la sede de la CIA en Virginia (USA).

Pero por un arrepentido y nada peligroso informático, que denunció las actuaciones contrarias a derecho de la red que espía las comunicaciones personales en Internet, países que se suponen soberanos, democráticos y desarrollados, siguen respondiendo a la voz de su amo: “si, bwana”. Este es el mundo en que vivimos. Una vergüenza.

domingo, 7 de julio de 2013

Aficiones reencontradas


En este periodo ocioso de las vacaciones da tiempo para reencontrarse con viejas querencias que de alguna manera dejaron su impronta en la paleta que determina el color con el que se mira el mundo. Y lo que en su día fue puro divertimiento, hoy se transforma en el bagaje que afina nuestra sensibilidad y sustancia el criterio para juzgar el propio devenir. A veces, aquellas tendencias nos procuran incomodidad por convertirnos en extraños en la contemporaneidad, o nos llenan de satisfacción al permitirnos comprobar que abundábamos en lo que ha sido plenamente valorado y aceptado culturalmente.

Y no me refiero a las artes académicas y elevadas, sino a las aficiones que de joven iban escorando hacia el cine, la literatura y la música que una cultura de masas ofertaba con la posibilidad tangencial de “educar” a quien supiera desgranar el grano de la paja. De esta manera, el “gusto” que ayer te conducía en pandilla a disfrutar de una tarde de cine adolescente, hoy te dispone al patio de butacas del teatro para escuchar el concierto de una orquesta sinfónica. Incluso, de darse la casual conjunción de no sólo escuchar música, sino de volver a reencontrar en el plazo de horas la versión honestamente actualizada del filme que dio lugar a tales emociones.

Emoción que eriza la piel al escuchar a la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla interpretar música de cine, tocando al compás de Michael Giacchino, junto al Coro de Ópera de Málaga, en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, bajo la dirección de Fernando Velázquez. Más de doscientas personas en un escenario, entre los integrantes del coro y de la orquesta, para que la música invadiera todos los sentidos y se introdujera por los poros hasta la fibra más sensible de quien estaba, así, sobrevolando los paisajes sensoriales de su juventud remota.  Y es que Giacchino, aparte de ganar un Oscar a la Mejor Banda Sonora Original por Up en 2009, es el compositor de las bandas de la renovada saga galáctica de Star Trek, una de mis series favoritas.

No es que ambas expresiones artísticas, música de cine y filmes futurísticos de aventuras, sean obras de arte mayor, pero son lo suficientemente creativas y complejas como para merecer, por un lado, el reconocimiento y la atención de los grandes maestros que dirigen las orquestas que, con su ejecutoria, preservan el acervo cultural de la música clásica y moderna de calidad, y, por otro lado, renuevan en el presente el atractivo y el entusiasmo con los que se habían entrenado estas películas en décadas ya pasadas.

Y para un amante de estas dos facetas, anteriormente del divertimento y ahora de la cultura, este mes de julio ha deparado el mejor de los júbilos: el reencuentro con esas viejas aficiones ya asentadas en los “gustos” propios, el cinematográfico de aventuras galácticas y la música de cine que tiene en Michael Giacchino a uno de sus más destacados, creativos e inspirados compositores, del que tuvimos ocasión de escuchar el estreno absoluto de una pieza especialmente creada para la última entrega de Star Trek. ¡Maravilloso!   

jueves, 4 de julio de 2013

Tomárselo con humor


Los psicólogos (por no decir los psiquiatras) conocen y aconsejan, en situaciones de conflicto, rebajar la tensión gracias al humor y la evasión emocional del foco del problema. Es una forma de soltar “lastre” para aliviar un peso que nos aplasta y nos impide actuar con la debida templanza y lucidez. Casi como una terapia que, durante un tiempo, nos libera del nudo que creemos tener alrededor del cuello.

Precisamente en estos tiempos en que el futuro parece estar vedado y cualquier esperanza parte de la renuncia de lo logrado, es decir, de anunciar un empeoramiento de las condiciones de vida, es cuando hay que aligerar tensiones y tomárselo con humor. De lo contrario, estaríamos condenados a un progresivo avinagramiento del carácter que nos hurtaría del disfrute de lo poco que aún nos es posible: reírnos de nuestras penalidades y de nuestra sombra. Evitaríamos, así, caer en un pesimismo vital en el que acabaríamos sopesando las únicas alternativas que la situación engendra: el suicidio o la revolución. Y como ambas son sumamente peligrosas para quien no está dispuesto a jugarse el pellejo por una pensión encogida, un trabajo de mierda y un salario de beneficencia, lo más aconsejable es, en aras de nuestra salud, no dar satisfacción a quienes se empeñan en amargarnos la vida con tantos recortes y retrocesos sociales, y esbozar una sonrisa burlona ante la adversidad.

