jueves, 30 de abril de 2015

Andalucía: abocada al diálogo

Parlamento de Andalucía
En Andalucía debe comenzar un tiempo nuevo, distinto a lo acostumbrado, a partir del próximo 4 y 5 de mayo, fecha en la que el pleno del Parlamento de la Comunidad Autónoma celebra sesión para la investidura de la persona encargada de formar un Gobierno que responda a lo expresado y deseado por los ciudadanos en las urnas el pasado 22 de marzo. La única candidata dispuesta a asumir tal reto es Susana Díaz Pacheco, actual presidenta en funciones de la Junta de Andalucía, avalada por los 47 diputados conseguidos por la formación que lidera y que convierten al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en la minoría mayoritaria que, en teoría y aritméticamente, debe afrontar tal responsabilidad. No lo tiene fácil.

En principio, y tras las semanas transcurridas desde las elecciones, las negociaciones para buscar acuerdos de legislatura entre los distintos grupos parlamentarios no han dado ningún resultado tangible. No se ha producido, hasta la fecha, ningún pacto que facilite la constitución del nuevo Gobierno en una primera votación. Tanto el Partido Popular (33 diputados) como Podemos (15), Ciudadanos (9) e Izquierda Unida (5) se han limitado a escuchar las propuestas de los socialistas y exponer, por respuesta, las diversas condiciones que cada uno de estos partidos pone encima de la mesa para sellar cualquier acuerdo de investidura. En el horizonte de todos ellos figuran las inmediatas elecciones municipales y autonómicas convocadas para el 24 de mayo, además de las generales de final de año, que obligan a preservar las diferencias entre unas formaciones políticas que temen verse perjudicadas por un acuerdo con el PSOE en Andalucía.

El calendario y la coyuntura no juegan a favor de la formación de un Gobierno andaluz sin tensiones, como las que se produjeron para la composición de la mesa del Parlamento autónomo. Aquel reparto de puestos en la Cámara ha sido recurrido por los Populares ante el Tribunal Superior de Justicia por estar disconformes con la adjudicación de sillones realizada para cubrir las siete plazas previstas por el Reglamento. Esa misma falta de diálogo y las incógnitas que cada formación alberga se mantienen a la hora de decidir el próximo presidente de Andalucía, cuya votación se producirá el día 5 y, en caso de no reunir los apoyos necesarios, se procederá a una segunda votación el día 7, víspera del inicio de la campaña electoral de los comicios de finales de mayo.

Sin embargo, todas estas extraordinarias circunstancias que caracterizan el actual momento político obligan, precisamente, a un diálogo permanente y sin reservas entre los diversos actores que deben hacer viable el mandato de los electores andaluces. Están abocados al diálogo, a un diálogo constructivo en el que han de prevalecer los intereses de Andalucía sobre las estrategias electoralistas y los réditos partidistas. Tanto los socialistas como las demás fuerzas políticas están obligados a conseguir un acuerdo que permita la gobernabilidad en esta región y la constitución de un Ejecutivo que se ocupe de los problemas, muchos y de una gravedad extrema, que afectan a los andaluces. Es lo que demanda la población y es a lo que se comprometieron cuando recabaron el voto de los ciudadanos.

El nuevo escenario viene determinado por un Parlamento en el que tienen representación cinco grupos políticos, ninguno de los cuales goza de mayoría absoluta para formar Gobierno en solitario. Sólo los socialistas tienen posibilidades de ello, si las demás fuerzas no se coaligan para conformar una mayoría alternativa o se abstienen para no impedir que el PSOE gobierne la región. Ante la imposibilidad de coalición por el antagonismo ideológico de los grupos de la oposición, lo sensato y democrático sería no poner obstáculos a quien está en condiciones de poder gobernar. No se trataría de dar un cheque en blanco para la investidura de la candidata socialista, sino de optar por la abstención, como ejercicio de neutralidad, para que la minoría mayoritaria pueda constituir un Ejecutivo que, en esta Legislatura sin mayorías absolutas, estaría siempre sometido al control y escrutinio de cada iniciativa que remita al Parlamento. Se trata, en definitiva, de arrinconar posturas de enfrentamiento y confrontación para sustituirlas por las de diálogo permanente y constructivo entre todos.

Es un escenario distinto que obliga a comportamientos políticos también distintos. La fragmentación del Parlamento y la emergencia de nuevos interlocutores que representan la diversidad del sentir popular determinan necesariamente otra forma de gobernar. Ahora, sin el rodillo de las mayorías absolutas, habrá que consensuarse cada actuación gubernativa que, desde la diversidad de enfoques y aportaciones, tendrá oportunidad de enriquecerse y perfeccionarse en aras del bien general.

Lo deseable, por tanto, si no se pretende repetir unas elecciones en las que los ciudadanos ya han expresado su voluntad sobre quiénes merecen su confianza, es aceptar el veredicto de las urnas. En ese sentido, que los socialistas gobiernen en minoría es la menos mala de las alternativas posibles y la más democrática con respecto a esa voluntad popular. Oportunidades habrá a lo largo de la legislatura de controlar, corregir o impedir las acciones de ese Gobierno y su manera de ejercer el poder que se le entrega.

La responsabilidad de los partidos políticos se demuestra en circunstancias como las actuales, en las que se deben sopesar si priorizan sus intereses partidistas o los generales de la población. En función de ese comportamiento responsable, los votantes renovarán su confianza en los partidos o la retirarán en subsiguientes citas electorales. Esa es, precisamente, la gran virtud de la democracia: nada está decidido para siempre y todo depende de la voluntad soberana de los ciudadanos.

De ahí que lo más conveniente sea que el próximo  5 ó 7 de mayo surja un nuevo Gobierno en Andalucía, un Gobierno abocado al diálogo en la misma medida que la oposición habrá de ejercer su función también desde el diálogo. Es lo que comprobaremos o deploraremos del pleno que celebre el Parlamento en esas fechas para la investidura del próximo presidente de esta Comunidad Autónoma.     

martes, 28 de abril de 2015

La suerte de los nadies

En recuerdo de todas las víctimas de nuestra barbarie y de la naturaleza, con permiso de Galeano.

Los nadies se ahogan en barcas atiborradas con las que intentan cruzar a la otra orilla del mediterráneo en busca de alguna escapatoria a una muerte de la que huyen y que los embosca en el fondo del mar; los nadies mueren sepultados por terremotos que sacuden las montañas más altas del planeta para derribar las chozas de los humildes, no los palacios de los poderosos, y aplastar bajo los escombros sus sueños de futuro; los nadies son apaleados sobre las vallas a las que trepan para que pierdan sus ansias de libertad antes de ser expulsarlos a sus infiernos de origen; los nadies nos hacen sonrojar de vergüenza cuando tropezamos con sus tragedias antes de cambiar de canal y de alma; los nadies son los destinatarios de cuantas calamidades e impiedades antojan la naturaleza y un desorden mundial para demostrar su fuerza y sinrazón; los nadies y sus infortunios revelan nuestra auténtica condición inhuma y egoísta. Los nadies somos nosotros con menos suerte y más dignidad.


lunes, 27 de abril de 2015

La ira de los sectarios


El último premio Cervantes, concedido a Juan Goytisolo, ha encendido la ira de la “caverna”, que se ha dedicado sin disimulo a minusvalorar los méritos del escritor barcelonés afincado en Marruecos, en un alarde de desprecio genético como sólo la derecha ultramontana es capaz de mostrar, y en acusar al jurado de hacer un gesto “diarreico y genuflexo” con tal de fastidiar al nacionalismo catalán y de apaciguar al fanatismo islámico, aquel cuya intransigencia religiosa podría equipararse a nuestra intolerancia cultural si no fuera porque la primera actúa con criminal violencia asesina.

