viernes, 30 de septiembre de 2011

Dos años de Lienzo

Dos años lleva este blog navegando por el ciberespacio, dos años flotando cual botella arrastrada por las corrientes virtuales de ese mar infinito que anega el globo terráqueo. La botella contiene los mensajes de un náufrago que intenta comunicar su asombro allí donde la lleven las mareas digitales. Dos años es tiempo suficiente para lanzar innumerables botellas de las que apenas se tienen respuestas: se pierden en un mar que las engulle. No obstante, a pesar de las pocas esperanzas de que alguna sea recogida por alguien, hay un eco débil de unos babilonios invisibles que alimentan la euforia de una bitácora personal que cumple un empeño cuanto menos pretencioso: expresar los interrogantes que genera el entorno, narrar vivencias que pudieran interesar a quien las lea y criticar catecismos políticos, económicos, sociales y culturales que se venden como verdades absolutas y sirven para el sometimiento, pero también para la emancipación si fuéramos capaces de desenmascararlos y cuestionarlos.


Lienzo de Babel cumple dos años guardando fidelidad al compromiso que adquirió de exponer las inquietudes de su autor en este lugar común donde se hilvana la tupida red que forma la blogosfera. En este tiempo, durante el cual se ha respetado el compromiso de una periodicidad regular, prácticamente diaria, el número de entradas avala el empeño, pues la cifra en 2011 superará a la del año anterior, en progresión creciente. Y aunque los seguidores (a los que se agradece públicamente la confianza que depositan en esta página) no representan un número importante en comparación con las cantidades que se manejan en internet, sí son significativas del relativo interés que despierta este proyecto. Desde ese punto de vista, parece notable que queden registradas más de seis mil visitas al blog por parte de esos invisibles babilonios que de forma anónima rastrean estas páginas, procedentes en su mayor parte de España, pero también (y esa es la fascinante potencialidad de internet) de Francia, Argentina, México, Perú, Estados Unidos, Puerto Rico, Colombia, Malasia, El Salvador y Chile.

Pero es que, además de las lecturas directas, los post de Lienzo de Babel, en estos dos años, han atraído el interés para ser reproducidos por Blogueros de Sevilla, el directorio de los blogs radicados en Sevilla, que lo cataloga entre los culturales, y Montilla Digital, diario digital de esa localidad cordobesa, donde gentilmente transcriben en una columna de opinión semanal aquellas entradas que consideran más interesantes para sus lectores.

Por lo expuesto, dos años es un período corto de tiempo que ha supuesto para esta bitácora una posibilidad de afianzamiento y maduración. Parece oportuno plantearse algunas mejoras. El continente, para cualquier habilidoso de la informática, es manifiestamente mejorable, de eso no cabe la menor duda, pero para un torpe como yo, se trata de un reto insuperable, por lo que se mantendrá el diseño actual, con aquellas actualizaciones que el administrador de la plantilla permita. Reconozco que soy un anticuado porque soy de los que creen que lo importante es lo que se cuenta en el blog y no los “adornos” del soporte, por muy espectaculares que sean.

Y lo que se cuenta es el permanente estado de perplejidad que provoca la realidad y los acontecimientos que desencadena cotidianamente. Lienzo de Babel continuará siendo el “fresco” donde quede garabateado, a veces de manera caótica, el relato de esas vivencias y reflexiones que suscita una realidad también caótica, así como los interrogantes que genera en quien busca profundizar en las causas y efectos, adentrándose en los porqués de una complejidad de la que formamos parte. Todo ello no se hace motivado por ningún interés filosófico –que sería muy noble, si dispusiera de tal capacidad-, sino por una curiosidad que pretende ser crítica por parte de un profano sumamente inquieto. Una curiosidad no exenta de incursiones a las obsesiones literarias y periodísticas de su autor. Es por ello que se añadirán nuevas etiquetas para clasificar los asuntos de una etapa que se presume rica: España y El mundo acogerán los comentarios a las políticas relativas a esos ámbitos, y Economía y Música servirán para hacer más fácil la búsqueda de las entradas relacionadas con tales temas específicos. Citas y sugerencias serán lo que su nombre indica, alusiones a lo que otros han dicho y recomendaciones hacia otras fuentes, actividades o iniciativas que amplíen lo aquí abordado. Estas etiquetas se suman a las ya existentes en Lienzo de Babel para facilitar el registro histórico de temas y su consulta, sin rupturas entre etapas.

