viernes, 8 de febrero de 2013

Amanece viernes

Llegas al trabajo y te asomas a la ventana para no perderte el despertar de un día lleno de promesas y rico en matices, como esa luz que tiñe de anaranjado los hilachos vaporosos que cuelgan de la oscuridad. Las parpadeantes luciérnagas de los edificios agotan su existencia ante la inminencia cegadora del astro que asoma tras el horizonte, pincelando las nubes. Es la atronadora sinfonía cromática con la que un nuevo fin de semana anuncia su venida. Amanece viernes.

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