Juan Goytisolo (Barcelona, 1931) es un profesional de las letras que, como todos, podrá gustar o no, pero al que no se le puede negar una indudable calidad literaria que, al fin y al cabo, es lo que premia la más alta distinción que España concede en el terreno literario. Es cierto que este autor, encuadrado entre los más precoces de los que vivieron la Guerra Civil como “niños asombrados”, no elude planteamientos literarios para abordar lo social desde términos de mayor compromiso. Un compromiso que, movido por la heterodoxia total en sus ensayos, le hace cultivar el tema de la traición hacia su país y la transgresión de todos sus valores –Disidencias (1977), Libertad, libertad (1978)-, hasta el extremo de provocar el enraizamiento del escritor en el Magreb e incentivar su interés por la civilización árabe. De ahí que en unas provocativas declaraciones reconociera que había pensado venir a recoger el premio vestido con una chilaba en vez de chaquet.

La derecha cavernícola no le perdona ni una cosa ni la otra, pues repudia tanto el “desaliño” indumentario con el que recibió el premio de manos del rey Felipe VI como la traición deliberada que muestra hacia su país o, mejor dicho, al modelo de país que encarna esa derecha intolerante, a pesar de que Goytisolo trasciende el rechazo de lo hispánico con el cuestionamiento de la sociedad occidental y el consumismo desaforado al que se entrega. Dejándose llevar por el sectarismo más ciego y vulgar, esa derecha faltona brama insolente por la concesión del premio a un “hereje” de la literatura española, objeto de sus fobias y rencores, aunque un jurado independiente, experto en la materia, haya valorado exclusivamente la calidad literaria de sus escritos: novelas, ensayos y artículos. Y es que, para los sectarios recalcitrantes, es preferible valorar –y premiar- la afinidad ideológica que la habilidad de cualquier escritor, pintor, escultor o compositor, cuya calidad artística supera la temática de su obra. Para estos que, en los medios que cobijan su mala uva, no tienen empacho de tildar al premiado como autor de “bodrios” (De Prada) y de que no puede ser “más plasta ni más aburrido” (Robles), parece que les duele más que el Cervantes no se lo dieran a ellos (tan adalides de las esencias patrias) antes que a un “viejo perroflauta” (Leguina) de izquierdas.

Los méritos de los críticos son de sobra conocidos, como aquel Coños del predicador de Trento con tendencia a la obesidad o los tópicos típicos del casticismo sevillano, experto en filología semanasantera, del vanidoso de la feria. Puestos a seleccionar uno de ellos, elegiría al de Baracaldo, sin la acritud que él profesa a Goytisolo, ya que hay que reconocerle su demostrada maestría literaria aunque no comulgue con su ideología retrógrada y tradicionalista. Esa es la diferencia entre un sectario y un ecuánime: al primero lo ciega la pasión irracional, el segundo intenta ser imparcial y justo.

Y aunque a mí tampoco me gusta Goytisolo, no por ello despotrico de la decisión del jurado ni menosprecio los atributos literarios de la obra del premiado, quien aprovechó la ocasión para incidir en sus planteamientos de compromiso social, haciendo un llamamiento a no evadirse de la “realidad inicua” que nos rodea y no resignarnos con las injusticias. Su discurso concluyó pidiendo “digamos bien alto que podemos” para subrayar que hoy “las razones para indignarse son múltiples y el escritor no puede ignorarlas sin traicionarse a sí mismo”. Tal vez a la derecha reaccionaria le moleste que este compromiso no sea una postura oportunista, sino que su extensa y variada obra ya había sido prohibida por la censura franquista desde 1963, sin que por ello dejara de ejercer influencia en ámbitos intelectuales y progresistas.

Como sabe cualquier conocedor de las patologías sociales y los trastornos psiquiátricos, los miedos y el rencor alimentan el sectarismo de los mediocres. Es lo que acaba de poner de manifiesto el último premio Cervantes con el vómito que ha provocado en los que han intentado denostar al galardonado. A mayor honra del afortunado.

sábado, 25 de abril de 2015

Días de parque

Parque de Miraflores
En esta época del año, de temperaturas suaves y salpicada de colores, apetece dejarse impresionar por esas islas naturales que resisten a la amenaza del hormigón y el asfalto de nuestras ciudades para encontrar amparo en la tranquilidad de unos parques y jardines siempre distintos y siempre iguales. Por sus angostas veredas sinuosas, de un recorrido inalterable, podemos distinguir el ropaje con el que cada estación viste la vegetación, haciendo que, en primavera, luzca una apoteosis floral de exuberancia cromática. Árboles y arbustos brillan con la clorofila que lustra sus hojas para recrearse en el espejo de los estanques y en la lámina de un aprendiz de río, hasta que la perfidia envidiosa de los patos hace temblar el reflejo hasta descomponerlo. Justo cuando la ciudad se desplaza bulliciosa para concentrarse en apreturas de toldos, polvo y ruido, estos remansos de paz, casi solitarios, brindan un espejismo edénico que calma inquietudes y sosiega el espíritu de los que huyen de las aglomeraciones y practican un fin de semana de parque, atraídos por la feria de la naturaleza.

viernes, 24 de abril de 2015

De Zurbarán a Picasso, un recorrido por la pintura andaluza

Sin necesidad de visitar distintos museos de distantes ciudades, en un viaje agotador que nos llevaría desde Málaga a Madrid, pasando por Londres, París o Nueva York, se presenta en Sevilla la excepcional oportunidad de poder contemplar bajo un mismo techo una exposición que reúne 80 obras de artistas andaluces de todas las épocas y estilos. Desde el costumbrismo al abstracto y del realismo al cubismo, sin relegar el naturalismo sevillano, la sala de exposiciones del Convento Santa Clara ofrece una completa panorámica pictórica de artistas andaluces, pertenecientes a la colección privada de Juan Abelló. Se trata de la muestra De Zurbarán a Picasso, en la que se podrán contemplar algunas obras que nunca antes habían sido expuestas.

Lienzos de Herrera el Viejo, Zurbarán, Picasso, Juan de Mesa, Murillo, Alonso Cano, Valdés Leal y Carmen Laffón, entre otros grandes artistas, se pueden admirar por primera vez sin necesidad de desplazarnos de ciudad y compartiendo un espacio que nos permitirá transitar por siglos de pintura centrada en el ámbito andaluz y desde una amplia diversidad de estilos. Y por si fuera poco, esta exposición, que puede visitarse desde el 12 de marzo hasta el 12 de junio, recoge también dibujos de artistas andaluces pertenecientes a los siglos XVI y XVIII del Álbum Alcubierre, de la colección del Conde del Águila, y que ahora forma parte de la colección de Juan Abelló y su esposa Anna Gamazo. En su conjunto, la exposición nos brinda una oportunidad única de hacer un recorrido por la pintura andaluza que ningún amante del arte debería desaprovechar.

jueves, 23 de abril de 2015

Conmemoración de la muerte de Cervantes

Hoy, 23 de abril, se celebra, en medio de la obsesión por exhumar sus huesos de entre los restos hallados en una cripta de la Iglesia de las Trinitarias de Madrid, el aniversario de la muerte del escritor más universal de la lengua española, don Miguel de Cervantes Saavedra. La Real Academia Española de la Lengua organiza anualmente, desde 1861, actos en conmemoración de esta fecha que culminan con una misa por el eterno descanso de tan insigne figura de las letras hispánicas. Nada que objetar de los esfuerzos por recordar a quienes nos hacen sentir orgullosos de una lengua y una literatura que son de las más importantes del mundo y fuente de una cultura de la que se nutren y alimentan una diversidad de pueblos en varios continentes. Centenares de millones de personas piensan, hablan, escriben, sueñan y se relacionan en español, gracias a escritores como Cervantes, que crean en ese idioma obras perennes de la literatura universal.