Si estos cambios en el contenido consiguen mantener el interés del lector, bienvenido sea a una página que seguirá guiándose por el lema con el que quiere distinguirse: "Somos las palabras que expresan nuestros silencios y desvelan nuestros temores". Lienzo de Babel persigue convertirse, de esta manera, en un diario que plasma el desasosiego que el lenguaje permite comunicar, al dotarnos de la capacidad para hacer de la realidad un relato, troceado con lo que cada cual percibe. En estas páginas se expondrá lo que percibe su autor, con la intención de enriquecer, gracias al contraste, otros pareceres con los que ampliar nuestras experiencias y conocimientos. Si ello fuera así y contáramos con su participación, sería usted uno de esos fantasmas que alientan el proyecto y le dan sentido. Sabemos que no es una empresa para la distracción, pero es tremendamente satisfactoria, lo que, para los tiempos que corren, no es poco. Es por ello, amigo lector, que le hago partícipe de mi gratitud y le agradezco sinceramente la oportunidad que me brinda de celebrar estos dos años con su estímulo. ¡Ojalá podamos celebrar muchos más aniversarios en el futuro! Muchas gracias.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Escenarios para el ajuste

La economía obliga a la política a realizar ahorros en la partida de “gastos”, aunque por tales se entiendan las inversiones en educación, sanidad y demás servicios sociales que el Estado proporciona. Todos y cada uno de ellos afectan a los ciudadanos más necesitados de la provisión de tales políticas de índole social, pero posibilitan unas oportunidades de negocio para el sector privado. Sanidad privada, colegios privados, seguros de jubilación privados, red de transportes privados, préstamos privados en vez de becas, agencias de seguridad privadas que sustituyan a la policía, asilos y residencias privados, desrregulación y libertad de instalación de las farmacias, etc. Se argumenta que la gestión privada sería mucho más eficiente que la pública, librando al Estado de unos “gastos” que repercutirían en una menor presión fiscal. A menos gastos, menos impuestos.

Entes no democráticos, que escapan al control de los ciudadanos, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial para el Comercio (OMC) se encargan de imponer estas “recetas” a gobiernos de cualquier color que no pueden actuar al margen del mercado y de la interdependencia económica global. El sistema capitalista se extiende y fortalece, así, gracias a una economía de mercado que campa a sus anchas, sin control ni sometimiento al interés de los ciudadanos.

Porque es interés de los ciudadanos que los servicios estén a disposición de la totalidad de ellos y no donde sean rentables, que es lo que silencian los valedores de la gestión privada. Como es de interés ciudadano que la red de farmacias cubra todo el territorio nacional, incluidos los núcleos de población pequeños y los barrios periféricos, y no las grandes ciudades y los centros urbanos donde son sumamente rentables. Así deberán ser, también, las empresas de transportes urbanos que mantienen líneas alejadas y de escasa afluencia junto a otras más rentables por hacer prevalecer la prestación del servicio a los beneficios. Pocos colegios privados se instalan en pueblos y barrios obreros cuando el nivel adquisitivo de los potenciales usuarios no garantiza su viabilidad empresarial, lo que sucede de igual modo con las clínicas y hospitales privados que desechan a asegurados de patologías crónicas que no permiten, dada la demanda continua de atención, obtener rendimientos a la cuota que pagan.

El mercado desconfía de los escenarios donde no obtiene plusvalías y por ello empuja, con las malas artes financieras a su alcance -de capacidad prácticamente omnímoda-, al mundo occidental, donde se desarrolla con más pujanza, a aplicar a rajatabla y sin discusión las duras medidas que posibilitan su permanencia y el mantenimiento de su influencia, por encima de las soberanías nacionales que se ven incapaces de expresar su disentimiento. Para ello cuenta con una élite económica y política que se dedica a trasladar sus directrices a una población a la que obliga a “cargar” con los “gastos”. Cinco bancos en el mundo y ocho representantes gubernamentales gestionan el 95 por ciento del PIB mundial, ante los cuales es imposible enfrentar oposición alguna. Ellos son los que deciden que los ajusten se apliquen en quienes viven sometidos a su manejo. Somos el escenario de su juego lucrativo, incluso con nuestro desacuerdo impotente.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Tan alto, tan lejos, tan pronto

Septiembre es un mes de transición, de tránsito entre estaciones, que nos aclimata a cambios por venir. Es un mes extraño en que el calor se hace húmedo y se pega al cuerpo como un último arrebato por no dejarnos. Pero las noches traen ya las brisas frescas que preludian el invierno y el chisporrotear de las chimeneas. Transitamos por él sin darnos cuenta de que apuramos otro año donde todo queda atrás, demasiado pronto. La Luna sigue estando tan alto y tan lejos como nuestros sueños. No es lo que cantan The Waterboys, pero me lo hacen sentir.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Vivir es pensar

