miércoles, 21 de octubre de 2020

¡Hasta otra, amigos!

Todo empeño, como todo ser vivo, consume su ciclo vital al agotar las energías que motivaron su existencia. Es el caso de este blog. Lienzo de Babel también agoniza con esta entrada, la última con la que se despide de sus lectores y seguidores después de poco más de once años ininterrumpidos de humilde presencia en el mundo digital. Once años, 2000 entradas y cerca de 140.000 visualizaciones de una página que sólo ha pretendido mostrar con sinceridad los interrogantes y las incertidumbres que la realidad, en su sentido más personal y también más externo, genera en su autor, quien esto escribe. Una realidad que palpita en nuestro interior, condicionándonos, y que abarca todo lo conocido y desconocido de lo real. Pensarla, interrogarla y cuestionarla nos permite acercarnos a su conocimiento.

En cada una de esas dos mil entradas que han tenido cabida en este blog, se ha rehuido de lo que fácilmente suscita la curiosidad banal de la multitud para exponer con honestidad intelectual los asuntos que atrajeron la mirada inquisitiva, causando más desasosiego que certezas, de un ser inquieto y desconcertado consigo mismo y con lo que le rodea. Nada ha escapado a los ojos escrutadores que se asomaban a esta ventana, la mayor parte de las veces sorprendidos por un mundo complejo, diverso, contradictorio e inabarcable. Desde sentimientos personales hasta enjuiciamientos políticos e ideológicos, sin olvidar inquietudes culturales, religiosas, artísticas o sociales, casi ninguna arista de la realidad ha sido eludida en las páginas de esta bitácora. Y todas han sido tratadas con el máximo rigor, respeto y claridad que fue posible a la capacidad del que las escrudiñaba, sin otra intención que la de profundizar, cuestionar, valorar y tratar de conocer lo que nos incumbe, nosotros mismos y el mundo, con una objetividad no exenta de inevitable subjetividad. No siempre se pudo conseguir tal objetivo, aunque fuese constantemente perseguido.

Al cabo del tiempo, más de una década, la tentación cada vez más frecuente de caer en la reiteración, tanto en los temas como en los argumentos, junto a la dificultad física y cognitiva de mantener el pulso periódico de esta iniciativa, que ambicionaba prestar una atención constante a lo que nos interpela, nos obliga a desistir del empeño y confesar que nos sentimos superados por el peso de la responsabilidad. Del mismo modo que las personas, este blog también se jubila. Y las causas son las mismas: fin de un proyecto por agotamiento de las energías lo engendraron. Es un final voluntario que ni es abrupto ni violento, sino por causas “naturales” y con plena consciencia de concluir un ciclo que se sabía temporal.

Por eso, y desde el inmenso honor que supone vuestra presencia en estas páginas, tanto para disentir como para compartir opiniones, queremos transmitir nuestro agradecimiento a los fieles “babilonios” y a cuantos, directamente desde el blog o a través de Facebook, nos han honrado con su atención, comprensión, interés y participación. Todos ustedes, individualmente si fuera posible, merecen nuestro más sentido reconocimiento de gratitud. De ahí que, puestos a desaparecer, lo hagamos con vuestro conocimiento y el testimonio de una fraternal despedida: ¡Hasta otra, amigos! Nos vamos con mirada crepuscular.

martes, 20 de octubre de 2020

Escritoras (y II)

Para fugarnos de la tierra / un libro es el mejor bajel; / y se viaja mejor en el poema / que en el más brioso y rápido corcel. / Aun el más pobre puede hacerlo, / nada por ello ha de pagar: / el alma en el transporte de su sueño / se nutre sólo de silencio y paz. Emily Dickinson: Poema “Ensueño”

Tengo por importante entre todos el concepto de que la novela ha dejado de ser obra de mero entretenimiento, modo de engañar gratamente unas cuantas horas, ascendiendo a estudio social, psicológico, histórico, pero al cabo estudio. Emilia Pardo Bazán: Fragmento del prefacio a “Un viaje de novios”.

¡Ah, por do quiera que voy / sólo amarguras contemplo, / que infunden negro pavor, / sólo llantos y gemidos / que no encuentran compasión…/ ¡Qué triste se ha vuelto el mundo! / ¿Qué triste le encuentro yo!... Rosalía de Castro: Poema: “¡Cuán triste se ha vuelto el mundo!”

Silencio absoluto. En la calle, de cuando en cuando, los pasos del vigilante. Mucho más arriba de los balcones, de los tejados y las azoteas, el brillo de los astros. Carmen Laforet. “Nada”, pg. 237.

Es una verdad reconocida por todo el mundo que un soltero dueño de una gran fortuna siente un día u otro la necesidad de una mujer. Jane Austen: “Orgullo y prejuicio”, pg. 5.