El profesor, académico y especialista en Cervantes, Francisco Rico, puntualiza, en el primero de sus Anales cervantinos que publica el diario El País, que en realidad esta fecha es errónea, ya que Cervantes murió un día antes, el 22 de abril de 1616. La equivocación procede de la fecha anotada en el libro de registros de la parroquia correspondiente, documento que fue rescatado por Blas Nasarre en 1749, en el que consta la fecha del sepelio, no la del fallecimiento.
 
En cualquier caso, no es cuestión de alterar por un día unos actos programados para celebrar el 339º aniversario de la muerte de un clásico de la letras españolas, ni de dejar de remover sus huesos para exponerlos en una urna, si con todo ello se promueve el conocimiento de un hito de nuestra cultura y se estimula la lectura de su obra. El auténtico Cervantes está en los libros, en su producción literaria, que es donde debemos buscarlo si de verdad queremos conocerlo, comprenderlo y apreciarlo, y no en funerales ni dentro de urnas de interés turístico. Su Quijote, La Galatea, Rinconete y Cortadillo, El coloquio de los perros, El licenciado Vidriera y tantos otros títulos nos esperan para mostrarnos la genialidad de un escritor, un clásico de la literatura de todos los tiempos

miércoles, 22 de abril de 2015

Los ERE de Alaya

Expresidentes Griñán y Cháves
El sumario que está instruyendo la jueza Mercedes Alaya, en el Juzgado de Instrucción 6 de Sevilla, desde hace más de un lustro, a raíz de una denuncia sobre supuestas comisiones ilegales por parte de empresarios a directivos de Mercasevilla y que ha derivado en lo que se conoce como caso de los ERE, parece que está a punto de cerrar su capítulo más polémico y espectacular: el que afecta a políticos aforados que detentaron puestos de máxima responsabilidad en la Junta de Andalucía (presidentes, consejeros, directores generales) en algún momento del amplísimo período de diez años que comprende la investigación, desde 2001 a 2011.

Exvicepresidente Gaspar Zarrías
Todos los políticos "señalados" por Alaya en el sumario han prestado declaración voluntaria en los órganos correspondientes (Tribunales Superior de Andalucía y Supremo de Madrid), a los que la jueza traspasó la parte del caso que implica la participación de aforados nacionales y autonómicos en la compleja trama de los ERE. Así, el Supremo ha podido oír la declaración de Manuel Cháves y José Antonio Griñán, expresidentes de la Junta, Gaspar Zarrías y Mar Moreno, exvicepresidentes, y José Antonio Viera, exconsejero de Empleo. El TSJA, por su parte, recibió la declaración también voluntaria de Carmen Martínez Aguayo, Antonio Ávila, Francisco Vallejo, pero no de Manuel Recio (el único que no ha pedido declarar), exconsejeros que perderán su condición de aforados al no presentarse para ser elegidos diputados en el nuevo Parlamento de Andalucía. La pieza que les afecta volverá a manos de la jueza Alaya tras la constitución del Parlamento de la Legislatura recién estrenada. Hay que añadir, en la parte política del caso, las declaraciones ya tomadas por la jueza, por no ser aforados, a Magdalena Álvarez, exconsejera de Economía y Hacienda y exministra de Fomento, Antonio Fernández, exconsejero de Empleo y Francisco Javier Guerrero, exdirector general de Empleo, siendo los dos últimos los únicos políticos que han ingresado en prisión preventiva por este caso.

En total, Mercedes Alaya lleva instruido un voluminoso sumario de más de 300.000 folios, en el que imputa a cerca de 300 personas, entre políticos, empresarios, sindicalistas, trabajadores jubilados, funcionarios, etc., de haber participado en la concesión ilícita de ayudas sociolaborales y económicas directas a empresas y personas físicas (falsos jubilados), conocido como caso de los ERE, y que contempla delitos por prevaricación y malversación de fondos, fundamentalmente.

La magnitud y complejidad de esta investigación judicial, que pretende demostrar que las ayudas sociolaborales concedidas por la Junta de Andalucía fueron, en realidad, un fenomenal fraude creado, mantenido e intencionadamente manejado de forma arbitraria para favorecer a determinados pueblos, empresas, amigos, familiares y simpatizantes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el partido que gobierna la región desde hace más de 30 años. Esta "causa general" emprendida por la jueza Alaya contra esa iniciativa "socorrista" de la Junta de Andalucía parte de la consideración de que la partida presupuestaria 31L, aprobada anualmente por el Parlamento de la Comunidad, era un procedimiento ilegal utilizado expresamente para ocultar su carácter discrecional (fondo de reptiles) y vedar su fiscalización y control a la Intervención de la Junta. De los 1.217 millones de euros destinados durante esos años a dicha partida, la investigación del caso estima en unos 152 millones el importe de lo defraudado mediante prejubilaciones fraudulentas (12,3 millones), subvenciones a empresas no inmersas en un ERE (73,8 millones) y elevadas comisiones a intermediarios, aseguradoras, consultoras y sindicalistas (68 millones).

La jueza Mercedes Alaya basa sus indagaciones en varios informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, en la que se apoya para sus investigaciones, en la velada declaración del Interventor General de la Junta (2000-2010), Manuel Gómez, que advirtió de las irregularidades en el sistema de los ERE a las Consejerías de Hacienda y Empleo pero no elevó ninguna alerta de ilegalidad al Consejo de Gobierno, y en un dictamen pericial que la jueza ha solicitado a la Intervención General del Estado, en el que se concluye que el reparto de los fondos puede ser declarado "nulo de pleno derecho". Con todo ello, la jueza entiende que el Gobierno andaluz ha menospreciado deliberadamente los presuntos informes de la Intervención, por lo que acusa a las máximas autoridades de la Junta de Andalucía de "idear" un sistema para beneficiar a simpatizantes del PSOE, sindicatos y a las aseguradoras por afán de lucro o ganar las elecciones.

Exmiembros del Gobierno andaluz imputados
Tal acusación de confabulación, más política que judicial, puede ahora acabar "desinflada" en los Tribunales Supremo y Superior de Justicia si estos órganos, tras las declaraciones de los imputados aforados y sin pruebas indiciarias sólidas, no perciben la existencia de dolo en las actuaciones de los declarantes ni aprecian la comisión de algún delito, como mantiene la jueza Alaya, a la hora de diseñar el sistema de ayudas socioeconómicas. Distinto escenario es la práctica totalmente descontrolada de gestionar esa partida y la distribución arbitraria de los recursos por parte de la Consejería de Empleo, el Instituto de Fomento de Andalucía (IFA) y después por la Agencia Idea. Más que una maquinación por parte del Gobierno andaluz para actuar de manera ilegal, parece probable que estemos ante un ejemplo claro de falta de control –o de subterfugios para sortearlo- por parte del organismo encargado de tramitar y conceder tales ayudas de forma absolutamente discrecional. Esta parece ser la opinión que comparten el Supremo y la Fiscalía Anticorrupción de Sevilla, al valorar la "absoluta discrecionalidad en el uso de los fondos" por parte de la consejería de Empleo, sin entrar en que ello puede formar parte de una maquinaria fraudulenta conocida y consentida por el Gobierno andaluz.