Estar vivo es pensar, estar pensando lo que incluso no somos capaces de recordar hasta que, en un momento de lucidez, el pensamiento se hace consciente y nos permite ser conscientes de nuestra propia existencia. Nuestros pensamientos exploran el mundo y nuestro interior. Recuperan experiencias y le dan vueltas a los problemas que nos agobian. Pensamos despiertos y dormidos. A veces, en medio de la noche nos despertamos con la angustia de que el pensamiento, como los sueños, se escapan, sumiéndonos en una sensación de orfandad y vacío, como si estuviéramos muertos. Dormir es, cuando acontece sin el rastro del sueño, morir y, en realidad, sospechamos que morimos fugazmente cada noche hasta que nos despierta y rescata el terror al aniquilamiento definitivo. Entonces escuchamos nuestros latidos y sentimos la respiración del miedo a la nada, a la mente inactiva. La oscuridad se puebla de pensamientos para darnos consuelo. Recuperamos la confianza en la vida mediante el pensamiento, que es el arrullo orgánico de lo vivo. Dormir pensando es soñar, pensar despierto es vivir.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Corto y light

Como si fuera un cigarrillo, así parece ser la época que vivimos en la actualidad, donde todo ha de ser breve, no más de 140 caracteres a que nos tienen acostumbrados las redes sociales, y simple para que pueda ser comprendido por quien sólo de adentra en las complejidades de un sudoku. La poesía ha de ser un epítome, para gloria de los haikus, y la prosa debe ajustarse a la extensión del microrrelato. El pensamiento elude la complejidad y se conforma con la liviana explicación de lo superficial, rehuyendo las causas concatenadas que condicionan todo fenómeno, sea físico o intelectual. El mundo ha devenido en un lugar asequible al telediario que en veinte segundos nos ha de mostrar quiénes son los buenos y los malos, lo bonito y lo feo, lo propio y lo ajeno, para que lo entendamos con la simplicidad de un esquema dual -blanco o negro-, a modo del bipartidismo global que desborda la política que votamos sin pararnos en reflexión.

Los estereotipos dominan nuestro juicio y lo espectacular canaliza las emociones que guían nuestra conducta. La inteligencia se reserva para los juegos de videoconsola y la comprensión utilitaria de una tecnología destinada a la diversión y el confort. No hay sitio para los libros y las conversaciones enriquecedores. Pensar es anticuado; hablar, aburrido, y escribir, molesto y engorroso. Comunicarse con mensajitos e imágenes, como en los teléfonos móviles, es mucho más fácil y moderno. La reflexión viene determinada por la obsolescencia, como cualquier producto de consumo. Corto y light es la filosofía de nuestro tiempo, donde todo ha de ser instantáneo y perecedero. En un mundo así no hay sitio para el sosiego, ni tiempo para el criterio. Todo ha de ser rápido y fácil, aunque no sepamos por ni para qué. Tal vez es porque preferimos desconocerlo.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Puerta de otoño

Hoy se inicia el otoño, la estación en la que se despiden los calores luminosos del verano para dar la bienvenida a los fríos que acompañan los atardeceres grises del invierno. La suavidad de los cambios del otoño nos prepara, con los ocres fundidos entre las nieblas matinales, a la afilada frialdad de las ventiscas y la humedad que rezuman las piedras donde se posa el relente trasnochador. También las personas transitamos por un otoño que nos encauza al refugio de nuestros pensamientos y vivencias, donde se sedimenta la experiencia con la que iluminamos nuestros pasos. Y nos reconforta encontrar el abrigo cálido que nos brinda la esperanza. Así traspasamos la puerta del otoño, confiados en la seguridad del camino que vamos a recorrer, extasiados con la belleza de las hojas mustias que alfombran la tierra. Un año más.

jueves, 22 de septiembre de 2011

La ideología de las matemáticas

O se suben impuestos o se recortan prestaciones: ese es el dilema que ha presentado Barack Obama para afrontar la crisis financiera que también afecta a los Estados Unidos. No ha querido plantear sus recetas como fruto de una visión ideológica, sino como un problema de simple contabilidad, puras matemáticas. Es cuestión de cuadrar las cuentas nacionales.

Pero los sumandos de esas cuentas no son meras magnitudes abstractas, sin alma, en las que sería indiferente 2 + 2 que 3 + 1. Ambas suman cuatro, pero el orden y la cuantía de los términos suponen una gran diferencia, a pesar de la aparente objetividad con la que el presidente de EE.UU. ha expuesto la operación. Es un dilema difícil de resolver porque cualquier solución que se elija acarrea duras consecuencias, ya que nadie desea pagar más impuestos aunque sea conveniente, pero tampoco le apetece carecer de determinados servicios que el Estado proporciona. ¿Cómo lograr un resultado justo?