… y así hasta completar una lista incomprensiblemente corta de escritoras que contribuyeron a ampliar una literatura que no tiene sexo, pero sí una visión distinta de lo que aborda, sea ficción, ensayo, poesía, filosofía, etc. Ningún género literario se resiste al talento de una escritora que no se siente coaccionada por ser mujer.

lunes, 19 de octubre de 2020

Día de las escritoras: todo el año.

Escribir es defender la soledad en que se está; es una acción que sólo brota desde un aislamiento efectivo, pero desde un aislamiento comunicable. María Zambrano: “Hacia un saber sobre el alma”, pg. 31.

La juventud insolidaria, que tiene como referentes a los políticos corruptos o simplemente profesionales, necesita vías institucionales para ejercer la virtud, la participación colectiva. Es urgente una nueva cultura moral. Helena Béjar, “El mal samaritano”, pg.151.

El eco que retumba entre las ruinas calcinadas es lo único que queda del mundo. El aire esparce las palabras vacías de piedra en piedra. Sharon E. Smith: “El vacío”, cuento incluido en “Dicho sea de paso”, pg. 13.

Sólo cuando uno se respeta a sí mismo puede exigir el respeto de los demás, y sólo cuando uno cree en sí mismo los demás pueden creerle, de Oriana Fallaci: “Carta a un niño que no llegó a nacer”, pg. 81.

Es imposible leer el pasado sin prejuicios. Rescribir la historia de la ética es repensarla desde el presente, a la luz de los problemas y de las circunstancias específicas que hoy nos agobian. Victoria Camps: “Breve historia de la ética”, pg. 13.

Sólo los muy jóvenes, los muy tontos y los que temen ser tachados de cobardes quieren ir a la guerra. Ana María Shua: Fragmento del relato “Fecundo en ardides, incluido en “La guerra”, pg. 62.

La igualdad (…) no nos es otorgada, sino que representa el resultado de la organización humana por cuanto es guiada por el principio de la justicia. No nacemos iguales; llegamos a ser iguales como miembros de un grupo por la fuerza de nuestra decisión de concedernos mutuamente los mismos derechos. Hannah Arendt: “Las confusiones de los derechos del hombre”, pg. 122.

Las marchitas complejidades y ambigüedades de nuestro tiempo más dudoso y gradual les eran desconocidas. La violencia era todo. Se abría la flor y se marchitaba. Se levantaba el sol y se hundía. El enamorado amaba y se iba. Virginia Woolf: “Orlando”, pg. 24.

Desvié la mirada de sus manos hasta los pantalones de color caqui manchados de arena; recorrí con los ojos su delgada silueta hasta la camisa vaquera rota. Tenía la cara tan blanca como las manos, a excepción de una sombra que había en su saliente barbilla. Sus mejillas eran muy delgadas, hundidas, y la boca grande; había en sus sienes unas hendiduras poco profundas, casi delicadas, y sus ojos eran de un gris tan claro que pensé que era ciego. Su cabello era fino y apagado, casi plumoso en lo alto de su cabeza. Harper Lee: “Matar a un Ruiseñor”, pg. 336.

Me pongo una mano sobre el corazón, cierro los ojos y me concentro. Adentro hay algo oscuro. Al principio es como el aire en la noche, tinieblas transparentes, pero pronto se transforma en plomo impenetrable. Pocuro calmarme y aceptar aquella negrura que me ocupa por entero, mientras me asaltan imágenes del pasado. Me veo ante un espejo grande, doy un paso atrás, otro más y en cada paso se borran décadas y me achico hasta que el cristal me devuelve la figura de una niña de unos siete años, yo misma. Isabel Allende: “Paula”, pg. 44.

Todos los días, a las ocho y media de la mañana, se encuentran en la misma barra del mismo bar de la misma estación de metro. Ella va a trabajar, a limpiar casas por horas. Ël ya no trabaja, pero pone el despertador todas las noches, igual que antes, porque no puede permitirse en su derrota la humillación suprema de quedarse en la cama hasta el mediodía. Almudena Grandes: “Los besos en el pan”, pg. 36.

En un mundo caótico, adquirir libros es un acto de equilibrio al filo del abismo. Irene Vallejo: “El infinito en un junco”, pg. 12.

viernes, 16 de octubre de 2020

World Press Photo

 


No es un cuadro, es una de las fotografías de la Exposición de la World Press Photo 2020. Su autor es Daniele Volpe (Italia) y ganó el 3º premio en la categoría "Proyectos a largo plazo", con esta imagen de una víctima del genocidio Ixil, durante la Guerra Civil de Guatemala (1960-1996).

(Ver recomendaciones del mes en columna de la derecha).