Jueza Mercedes Alaya
Precisamente, ese es el hilo argumental del recurso presentado por el exconsejero Francisco Vallejo a la Sala Civil y Penal del TSJA, en el que solicita el archivo de la causa, al objetar que la jueza instructora parte de una hipótesis "inverosímil, si no descabellada". En él se subraya que la exposición razonada elaborada por Alaya "no atribuye ningún interés particular" en los aforados cuya imputación interesa", ni hace mención alguna al "lucro, ganancia o beneficio personal" de quienes se solicita su incriminación, sino que les acusa genéricamente de "participar en un sistema para desviar fondos a personas y empresas a las que atribuye una afinidad que no se concreta", pero que posibilita la obtención de réditos electorales. Es por ello que, según este recurso, la instructora "equipara conceptos como irregularidad administrativa, inadecuación del procedimiento o ilicitud" con el concepto de "delito o ilícito penal", mucho más estricto, restrictivo y grave. Es decir, Vallejo estima que Alaya "transmuta en delictiva toda irregularidad o ilicitud administrativa", ante la imposibilidad de imputar un delito concreto a los aforados.

Si los Tribunales Supremo y Superior de Justicia no aprecian tampoco ningún ilícito penal atribuible, al menos, a los aforados más significativos de los que acaba tomar declaración (Viera y Zarrías podrían ser imputados), la parte más enjundiosa, mediática y susceptible de utilizar en la confrontación política, la mayor causa nunca abierta a un Gobierno regional podría terminar como el parto de los montes: pariendo un ratón minúsculo con los condenados "menores" que se aprovecharon de la increíble falta de control con la que la Junta de Andalucía manejaba el dinero de los contribuyentes. Y aunque el escándalo ha obligado a extremar el rigor en la Administración comunitaria e implantar medidas de transparencia para conocer a qué se destina hasta el último céntimo público, las responsabilidad de los políticos no se agota con el sobreseimiento de la causa o con la condena penal, sino que debe sustanciarse con la asunción de responsabilidades políticas, independientemente del fallo judicial. Si por acción u omisión se produce un escándalo de corrupción de esta naturaleza, quien estaba obligado a preverlo y evitarlo debe ser apartado inmediatamente de la política, por incompetente, y volver a su actividad privada. Es lo que la gente aguarda de Cháves, Griñán y demás aforados "señalados" por la jueza Mercedes Alaya en el caso de los ERE de Andalucía. Es improbable que la mayoría de estos altos cargos se haya lucrado con el dinero de los ERE, pero han fallado estrepitosamente a la hora de nombrar a las personas que debían manejarlo y de establecer un control más estricto para que su distribución se ajustara a la finalidad para la que se dotó esa partida presupuestaria: dar ayudas a empresas y trabajadores en unos momentos de especial dificultad y en la región con la mayor tasa de paro de España. Sólo por dignidad habría que dimitir, sin esperar las resoluciones de los tribunales.

lunes, 20 de abril de 2015

Rodrigo Rato y el estado social

Coincide en el tiempo, porque así de generosos son los dioses del destino, la presentación del demoledor análisis que hace la Asociación de Directores y Gerentes en Servicios Sociales sobre la delicada situación social de España (Informe sobre el estado social de la Nación 2015) y la espectacular detención policial de Rodrigo Rato, exvicepresidente económico en los gobiernos de José Mª Aznar, ex director-gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), expresidente de Caja Madrid que diseñó aquella estafa bancaria llamada Bankia, y consejero (aun en activo) de Telefónica (que para eso el Gobierno privatizó estas antiguas empresas públicas y designó a los “amigos” que iban a presidirlas).

Para los que tienen la suerte de no haber conocido al personaje en cuestión, Rato fue el gran artífice de las políticas económicas que alaban quienes hoy nos empobrecen, todo un soberbio icono de la economía liberal para alumnos y antiguos subordinados suyos –entre ellos, Luis de Guindos y Cristóbal Montoro, secretarios de estado bajo sus órdenes- quienes, prosiguiendo sus objetivos neoliberales, nos conducen en la actualidad hacia un modelo de sociedad caracterizado por la pobreza, la precariedad y las desigualdades. Estas aparentes casualidades (Rato y la precariedad) evidencian hasta qué punto los hechos no se dan de forma aislada, sino que guardan relación y explican consecuencias, como las que expone el citado informe, que han sido intencionadamente inducidas por los promotores de unas políticas concretas, que nacieron con Aznar/Rato y se profundizan con Rajoy/Guindos/Montoro, utilizando ahora la crisis como excusa.

Para un seguidor atento de la realidad, hablar de Rodrigo Rato es repetirse, incidir en lo ya señalado -incluido este blog- porque el personaje sólo engañaba a quienes querían dejarse engañar y se embobaban con sus soflamas acerca de las bondades de una economía basada en la desregulación, bajada de impuestos y el progresivo debilitamiento de los pilares del Bienestar, que son esas políticas sociales consideradas “gasto” innecesario para el Estado. En ese sentido, el exvicepresidente ha sido un peón fiel de la ideología del partido en el que milita y que continúa la “transformación económica y social” que él iniciara en los tiempos de Aznar. La única novedad, al parecer común entre los “pudientes” de su formación (Luis Bárcenas, Ignacio González y esa lista de amnistiados que no se quiere publicar), es el enriquecimiento por vías espurias, saltarse la ley (no pagar impuestos) y abrir cuentas en Suiza.

Lo malo de Rato no es que sea un delincuente, sino que el modelo de sociedad que abandera, desde que tenía responsabilidades políticas hasta con la golfería delictiva que practica, es el de una sociedad carente de derechos sociales y gobernada por y para el Capital, caracterizada por la precariedad en lo laboral y la desigualdad en el marco social. Justo lo que refleja el extenso trabajo (98 páginas) que ha publicado la Asociación Estatal de Directores y Gerentes en Servicios Sociales. Rodrigo Rato ha sido ejecutor –y beneficiario para sus intereses lucrativos- de esa desigualdad estructural que intencionadamente se ha instalado en la sociedad española, impuesta por una concepción económica neoliberal, que induce a la pobreza.

Decisiones políticas, adoptadas desde mucho antes de aparecer la crisis económica y mantenidas con excusa de ella, son las que condenan al 30 % de la población española (14 millones de personas) a la pobreza o la vulnerabilidad permanente, sin posibilidad de movilización social y sometidas a un fuerte deterioro que genera desarraigo, desafección, marginación y conflictos. Ello no es fruto de un cataclismo inevitable, sino provocado por quienes participan de esa ideología de Rato que busca preservar al Capital en el reparto de la riqueza, en detrimento de la fuerza del Trabajo (Reforma Laboral que deteriora salarios, condiciones laborales, abaratamiento del despido, precariedad en forma de temporalidad y fragmentación del mercado de trabajo, etc.), mantiene un sistema fiscal ineficaz e injusto (que beneficia los intereses de quienes disponen de rentas de capital sobre las rentas del trabajo) y una reducción progresiva del gasto público en protección social (recortes y ajustes en sanidad, educación, dependencia, becas, etc.) que provoca desprotección en los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Rodrigo Rato es todo un símbolo (“el mejor ministro de economía de la Democracia”, según sus correligionarios) de este estado social que se quiere –y se está consiguiendo- instalar en la sociedad española, basado en un deterioro intencionado de lo público y la desigualdad extrema, que es contrario a los intereses del 99 % de la población, pero beneficia al 1 % de los privilegiados de España.