Es en esta indecisión cuando hay que recurrir a la ideología. Se podría conseguir el mismo resultado mediante la subida de impuestos o con el recorte de servicios sociales. La ideología de izquierdas prefiere lo primero, y la de derechas, lo segundo. Detrás de esas ideologías se configura un modelo de sociedad distinto y bastante diferente. Si yo fuera rico, optaría por que no se subieran los impuestos aunque se restrinjan o supriman unos servicios que, en cualquier caso, adquiero en un mercado de naturaleza privada. No necesitaría la sanidad pública porque tendría contratada una compañía con clínica propia, ni una enseñanza pública porque recurriría a centros privados o concertados. Tampoco toleraría que impusieran una tasa a mis ahorros o riqueza patrimoniales porque su volumen sería consecuencia únicamente de mi esfuerzo y capacidad, gracias a que no he dilapidado unas ganancias que ya han tributado en el impuesto de la renta.

Pero si fuera pobre o dependiente de un salario que sólo cubre las necesidades básicas, tampoco quisiera soportar más impuestos que los que ya me descuentan en nómina. Sin embargo, si esa presión impositiva me permite disfrutar de una sanidad que, aún siendo mejorable, me ofrece una amplia cartera de servicios, una educación gratuita y obligatoria que me posibilita una formación hasta donde me sea posible y una futura pensión tal vez insuficiente pero segura cuando me jubile, además de otras ventajas sociales, de infraestructuras y protección colectivas, con seguridad que aceptaría pagar esos impuestos, aún a regañadientes.

El primer modelo se basa en la libertad del individuo para atender sus propias necesidades, sin que el Estado se inmiscuya en sus asuntos. Su presente y su porvenir dependerían exclusivamente de sí mismo y de su capacidad y responsabilidad para afrontar su vida. Gracias a esa libertad, las personas perseguirían su mejora continua y, con ella, la de la sociedad donde se hallan insertos. No debería haber trabas que impidieran el desarrollo de unas economías basadas en el liberalismo capitalista, en que el mercado sería el factor de crecimiento, ajeno a reglamentaciones y regulaciones por parte de un Estado intervencionista.

El segundo modelo asume que la desigualdad de oportunidades existente entre los individuos de cualquier sociedad es difícil de superar sin ayuda de la colectividad. El Estado se convierte, así, en actor para aliviar esa escasez de recursos de los más necesitados al objeto de que logren acceder a estadios superiores y consigan una mayor igualdad en las condiciones originales. Sin cuestionar el Sistema capitalista de mercado, la socialdemocracia propugna unas reformas graduales y pacíficas que posibiliten mayores cuotas de libertad, igualdad y bienestar entre los miembros de la sociedad, a través de una tributación progresiva como mecanismo de redistribución de la riqueza y la implantación de lo que se ha dado en llamar el Estado del Bienestar.

Para cada una de estas visiones, los sumandos representan aspectos diferentes. El neoliberalismo suprimiría servicios que considera que el Estado no debe prestar, ahorrando en lo que, a su juicio, son gastos. El socialismo, en cambio, elevaría los impuestos con tal de mantener unas prestaciones que considera imprescindibles para el sostenimiento de la justicia y la igualdad sociales.

Son maneras distintas de combatir la crisis, pero cada una parte de concepciones ideológicas opuestas. Suponen modelos diferentes de sociedad y formas de convivencia diversas. Si para una, el egoísmo individual es el motor del bienestar general, para otra la solidaridad de los privilegiados es el cimiento de una prosperidad equitativa y universal. Decantarse por una u otra, es una decisión ideológica, no matemática, aunque Obama estuviera interesado en presentarla carente de sesgo ideológico alguno. No obstante, ambas participan de aquella máxima de Rosa Luxemburgo tan hermosa que decía: “La libertad siempre ha sido y es la libertad para aquellos que piensan diferente”.

martes, 20 de septiembre de 2011

La paz de Palestina

Cuando este artículo vea la luz, el presidente de la Autoridad de Palestina, Mahmud Abbas, estará solicitando al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que reconozca Palestina como Estado independiente de pleno derecho, solicitud que será apoyada por más de 120 países del mundo. Sin embargo, EE.UU usará su derecho de veto para impedir dicho reconocimiento, si antes no ha logrado con otras medidas evitar la comparecencia o retrasar la votación. La iniciativa surge de la parálisis que sufren las negociaciones entre Israel y Palestina que no han conseguido traer la paz ni el reconocimiento a un pueblo que durante décadas ha sido arrinconado en territorios cada vez más estrechos y “contaminados” de colonias judías que procuran poco a poco superar y desplazar a los habitantes palestinos de la región.

