miércoles, 14 de abril de 2010

Más claro, agua.

Es como las brujas: existir, no existen, pero…

Que hay una campaña contra el juez Baltasar Garzón para apartarlo de la Audiencia Nacional, hayla. Era una sospecha universal que ahora ha quedado aclarada. María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, se encargó de confirmarlo en una entrevista periodística. Afirma que están siendo “linchados” por la `pandilla´ del juez con el objetivo de vincularlos a la trama de corrupción Gürtel, que afecta al principal partido de la oposición, y con la que no tienen nada que ver.

Según sus declaraciones, el juez Garzón colabora con el PSOE para instigar y promover esa campaña de linchamiento del PP. ¿La prueba? “Garzón militó en el PSOE y ha demostrado en numerosas ocasiones su animadversión por el PP, a pesar de su condición de juez”, responde tan pancha, para rematar: “En este linchamiento han participado Garzón y algunos mandos políticos de la Policía y la Policía Judicial”.

Son acusaciones gravísimas por parte de quien es la segunda autoridad de un partido con voluntad de gobierno. Señalar la prevaricación de un juez y la connivencia de instituciones del Estado son hechos que deben denunciarse con pruebas y no quedar amparados en una opinión que más tarde se rectifica con el silencio.

Aunque ya nos tiene acostumbrados a este tipo de manifestaciones (recuérdense las últimas a través de un vídeo desde una terraza de playa), lo que queda claro como el agua es su intención de sentar en el banquillo a un juez incómodo aunque las instituciones sufran un serio deterioro en su credibilidad y en la confianza que deben inspirar en los ciudadanos. Esa actitud descarada de prostituir cualquier mecanismo democrático y ensuciar los valores que sustentan al “menos malo de los sistemas”, es lo que impide a la derecha española equipararse con sus homólogas de las democracias avanzadas. Para constatarlo basta hacerse una pregunta: ¿Es concebible un Villepin español enfrentándose en el Consejo de Seguridad de la ONU a EE UU por la invasión de Irak? Lo triste de la respuesta es que el pueblo español no se merece esto.

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