Lo repugnante de esta situación, si es que hay algo más repugnante que empobrecer voluntariamente a la mayoría de la población, es que los hechos demuestran que muchos de los que persiguen tales objetivos son ladrones que sólo buscan aprovecharse de sus privilegios para enriquecerse aún más, gente insolidaria y egoísta que defiende exclusivamente sus intereses personales en perjuicio del interés general e iluminados inmorales que no hacen asco a castigar a los ciudadanos mientras ellos delinquen sin escrúpulos y sin vergüenza. Ese el estado social de Rato y compañía que denuncia contundentemente el informe cuya lectura recomendamos. Causa escalofríos conocer dónde nos está conduciendo, pero pone los pelos de punta constatar la catadura de quienes nos guían hacia ese modelo de sociedad tan indeseable para la inmensa mayoría.

domingo, 19 de abril de 2015

Un partido "achicharrado" por la corrupción

El Partido Popular (PP), el partido conservador que gobierna España y la mayoría de las comunidades autónomas, está cada vez más “achicharrado” por los casos de corrupción que afloran en su seno y que afectan a los dirigentes y personalidades del mismo. Es el partido que tiene a todos sus extesoreros imputados por la Justicia y al último de ellos, Luis Bárcenas (que da nombre a una pieza separada del caso Gürtel), pendiente de juicio y en libertad provisional, tras una temporada en la cárcel, por la administración de una caja B en el partido para su financiación ilegal (surtida con donaciones de empresas que contratan con la Administración), además de enriquecimiento y reparto de “sobres” con remuneración adicional opaca a los directivos de la formación, entre ellos al propio Rajoy, actual presidente del Gobierno.

Este es el partido que, para colmo, sufrió el viernes la detención de quien fuera todo un vicepresidente del Gobierno en la era de José Mª Aznar, exgerente del FMI por escasos dos años (¿por qué se iría o lo echaron?) y expresidente de Bankia (la banca arruinada y rescatada con dinero público), Rodrigo Rato, por supuesto fraude, blanqueo de dinero y alzamiento de bienes, y que se acogió a la amnistía fiscal diseñada por su antiguo subordinado y hoy Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Con éste y otros escándalos, definitivamente el PP arde por todos sus costados a causa del fuego de la corrupción, y será un milagro que logre sobrevivir con el cuerpo achicharrado de quemaduras. Menos mal que la derecha ya tiene una nueva marca política, sin las rémoras del pasado (franquista) y sin ligaduras a intereses (que se sepa) de la oligarquía social y económica del país: Ciudadanos. Y todo ello en un año de apretado calendario electoral y justo a cuatro semanas de comicios municipales y autonómicos. Habrá que estar atentos.

viernes, 17 de abril de 2015

Semana infausta

G. Grass y E. Galeano
Ha sido una semana extraña, no sólo por esa climatología en la que se han sucedido días de calor luminoso con jornadas barridas por el viento y las lluvias, sino también por las pérdidas irreparables que han acabado por hundirnos en el desamparo y la lamentación. Ha sido la semana en la que han desaparecido escritores cuyos libros influyeron en toda una generación de lectores en los últimos 50 años. El tambor de hojalata y Las venas abiertas de América Latina son dos obras que en cualquier biblioteca doméstica figurarán como estandartes de la mejor literatura del siglo pasado y del compromiso de sus autores con los problemas morales, sociales y políticos que supieron abordar en ellas.

Günter Grass y Eduardo Galeano aprovecharon esta semana para escaparse al lugar que les corresponde en el Olimpo de los grandes intérpretes literarios de su tiempo, hartos quizás de una época en la que los días ilustrados se ven frecuentemente oscurecidos por las nubes más negras del fanatismo, la intolerancia y la injusticia que ellos estaban cansados de denunciar en sus páginas. Ni la historia de Óscar, relato épico sobre el nazismo, ni el ensayo sobre el colonialismo económico que es causa de desigualdades en los países subdesarrollados de Sudamérica, aliviarán la sensación de abandono que la muerte de estos grandes escritores nos produce al dejarnos huérfanos de referencias, tanto literarias como éticas.

Y para que la sensación de derrumbe sea absoluta, también enmudece esta semana la voz que nos facilitó apretujarnos, en los primeros escarceos de los guateques, al cuerpo deseado y esquivo de la muchacha a la que susurrábamos al oído las estrofas más tiernas de la canción por la que eternamente será recordado Percy Sledge: When a man loves a woman. Demasiadas pérdidas en una semana infausta.

 

miércoles, 15 de abril de 2015

Rastros de vida extraterrestre

Asomarse al Universo es asombrarse de la insignificancia de nuestro planeta en tan vasto espacio, casi infinito. En ese enjambre de soles que se extiende mucho más allá de lo que pueden percibir nuestros sentidos y nuestra técnica, la Tierra resulta una minúscula partícula que flota perdida en una de las incontables galaxias que pueblan el Cosmos. Ante tan inconmensurable vacío estelar, el ser humano no puede menos que cuestionar la singularidad de su existencia y elucubrar sobre la posibilidad de vida en otros mundos, lo que cualquier estadística al respecto hace más probable que acertar la lotería. Consecuentemente, invierte recursos, conocimientos y tecnología que satisfacen esa curiosidad, investigando todo rastro que confirme unas sospechas hasta donde puede alcanzar el ingenio: la luna, los planetas vecinos y los cuerpos siderales que se ponen a tiro. Y los hallazgos son sorprendentes.

La NASA, la agencia norteamericana encargada de la exploración espacial, recaba constante información sobre la composición de nuestro Sistema Solar a través de sondas automáticas, naves tripuladas y “cacharros” robotizados que han logrado posarse en planetas, satélites y asteroides más o menos cercanos. Los datos recogidos revelan la existencia de agua o de sus componentes químicos (hidrógeno y oxígeno) en muchos de estos cuerpos, reforzando la hipótesis de que la vida, tal y como la conocemos, no sólo es posible más allá de la Tierra, sino que incluso pudo haber aparecido antes de que se formara el solar que habitamos. Tal sospecha de los científicos, que constatan componentes del agua en las atmósferas, cortezas e interior de los grandes planetas de nuestro Sistema Solar (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno), en forma de hielo en algunas de sus lunas (Ganímedes, Europa, Calisto, Titán, etc.) o señales de su existencia abundante en un pasado remoto (Marte), lleva a plantearnos interrogantes sobre nuestra supuesta especificidad como representantes exclusivos de la vida en el Universo.

Si, como aseguran los responsables de estas misiones espaciales, dentro de pocos años las evidencias de vida extraterrestre serán indiscutibles, tal certeza acarreará, además de retos científicos impresionantes, una hecatombe filosófica para los defensores del creacionismo y para la visión antropocéntrica con la que todas las religiones resaltan al hombre, cuya existencia relacionan directamente con la voluntad de un ser sobrenatural y todopoderoso, y no fruto de unas condiciones físicas especiales que ya encontramos en muchos otros lugares del Universo. La ciencia aporta, en línea con la probabilidad estadística, conocimientos para conjeturar, cada vez con mayor fundamento, que no estamos solos en el Universo, como la imaginación siempre había soñado.

Nos referimos a moléculas, aminoácidos, tal vez proteínas que sinteticen alguna sustancia, organismos unicelulares o microbios con los que, en un proceso de complejidad creciente, la evolución puede llegar a desarrollar especies vivientes hasta  culminar en un ser autoconsciente e inteligente. Si en este remoto y discreto mundo azul todo ello fue posible, ¿por qué no lo va ser en cualquiera rincón del Universo donde confluyan idénticas condiciones? Rastros de tales condiciones, como es la existencia de agua, parece que se detectan sin ningún género de duda, lo que confiere a la investigación espacial un interés extraordinario como casi nunca antes en la historia. Un interés acrecentado por la confirmación de las premisas originales: hay vida extraterrestre. Esa convicción es la que mueve a la científico jefe de la NASA, Ellen Stofan, a señalar que “tendremos fuertes indicios de vida en otro planeta dentro de una década, y pruebas definitivas dentro de 20 ó 30 años”, como afirmó hace unas semanas en un foro de debate sobre zonas habitables en el espacio. Encontrarlas es sólo cuestión de tiempo, porque “sabemos dónde buscar y sabemos cómo buscar (…) disponemos de la tecnología y estamos en camino de implementarla”, añadió la responsable científica de la Agencia Espacial. Para el director del área de heliofísica de la NASA, Jeffery Newmark, el hallazgo de vida no es una posibilidad “si es que sucede”, sino “que sucederá”. Pruebas, como la aportada por el robot Curiosity -que permitió conocer que en un cráter de Marte existió un lago hace millones de años-, alimentan las esperanzas de descubrir esos rastros de vida extraterrestre que los soñadores imaginamos cada vez que miramos el cielo estrellado.
 