En realidad, se trata de una iniciativa que busca relanzar las negociaciones y forzar un pronunciamiento de EE.UU que demostraría su hipocresía hacia el mundo árabe, al que dice apoyar en sus revueltas populares por la democracia. Sin el veto estadounidense, Palestina como Estado podría denunciar a Israel ante la Corte Penal Internacional de La Haya por ocupación ilegal y violación de los Derechos Humanos, una situación inimaginable, aunque cotidiana y real.

Si la iniciativa ante el Consejo de Seguridad fuera vetada, el presidente palestino acudirá a la Asamblea General de la ONU para pedir un mayor reconocimiento de Palestina como Estado observador, donde cuenta con el voto favorable de 130 países de los 193 que estarán presentes. Como en casi todas las cuestiones que le afectan, Europa está dividida al respecto, a pesar de ser uno de los mayores donantes, junto a EE.UU., que posibilitan la viabilidad económica de la entidad palestina. Esa falta de unidad es utilizada por Israel para socavar el apoyo que pueda obtener la iniciativa e incluso provocar la asfixia económica de aquel pueblo permanentemente cercado y maniatado.

Las raíces del conflicto son tan antiguas que apenas se recuerdan, a pesar de constituir la principal fuente de inestabilidad en Oriente Medio. Es una disputa que surge a raíz de la creación del Estado de Israel en 1948 con la partición de las tierras palestinas y la expulsión de su población árabe. Hoy en día nadie duda de que la paz vendría de la mano del reconocimiento de ambos estados: el israelí y el palestino, pero la fijación de las fronteras y la capitalidad en Jerusalem siguen obstaculizando el acuerdo. Cada vez que se acercaba el entendimiento, actos de violencia de parte y parte lo socavaba. La construcción de asentamientos en Cisjordania y el bloqueo de Gaza han empeorado la situación hasta hacerla agobiante para los palestinos. Israel endurece las condiciones de negociación mientras continúa su política de colonización y asfixia económica de los territorios, a lo que se responde con violencia y terrorismo por parte de las distintas facciones armadas palestinas.

Parece llegado el momento de que la diplomacia internacional tome una decisión activa para encauzar las vías basadas en el diálogo. Según la organización Avaaz, la ONU, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional han anunciado que los palestinos están preparados para gobernar un estado independiente, pero EE.UU e Israel no están por la labor.

Ojalá la ONU esté a la altura de la responsabilidad histórica que deberá afrontar con el reconocimiento de un estado palestino y no frustre las esperanzas de paz y libertad de millones de ciudadanos que, en pleno siglo XXI, siguen padeciendo un holocausto casi tan cruel como el que denuncian sus verdugos. Ojalá llegue la paz a Palestina.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Maravilloso fue soñarlo

Los sueños a veces se materializan y se convierten en realidad, haciendo posible lo que parecía una utopía. Yo he perseguido muchos sueños en mi vida, que se volatizaban en cuanto intentaba atraparlos, unas veces por inalcanzables y otras por falta de voluntad o desánimo. Sin embargo, un sueño ha permanecido latente ocupando el rincón donde se generan las ambiciones y las aficiones hasta que se convierten en metas de un destino inesquivable.

Hoy tengo ese sueño atrapado en una cartulina de la Facultad de Comunicación que acredita la naturaleza académica con la que se sustancia mi deseo de ser periodista. Quedan algunos flecos burocráticos para la expedición de un título que jamás usaré para el ejercicio profesional de lo que siempre fue una afición: escribir.


Y al sentir el sueño convertido en realidad no he podido evitar recordar al adolescente que recomponía con una vieja máquina de escribir los reportajes sobre astronomía que leía en el suplemento dominical del periódico que compraba su padre. O al que adquiría nociones de gramática y estilo gracias a la lectura de una literatura abigarrada y dispersa, sin ningún criterio más que el dictado por el gusto personal.

Atrás han quedado compis que compartieron pupitres con las angustias de las prácticas y los exámenes, pero también la camaradería de una juventud desinhibida y generosa que no hacía ascos en aceptar como colega a quien podría ser su padre. Juan Diego Vidal, Gregorio Verdugo, Juan Pablo Bellido o Antonio Martín forman parte de ese núcleo en el que prevaleció la amistad. Un recuerdo en el que habitan profesores que no sólo nos obsequiaron su sabiduría y magisterio, sino también el aprecio y el ejemplo de su calidad humana, como Ismael Roldán, Juan Carlos Rodríguez y la adorable Concha Pérez.