Tal es el propósito de Noticias del mundo, una publicación satírica y de humor que pretende que pasemos risueños el tiempo que permanezcamos en el baño, único lugar donde los micrófonos de la CIA sólo registran sonidos indescifrables. Reconozco que me hallaba predispuesto a celebrar una revista tan irreverente, pues me recuerda a la antigua Veneno que hace 30 años editábamos en el hospital, dedicada también a responder con ironía la realidad humana y laboral de aquel ambiente alcanforado y enfermizo.

Y es que, justo cuando más nos aprisiona una realidad espesa y llena de incertidumbres, es cuando podemos apreciar esos instantes de asilvestrada libertad que nos procura el humor satírico e insolente. Además, esta publicación viene a dar forma mediática a una inevitable reacción de la población: si el Poder banaliza los derechos y necesidades de los ciudadanos, estos se cuchufletan de toda su estampa. No querrá, encima, que le hagamos reverencia. ¡Hay que reírse antes que una reforma estructural lo impida, amigo!     

miércoles, 3 de julio de 2013

Garzón vuelve a la política

Lo expulsan de la judicatura y, al cabo, retorna a la política, pero su voz no la pueden silenciar: se trata del exjuez Baltazar Garzón, un héroe para algunos y un villano para otros. Siempre, una personalidad controvertida y sumamente interesante. Tras dedicarse a asesorar algunas instituciones judiciales internacionales y defender a destacados personajes, como Julian Assange, fundador de Wikileads, el antiguo titular del juzgado 5 de la Audiencia Nacional, vuelve a la política, no integrado en las listas de un partido, sino creando su propia plataforma: “Convocatoria Cívica”.

Y no deja lugar a dudas: en su manifiesto insta a unir fuerzas contra la “involución democrática” que está sufriendo España. Más claro, agua. Al exmagistrado le indigna lo que está pasando y se declara harto de la corrupción, del retroceso en derechos y libertades, de la sumisión al poder económico, de la desmemoria histórica, de la injusticia social, de la desigualdad de los ciudadanos frente a las leyes y de la manipulación mediática. Y ofrece otro camino, otras alternativas para enfrentarse a los privilegiados, al poder de los banqueros, para mantener los servicios públicos y para eliminar la corrupción.

Cuando se habla de regeneración y de transparencia que jamás alcanzan a la política “profesional”, Baltazar Garzón apela al compromiso ciudadano, haciendo un llamamiento a las personas y organizaciones sociales y políticas que ya actúan en representación de los ciudadanos, para la construcción de una plataforma de participación basada en la igualdad, la pluralidad y la defensa de los derechos humanos.

Ya se han adherido al manifiesto catedráticos, artistas, juristas, periodistas y otras personas que representan al mundo de la intelectualidad, la política, las artes y los medios de comunicación de este país, como Vincen Navarro, Carlos Jiménez Villarejo, José Chamizo, Manuel Rivas, Pilar del Río y otros.

Los ciudadanos exteriorizan su hartazgo de muchas maneras, como manifestaciones y algaradas callejeras, pero también constituyendo herramientas distintas para expresar sus opiniones y deseos e intentar influenciar, si no actuar directamente, en la “cosa pública”. Y la de Garzón es una propuesta que habrá que seguir con mucha atención porque no se trata de una ocurrencia inviable que surge en el momento más oportuno, cuando los grandes partidos despiertan la desafección de unos ciudadanos que exigen otras medidas que no supongan llanamente el empobrecimiento de los más pobres, sino de una oferta viable y potencialmente detergente de lo que ensucia la política española.

Este Lienzo de Babel también se adhiere, por supuesto, al llamamiento de Baltazar Garzón.

lunes, 1 de julio de 2013

Paisajes de Julio

Julio se instala en este erial en compañía de un viento de levante, seco y raudo, que sacude con latigazos de fuego la piel del verano desde el primer día. Vaharadas de calor agitan el aire sobre superficies calcinadas por un sol implacable e inclemente que castiga a una tierra que arde. Es la temporada infernal que tanto gusta a los demonios sudorosos y sedientos que ennegrecen su piel con el color de sus almas y refrescan sus conciencias y el aliento confundidos entre las aglomeraciones que se disputan la orilla del mar, el frescor de las fuentes o las brisas nocturnas. Si no fuera porque también es tiempo para huir hacia ninguna parte, el sofoco acabaría ahogando la esperanza, cualquier vestigio de esperanza de un clima menos irredento. Hoy abrimos la puerta de julio para adentramos en un paisaje yermo.