Estoy convencido de que ese descubrimiento se producirá más temprano que tarde y que proporcionará renovados bríos a la Ciencia para escudriñar el Universo, conocer sus leyes y determinar el lugar que ocupa la especie humana en él. No es la singularidad de la vida lo que categoriza nuestra existencia, sino la capacidad para pensar, estar dotados de inteligencia para escapar a los determinismos biológicos o ambientales y ese afán por conocer las causas de todo cuanto nos rodea, empezando por uno mismo. Una conclusión que ya había sido deducida por el raciocinio del Hombre, pero rechazada por las creencias de los dogmáticos, y que ahora se verá contrastada por la Ciencia, para subrayar aquel “eppur si muove” que la leyenda atribuye a Galileo cuando tuvo que abjurar de su teoría heliocéntrica por presiones de la Iglesia. Si todavía se mata por motivos religiosos en este mundo, expulsar a Dios del origen de la vida en el espacio despertará la ira de los fundamentalistas radicales de todas las creencias. Razón de más para empeñarse en el conocimiento y perseguir el rastro de vida extraterrestre, como hace la NASA.

lunes, 13 de abril de 2015

El patriotismo de la derecha

La derecha económica –e ideológica- está exultante con la situación actual del país. Nunca en su vida había imaginado que sus ideas y valores tuvieran una influencia sin apenas contestación como en la actualidad. Es tanta su arrogancia que confunde sus intereses –de clase- con los del país, hasta el extremo de que el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, se muestra ufano en calificar las políticas de austeridad emprendidas por el Gobierno conservador de Mariano Rajoy (que lo nombró para el cargo) de “patriotas”. Sus palabras textuales fueron que “no es austeridad, sino patriotismo” lo que impulsa los mayores recortes de la historia de este país en derechos, libertades y prestaciones sociales. Hay que ser muy cínico o muy dogmático para sostener una afirmación así. O ambas cosas a la vez, como parece ser el caso.

Ya que para una mentalidad de derechas ser “patriota” consiste en reducir los salarios a los trabajadores, facilitar y abaratar el despido en las empresas e, incluso, dejar en la calle a más gente en paro que cuando el Gobierno asumió el poder. “Patriotas” que engrosan sus beneficios a costa de reducir “gastos” exclusivamente por vía del trabajo, no pagar las horas extraordinarias a sus empleados, modificar las condiciones laborales para no reconocer antigüedad ni estabilidad laboral a los trabajadores, despedir para volver a contratar más barato y gozando de exenciones fiscales, incluir como inversión el gasto suntuario de empresarios y altos dirigentes o lucrarse a costa del empobrecimiento de los más necesitados. Para un pudiente resulta fácil ser “patriota”: es hacerse más rico aún, haciendo recaer las medidas para afrontar una crisis económica en quienes no tuvieron ninguna responsabilidad en su creación. Los causantes de la misma, con la complicidad del Gobierno, culpan a los ciudadanos de “vivir por encima de sus posibilidades” para continuar ejerciendo de “patriotas”.

Porque ser “patriota” para la derecha española es recortar en sanidad pública, reducir médicos, enfermeros, celadores, administrativos y demás personal de un hospital, imponer “copagos” sanitarios y “repagos” farmacéuticos, además de limitar o eliminar determinadas prestaciones sanitarias hasta conseguir un deterioro tan evidente de la sanidad que aconseje su cambio de titularidad y dejar a la iniciativa privada la prestación del servicio, con la aquiescencia –como mal menor- de unos usuarios hartos de soportar tantos impedimentos a la hora de exigir sus derechos cuando enferman. Para una política de derechas, reducir la inversión pública en sanidad y aumentar los conciertos y la “externalización” de servicios con la privada es ser un genuino “patriota”, sobre todo si luego se tiene garantizado un buen empleo en el sector privado al que favorece. Lo más “patriota” del mundo es dejar sin cobertura sanitaria a la mayoría de la población para que una minoría afortunada se costee cualquier atención médica en clínicas privadas, que es a lo que tiende la austeridad “patriota” que alaba el señor gobernador del Banco de España, de “su” España.

De idéntica tendencia “patriota” son las medidas implementadas en educación, donde, además de los “ajustes” para la reducción de plantillas y nóminas, se aumenta la “ratio” de alumnos por clase y se limitan las becas para la enseñanza universitaria. Eso sí, se reintroduce la asignatura de religión en el bachillerato, no para adoctrinar (¡Por Dios!), sino para educar en valores… “patriotas”, como buenos católicos, a los alumnos aunque para ello se haya tenido que suprimir previamente Educación para la Ciudadanía, asignatura que impartía valores cívicos y constitucionales, al parecer antipatriotas. Al mismo tiempo, se “encauza” al alumnado, desde antes de tener edad de forjarse un criterio, hacia lo que demanda el mercado: conocimientos básicos, formación laboral, mano de obra sin cualificar y voluntades sumisas, por necesidad, a las imposiciones empresariales, siempre dispuestas a maximizar los beneficios y a minimizar los derechos de los trabajadores. Justo a lo que el gobernador “patriota” se refiere cuando habla de una “devaluación interna”: recortar salarios, costes y demás “gastos” que hacen “insostenible” el derecho a la riqueza de los verdaderos “patriotas”.

Y de tanto preconizar estas ideas neoliberales están consiguiendo que nos las creamos. Que ellas, y sólo ellas, representan a la patria y responden a sus exigencias. Que la única patria posible es la que hace prevalecer al Capital y subordina las necesidades de los ciudadanos al beneficio y el lucro. Así, han conseguido que los españoles sean tan “patriotas” que están convencidos de que, con su pobreza, la patria gana. Que sin sanidad pública, la salud está garantizada. Que sin educación pública, la formación para afrontar los retos de la vida será más sólida. Que sin recursos para la dependencia, las ayudas a una vejez inválida serán posibles. Que sin el fomento a la cultura y el arte, nuestra visión del mundo será más realista y llevadera. Que sin inversión en Ciencia e Investigación, en el futuro tendremos más progreso y bienestar. En definitiva, que si los ricos son más ricos, el resto de españoles seremos más felices, viendo que la patria, la de esos ricos afortunados, se reafirma en sus valores y defiende sus intereses. Tal es la acepción con la que el gobernador del Banco más patriota de España, el que vela por el interés general de los “patriotas”, califica las medidas de austeridad del Gobierno. Para eso le paga el Gobierno con el dinero de todos. Porque somos patriotas.

sábado, 11 de abril de 2015

No rendirse


Nunca acaba la lucha, nunca acaba la defensa de unos ideales ni la búsqueda de la justicia y la solidaridad porque siempre encuentras la resistencia de los privilegiados, de los que oprimen a la mayoría para mantener sus prebendas, conservar sus botines y evitar compartir las cargas que posibilitan una sociedad tolerante y humanitaria que tienda una mano a los humildes y desfavorecidos, a los nacidos sin suerte. Es una lucha infatigable en la que no cabe rendirse aunque resurja, cada vez más fuerte, la resistencia de los poderosos, los que recortan ayudas, los que niegan asistencia, los que empobrecen a los trabajadores pero socorren a los bancos. No hay que rendirse, no hay que ceder ante quienes impiden que los sueños de igualdad y equidad se cumplan, aunque estemos tristes, cansados y sigamos persiguiendo una utopía jamás consentida por la historia. Por eso siempre me ha emocionado esta canción, porque canta no retirarse, no rendirse: ni en el amor ni en tus ideas. No surrender.