Pero los sueños no se materializan sólo por el esfuerzo de la persona que los persigue. Además existe el concurso imprescindible de muchas otras que contribuyen con su ayuda a que el sueño sea atrapado. Ana García, Ana Lerma y Petri Zapata, junto a Loli Martín y Beatriz Boza, son compañeras del trabajo que soportaron mis escapadas a clase, y Francisco de Paula que las consintió.

Y especialmente mi familia, mi mujer y mis hijos, que confiaron en un empeño tardío que les restaba tiempo y espacio para disfrutar de alegrías y obligaciones en compañía. Por ello, no es ningún mérito lograr la licenciatura de Periodismo que forjaba mi anhelo, sino que sería incomprensible que con la colaboración de tantos no hubiera sido posible la captura de cualquier sueño, por elevado y esquivo que este sea. El reconocimiento de tamaña deuda de gratitud hace que lo verdaderamente maravilloso haya sido soñarlo, gracias a ellos. Quede aquí mi agradecimiento.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Recuerdos del 11 de septiembre

Ayer fue día para los recuerdos. Yo me sumo hoy, un día después, para escapar del aluvión de conmemoraciones, de los excesos rememorativos muchas veces parciales y poco razonados.


Porque ayer se recordaba un hecho trágico que sacudió al mundo entero: el 10º aniversario de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York. Todos los medios de comunicación se ocuparon del tema con gran despliegue de reportajes y crónicas que incluían fotografías inéditas de lo sucedido aquel nefasto día. Cuatro aviones comerciales, utilizados como si fueran misiles, fueron estrellados contra edificios de Nueva York y Washington, causando la muerte de cerca de 3.000 personas inocentes. EE.UU era atacado por el terrorismo fanático de índole islamista al que empezó a combatir tan pronto se sobrepuso del aturdimiento y la confusión.

Desde aquel día todos nos sentimos víctimas al ver las imágenes de los aviones empotrándose en los rascacielos como si fueran de mantequilla hasta explotar cual bombas incendiarias. Las consecuencias del ataque aún las sufren hoy unas sociedades que ya no se consideran invulnerables a cualquier fanatismo asesino que quiera acometer una locura nunca antes imaginada. Por eso, diez años después, seguimos aceptando que se restrinjan libertades en aras de una seguridad que jamás será completa ni nos hará recuperar la confianza que manteníamos en nuestras calles y casas.

Pero ayer me acordaba también de otro luctuoso 11 de septiembre cuyo bochorno aún padezco. Fue también un bombardeo a instalaciones civiles para aniquilar al presidente de una República e instaurar, tras la asonada, una dictadura que prosiguió asesinando de forma sistémica durante 17 años a todas las personas que fueran sospechosas de connivencia con la democracia que llevó al poder a Salvador Allende en Chile. La dictadura del general Pinochet también arroja un balance de más de 3.000 muertos y desaparecidos, y otros miles de ciudadanos sometidos a tortura y prisión por delitos que tampoco supieron que cometían.

Son aniversarios distintos para una memoria frágil que revive con facilidad sólo la actualidad que mantiene viva los medios de comunicación. A pesar de la macabra coincidencia en las fechas, el 11 de septiembre de 1973 de Chile apenas ha servido para generar el sentimiento que debían despertarnos todas las víctimas inocentes de la sinrazón y el fanatismo. Obama bin Laden y Augusto Pinochet son asesinos que no dudan en matar para imponer por la fuerza y a fuego sus ideas sobre personas cuyo único delito era vivir en sociedades libres y creerse seguras en regímenes de libertad y democracia. Son dos lecciones de la historia que, por si algo había que conmemorar, nos recuerdan la fragilidad de nuestra memoria y lo selectiva que puede llegar a ser, hasta llevarnos a cometer los mismos errores y no aprender de la experiencia. Y por lo visto (y leido) en el día de ayer, seguimos igual, haciendo gala de un sentimentalismo fácil que se distrae con lo espectacular en vez de analizar e identificar las causas que nos llevan a la barbarie. Somos de lágrima fácil y eso lo saben quienes pueden manejarnos (y manipularnos) a través de las emociones.

viernes, 9 de septiembre de 2011

El imperativo del acreedor


(...) "Lo cierto es que las políticas de reducción del déficit no buscan evitar los excesos y prescindir de lo superfluo, sino imponer severos recortes incluso en partidas tan necesarias como la sanidad o en otras que constituyen una inversión y no un gasto, como la educación."

(...) " Nadie niega la necesidad de limitar el gasto, pero hay que determinar el lugar correcto de esa limitación en la totalidad de las preocupaciones del Estado. Un Parlamento que, en las circunstancias actuales, da un carácter relativo a la preocupación del paro o la falta de crédito a las empresas, mientras erige en absoluta la preocupación por los acreedores, está de hecho admitiendo la hegemonía del poder financiero."

Más en "El imperativo del acreedor", de Irene Lozano, en El País: http://www.elpais.com/articulo/opinion/imperativo/acreedor/elpepuopi/20110907elpepiopi_13/Tes



Elena, la pequeña

Fue siempre la pequeña y será por siempre la más pequeña, la inesperada pero no por ello menos bienvenida que los demás e igual de querida que todos. Supo acomodarse como la muñequita en los juegos, la inocente en las travesuras y la más tierna en el abrazo y la conducta, sin estorbar y siempre dispuesta a servir de compañía a su hermana en el dormitorio y a sus hermanos en las diversiones. Testigo y confidente de los que obraban de guía durante la niñez y la adolescencia, hoy corona la edad de la autonomía y la independencia con esa bondad suya tan grande y blandita como es ella misma.

Pacífica y tranquila en la vida y en su forma de ser, no ha podido evitar caminar en último lugar, pero sin ser la última en nada, irradiando una luz propia con la que le place deslumbrar desde la más radical negrura gótica su personal diferencia, su unívoca identidad.

Siempre ha sido, y será, la pequeña para una familia que en realidad codicia su juventud y su lugar a la hora de conquistar el listón de los treinta años cuando los demás hace tiempo que lo olvidaron. Sin embargo, por muchos años que cumpla, nunca dejará de ser la niña chica, la tranquila Eleni de nuestros reclamos y nuestras querencias. Porque siempre será nuestra pequeña. Felicidades, hija.

martes, 6 de septiembre de 2011

Los Idus de agosto

El antiguo calendario romano señalaba ciertos días en medio de determinados meses como signos de buenos augurios, lo que no impidió que Julio César fuera asesinado en los famosos Idus de marzo. Agosto de dos mil once, por lo que hemos visto, carece de pronóstico alguno para la esperanza de un futuro venturoso. Antes al contrario, el mes se ha caracterizado por señales que vaticinan un porvenir lleno de dificultades y negros nubarrones.

Los malos presagios ya venían produciéndose desde mucho antes. A finales de julio, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunciaba al fin el adelanto electoral para el 20 de noviembre, en macabra coincidencia con el 36º aniversario de la muerte, en su cama, del dictador Francisco Franco. Dar por agotada la legislatura cuatro meses antes de la fecha convenida no es, en cualquier caso, un adelanto propiamente dicho, pero evidencia la impotencia para afrontar las adversidades que acosan la gobernanza del país, especialmente la economía, fuertemente afectada por la crisis financiera que asola a EE.UU. y Europa.

Precisamente es en agosto cuando el diferencial de la deuda se dispara a cifras que supusieron el rescate y la intervención de países miembros del club europeo del que formamos parte, como Grecia, Irlanda y Portugal, e instalaron el miedo en el cuerpo a nuestros gobernantes, que ya antes se habían visto obligados a virar en redondo sus políticas nacionales de gasto social, con reformas laborales y de cajas de ahorro incluidas, como demandaban los mercados. Pero no fue suficiente. Había que certificar el control permanente del equilibrio presupuestario como mandato constitucional para impedir en el futuro, cuando vuelvan las vacas gordas, cualquier “despilfarro”. Cuestión de dineros, que es lo único que ha posibilitado el consenso entre los dos partidos mayoritarios con capacidad de gobierno en España, PP y PSOE, para reformar la intocable Constitución. La igualdad de la mujer a la hora de heredar la Corona, el nombre de las autonomías que constituyen la estructura del Estado y nuestra vinculación a un ente supranacional como es la Unión Europea, siguen estando pendientes de acuerdo para figurar en la Carta Magna.

Las revueltas árabes siguen propagándose por la región, llevando el caos y la muerte a Siria, donde se ignoran todas las exigencias externas de contener la violencia con la que se reprime a los manifestantes. Mientras tanto, la OTAN, pacto del Atlántico Norte, continúa con sus bombardeos “humanitarios” para ayudar a los rebeldes que persiguen a un escurridizo Gadafi. Son tantos los sátrapas del mundo que hay que priorizar. Y lo primero es el petróleo. Por eso, Somalia continúa desangrándose a la espera de nuestro socorro contundente con barcos y aviones.