viernes, 10 de abril de 2015

Otras formas de morir

Todos estamos expuestos al horror, a la barbarie, la locura y el fanatismo. También a los accidentes evitables e inevitables y a las negligencias de los irresponsables. Todos estamos expuestos a morir de forma no natural. Un atentado terrorista nos puede coger comprando el pan en un supermercado y mandarnos al otro mundo sin apenas darnos cuenta. No hay ninguna sociedad exenta de los golpes que pueda asestarle un descerebrado que crea que, inmolándose y arrastrando con su muerte al mayor número posible de inocentes, ofrezca venganza por supuestas ofensas a su credo, su mentalidad, su vestimenta, su cultura, su color de piel, su lugar en el mundo, o cualesquiera sean sus obsesiones. Desde Nueva York, Londres, Madrid o Túnez, cualquier lugar es propicio para derramar sangre en nombre de una guerra sin trincheras contra “el otro”, contra la parte del mundo que no profesa los valores del atacante, que ignora su cosmovisión y no atiende a sus razones. El que desea matar sólo precisa de un requisito: que la víctima esté viva.

También nos puede arrancar violentamente de nuestras confortables existencias un conductor de tren entretenido con su teléfono móvil o un automovilista despistado que cree que todos los demás vehículos con los que se cruza se han equivocado de dirección. Incluso, el capitán engreído de un barco que se acerca demasiado a la costa para impresionar a una ingenua amiga. Hasta una simple cáscara de plátano nos puede desnucar fatalmente mientras damos un paseo por la acera. Existen infinitas oportunidades de sufrir un accidente que conlleve poner nuestro nombre en una esquela. Ni las calles ni nuestras viviendas ofrecen una seguridad garantizada al cien por ciento de evitarnos un susto. Los riesgos se multiplican exponencialmente cuanto más grande, moderna, compleja y dinámica es la urbe en la que habitamos. En ella será muy difícil que nos atropelle un caballo desbocado, pero podemos morir electrocutados por una farola, despeñados de una atracción de feria o asfixiados por un escape de gas.

A veces, muchas más veces de lo deseable, la temeridad de algunos los empuja a jugarse la vida por incomprensibles razones que guardan más relación con las hormonas, la emulación y el egoísmo antes que por un afán de explorar los límites de lo posible o del conocimiento. No pocas veces, también, por la ignorancia y su gran virtud, el atrevimiento. Lo grave, en estos casos, no es buscar la oportunidad de enfrentarse a una tragedia, sino causársela a personas que para nada desean seguir los pasos del irresponsable.

El paracaidismo extremo induce a los más arriesgados a planear sobre el perfil de una montaña vestidos de hombres-pájaro para acabar empotrados contra el suelo al más mínimo contratiempo. Otros deciden hacer expediciones a sitios remotos para escalar paredes verticales sin contar con guías ni equipo de apoyo en caso de emergencia. Los más irresponsables, si cabe, no tienen empacho de embarcarse en deportes de alto riesgo sin la debida preparación o en lugares inadecuados, desoyendo cualquier advertencia del sentido común. Pero, peor aún son las “negligencias profesionales”, las que cometen los “chapuzas” de cualquier gremio. Son peores porque sus consecuencias las pagan quienes confían en la “profesionalidad” del negligente. Tal es el caso de la compañía que demora el arreglo de una avería que provoca que finalmente el avión se estrelle. O la empresa que se ahorra mecanismos de seguridad hasta que es desgraciadamente demasiado tarde. O la institución sanitaria que no detecta al energúmeno que ocasiona la amputación de los dedos del pie de una mujer a la que perforó el útero cuando le extraía un dispositivo anticonceptivo. Etcétera.

Vivimos en un mundo donde cada día se producen atentados, accidentes y negligencias que ayudan a la parca realizar su labor. Cuando alguna de estas posibilidades nos roza de cerca, tanto individual como colectivamente, es cuando percibimos su mortífera excepcionalidad. Una excepcionalidad que, aunque sólo supone cerca del 5 por ciento del total de defunciones (el 95 por ciento restante es a causa de una enfermedad), no deja de ser una cifra inquietante que se lleva a mucha gente por medio, sin estar preparada para ello, sin desearlo y de una forma tan gratuita que da escalofríos.

Nadie quiere abandonar este mundo antes de tiempo, pero algunos parecen decididos que no lo consigamos. No es por alarmar, pero téngalo en cuenta antes de salir de casa, aunque sólo vaya a la peña a jugar dominó.

jueves, 9 de abril de 2015

El arte de vivir

La vida nos moldea a su antojo. El cincel más eficaz para tallar lo que somos, a partir de la materia con la que nacemos, es el sufrimiento y las enfermedades. No es fácil aceptar la obra que forjamos a golpes de éxitos y fracasos, de alegrías y penas, de satisfacciones y pesares. A muchas personas, la enfermedad les ayuda a reconocerse como en realidad son, sin las máscaras y los artificios con los que solemos engañarnos. Para ellas, “la vida es el arte del encuentro”, como cantara Facundo Cabral, un encuentro con los demás sufrientes y, especialmente, con uno mismo. Descubren potenciales donde los demás esperan dolor y limitaciones. Precisamente, eso es lo que intentan expresar los pacientes y familiares de la Asociación Española de Enfermos Contra el Cáncer con la I Exposición de Arte y Artesanía que organizan en el Patio de Exposiciones del Hospital General Virgen del Rocío, de Sevilla. Allí hallarán obras que reflejan distintos estados de ánimo, pero que en conjunto manifiestan la reconciliación con una vida inasequible al desaliento y con lo que encontramos en ella: a nosotros mismos. Son artistas de la enfermedad que hacen de la vida un arte, el arte del encuentro. Merecen todo nuestro reconocimiento y admiración.

miércoles, 8 de abril de 2015

JE SUIS…


Yo también soy cada víctima inocente del fanatismo, de la intolerancia, del radicalismo dogmático, del extremismo intolerante, de la locura de los determinadores de certezas monolíticas, detentadores de la verdad absoluta, de los lunáticos capaces de asesinar por cualquier motivo, sin ninguna razón, en cualquier lugar o por cualquier medio cuanto más cruento, mejor. Siempre estaré, porque soy uno de ellos, con las víctimas, con los perdedores de todas las guerras, con los pisoteados y humillados, con los cristianos, musulmanes, judíos, budistas y seguidores de cualquier religión perseguidos por sus creencias, maltratados, marginados y asesinados por creer en alguna trascendencia superior al hombre; y también estaré con los ateos y agnósticos despreciados, perseguidos y también asesinados por creer sólo y exclusivamente en el ser humano, sin más trascendencia que su intelecto, en su capacidad racional. Yo soy cada víctima con la que el mundo se carga de muertos, de odio, de venganza, de sin razón. Je suis…

Estudiantes asesinados en Kenia

lunes, 6 de abril de 2015

Obama y los “halcones”


Que la política, sobro todo la internacional, es algo sumamente complejo, es de sobra conocido. Si hasta las relaciones vecinales en una comunidad de propietarios son difíciles, imagínense las que han de establecerse en un país o entre naciones del mundo. La diversidad de intereses en juego es enorme y los objetivos de cada cual, distintos y, en muchos casos, contrarios o enfrentados. Por ello, intentar abordar la comprensión de las relaciones internacionales desde la óptica del “blanco o negro” es desconocer la complejidad de la política. O con las gafas del “bueno o malo” que nos hace distinguir a amigos y enemigos.

Evidentemente, cada país defiende lo que le interesa y beneficia, lo que necesita para su desarrollo, prosperidad y seguridad. El intercambio comercial es posible gracias a la política, así como unas mínimas reglas que sirven para regularlo y poder participar del comercio global. En otras épocas, esas normas las imponía por la fuerza el estado poderoso que invadía y saqueaba los recursos de los que se abastecía. Más tarde, estableció colonias que nutrían al colonizador de materias primas a cambio de cierta autonomía a los nativos para su gobierno interno. Así surgieron muchos de los sátrapas que en un principio consentimos y luego ayudamos a derribar, lo que ha generado problemas nuevos. Ya no existen colonias en el mundo, a las que la ONU reconoció el derecho a la independencia, si gobiernos democráticos así lo decidían. Tal avance ha evitado muchas guerras, pero ha engendrado multitud de conflictos regionales. La responsabilidad de las grandes potencias en el orden mundial es, sin duda, innegable, pues la mayoría de tales conflictos derivan de situaciones coloniales antiguas, pugnas raciales/religiosas o del control de las fuentes/territorios estratégicos, en su día mal resueltos. La historia de esos países explica, que no justifica, el polvorín que actualmente existe en el mundo árabe, en el cáucaso, en el sudeste asiático y en Sudamérica, sin olvidar los que afectan a Rusia con sus exsatélites, como esa guerra que libra no tan solapadamente en el este de Ucrania después de arrebatarle la península de Crimea. Todo un enjambre de relaciones complejo y enrevesado.

Se puede intervenir en este mundo endemoniado con una actitud dialogante o, según las capacidades, violenta, imponiendo con la fuerza o la disuasión militar criterios y condiciones a terceros. A los partidarios del diálogo los consideramos “palomas”, y a los de las decisiones contundentes, “halcones”. Es una manera simplista de reconocerlos, dando por supuesto que los “halcones” pueden dialogar y las “palomas” tirar bombas. Barack Obama, como antes en nuestro país José Luis Rodríguez Zapatero, pertenece al bando de las “palomas”, líderes tachados de “blandengues” por su tendencia a buscar acuerdos que resuelvan conflictos mediante el diálogo y la negociación. Para los “halcones”, cualquier negociación es una cesión; cualquier acuerdo, una derrota; cualquier solución, una rendición propia o una victoria del enemigo. En España participamos de esa dicotomía a la hora valorar las negociaciones con la banda terrorista ETA, acusando al expresidente socialista de rendirse a los violentos. O cuando analizamos nuestras relaciones con Marruecos y los problemas en las ciudades fronterizas de Ceuta y Melilla. Frente a tales focos de tensión, unos son partidarios de la “fuerza”, y otros del diálogo. Lo que no se puede, en ningún caso, es ignorar nuestros compromisos, como el respeto a los Derechos Humanos y a la Constitución, marco legal que conforma los valores que nos guían colectivamente como país democrático en un Estado social y de derecho.

Obama, “paloma” norteamericana que mató a Bin Laden, acaba de encausar pacíficamente el problema del programa nuclear de Irán, alcanzando en unas negociaciones multilaterales, en Lausana (Suiza), un acuerdo provisional que, si los “halcones” de ambas partes no lo sabotean, supondrá un pacto que cierra a ese país el acceso a la bomba atómica. Sería un primer paso para que los persas se adhieran al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP), que era lo que la comunidad internacional deseaba. Los republicanos del Congreso norteamericano y Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, se declaran contrarios a estas negociaciones y muestran públicamente su desacuerdo al mero hecho de sentarse en la mesa con un país del que no se fían y al que acusan de tener ambiciones expansionistas y promover el terrorismo en la región. Los “halcones” americanos preferirían continuar y hasta endurecer las sanciones económicas con las que obligan a los iraníes a doblegarse a las exigencias del TNP , y los “duros” israelíes amenazan abiertamente de destruir “manu militari” cualquier instalación nuclear de la que se sospeche que sirve para construir una bomba. De hecho, el ministro israelí de Asuntos Estratégicos, Yuvai Steinitz, ha afirmado que “no descartaba la opción militar para hacer frente a la amenaza iraní.” Ninguna de estas amenazas “halconeras” es baladí, pues ambas se han ejecutado en otras ocasiones.

Sin embargo, ninguna de ellas ha impedido que Irán continuara con su programa nuclear, sin ofrecer garantías de que su finalidad era exclusivamente civil. Emprender una nueva ofensiva militar, tras las aventuras desastrosas en Irak y Afganistán, no parecía aconsejable a EE.UU. sin una causa clara y evidente que obligara a ello. Obama ha optado por la vía diplomática del diálogo para, sin renunciar a la fuerza, establecer negociaciones que condujeran de manera pacífica al objetivo perseguido: que Irán no se dote de la bomba atómica. Y ha alcanzado un pacto que parece anticipa ese acuerdo final que garantiza la no proliferación de armas nucleares en la región. Es su manera de actuar en política, con resultados que invalidan las críticas procedentes de los “halcones” de su país y del mundo. A partir de ahora, los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica volverán a comprobar “in situ” el cumplimiento de estos acuerdos, que reducen las reservas de uranio enriquecido, el número de centrifugadoras, limitan la capacidad de producción y permiten la supervisión de todas las instalaciones nucleares de la República Islámica. La contrapartida es el levantamiento de las sanciones económicas que soportaba Irán.

Otro conflicto enquistado en la historia norteamericana es el de Cuba, país con el que Obama ha establecido negociaciones para la normalización de las relaciones. Un bloqueo de décadas que no ha derribado al régimen comunista ni ha empujado a la población contra su propio gobierno, a pesar de las calamidades que venía sufriendo como consecuencia del mismo. Los resultados de la nueva política de diálogo con Cuba están por ver, pero los cubanos se sienten exultantes ante las posibilidades que adivinan si se mantiene la apertura entre ambos países, al igual que los empresarios norteamericanos de disponer de un nuevo mercado en el que hacer negocios.

Sólo en contadas ocasiones es necesaria la fuerza, aunque cuando esta llega su uso es imprescindible. Sin embargo, los “halcones” están convencidos de que la actitud “dura” es garantía de seguridad para alcanzar cualquier objetivo. La historia demuestra lo contrario. Los logros más beneficiosos y duraderos son los alcanzados mediante el diálogo y la negociación, basados en el mutuo respeto y la reciprocidad. Obama se muestra realmente interesado en intentar resolver los problemas con los que se ha enfrentado a lo largo de sus dos legislaturas, con un balance modestamente positivo, aunque no reconocido por la derecha ideológica de su país y minusvalorado por la del resto del mundo. Aparte del conflicto con Irán y Cuba, ratificó el nuevo tratado START con Rusia, que limita el número de cabezas nucleares de ambos países; retiró paulatinamente sus tropas de Irak y Afganistán e intentó cerrar la cárcel de Guantánamo. Durante su mandato, impulsó una reforma sanitaria que extiende la asistencia médica a toda la población, en un país donde el medical care no se concibe si no es con una póliza privada; una reforma fiscal que ha permitido la mejoría económica, la superación de la crisis y la creación de empleo, y una reforma migratoria que buscaba, no tanto regularizar a los “sin papeles”, sino proporcionarles alguna ayuda con la suspensión de su deportación durante un plazo de tres años y la posibilidad de solicitar un permiso provisional de trabajo. Ninguna de estas reformas, excepto la económica, la ha culminado como confiaba debido a la encarnizada oposición de los republicanos. Pero así es la política.

Con todo, Barack Obama pasará a la historia, no como el primer presidente afroamericano de Estados Unidos, sino por la sensibilidad social de sus políticas y por iniciar la solución a los grandes conflictos crónicos que heredó de administraciones anteriores. No ha asentado la paz en el mundo, pero evitando que Irak disponga de armamento nuclear lo ha hecho un poco más seguro. El tiempo revalorizará su legado.