Eso sí, el Santo Padre se muestra muy preocupado por los males que se ciernen sobre el planeta y organiza unas Jornadas Mundiales de la Juventud en el país que más pecados comete en el mundo, durante las cuales ofrece el perdón a las abortistas que confiesen y se arrepientan de ejercer un derecho reconocido legalmente, librándolas de la excomunión. Es lo bueno de disponer de la exclusiva de Dios. Sectores afines critican la autorización de una marcha laica que cuestiona el dispendio del Estado con la visita del representante de una de tantas religiones existentes. Ese espíritu evangélico fue el que tuvo que contener la policía en un ultra que quiso atentar contra los laicos, como muestra de su fervor religioso. El mismo fervor que el pueblo admira en una Grande de España, la Duquesa de Alba, que aprovecha las canículas de agosto para anunciar su próxima boda en la intimidad estricta de su Palacio de las Dueñas, en Sevilla. Un ímpetu juvenil que, sin embargo, causa recelos cuando se concentra en la Puerta del Sol entre unos indignados que son desalojados como si ocuparan la Bastilla, según expresión de la presidenta de Madrid. A lo mejor infundían desconfianza en los mercados y por ello Rubalcaba defendió la actuación policial por considerarlos violentos... de escribir reivindicaciones de regeneración democrática en pancartas y panfletos. Quién sabe si también influyeron en la rebaja de la calificación que Standard & Poor’s hizo de EE.UU., lo que provocó que Wall Street se hundiera aquellos días y enfadara al negro que ocupa la Casa Blanca, si me permiten el juego cromático, no racista.

Pero los malos augurios de agosto no acaban aquí, sino que un enfermo Steve Jobs dimite de la empresa que fundara y contagia el desánimo sobre el futuro de Apple, la única alternativa consistente al oligopólico poder de Microsoft. Es evidente que sus genes no son iguales a los de la octogenaria Cayetana ni a los de Dominique Strauss-Kant, quien por cierto ha logrado quedar en libertad sin cargos en aquel país, donde “seducía” a camareras de hotel con sus encantos de gerente del FMI, y regresa a Francia para disgusto de sus correligionarios socialistas, enfrentados sobre el candidato que presentarán a las elecciones presidenciales. Están a la espera de lo que pueda contar, como en un folletín.

En este panorama desolador que agosto nos trajo, sólo la petición de multimillonarios franceses y alemanes, siguiendo la idea del norteamericano Warren Buffet, el tercer hombre más rico del mundo según la revista Forbes, de pagar más impuestos y dejar de gozar de exenciones fiscales para ayudar a luchar contra la crisis, supone alguna esperanza. Ningún millonario español ha recogido el guante, por supuesto, aunque es posible que aquí no existan acaudalados con tanta magnanimidad e inteligencia. Seguramente previenen los Idus de marzo que desestimó Julio César.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Tarjeta otoñal

La lluvia cae puntual, desde el primer día a primera hora. La traen nubarrones grises que humillan al sol y aplacan su ira de luz y calor. La tierra se empapa con rapidez y los primeros charcos salpican juguetones a unos viandantes sorprendidos que no supieron prevenir los aguaceros. Los árboles aprovechan para bañar su follaje y saciar una sed que seca sus entrañas de madera. Desde los altos voladizos, los pájaros aguardan pacientemente que el aire limpio y fresco llene sus pulmones y sostenga sus alas para volver a dibujar cabriolas en el cielo. Hasta los insectos buscaron cobijo cuando sintieron la humedad y el viento que precedía al chaparrón, excepto yo, que me lancé a recibir esas gotas implacables que parecían interpretar una melodía llena de ritmo sobre mi cuerpo y resbalar por mi rostro, donde las recibía con una sonrisa de júbilo, antes de estrellarse contra el suelo. Tan pronto como surgió se extinguió la breve pero intensa tormenta que anunciaba la esperanza de una nueva estación: el otoño nos había entregado su tarjeta de visita y me había dejado impaciente.   

jueves, 1 de septiembre de 2011

Amaneceres de Septiembre

Hoy comienza septiembre, mes que inicia un nuevo ciclo en la Naturaleza y en el que la vida se prepara para afrontar otro año con ilusiones renovadas. Así son los amaneceres de septiembre, amaneceres que reinician nuestros proyectos. Amaneceres que despiertan los bríos inaugurales de lo que deseamos retomar o no se pudo olvidar. Mes de los primeros fríos y de las hojas zizagueantes que aspiran a tapizarnos el suelo de nuestros anhelos. Amaneceres frescos que huelen al amor que baila toda la noche la melodía romántica de los sueños perseguidos. Con septiembre empieza otro año que nos concede la oportunidad de abrigar la esperanza. Amaneceres de septiembre, tiernos y bellos como la canción de Neil Diamond.