miércoles, 1 de septiembre de 2010
Lágrimas de plástico
Llevaban muchos años juntos. Eran desinhibidos y no les importaban mostrarse a la vista de todos. Podían cubrirse con ropas que los demás envidiarían o permanecer desnudos sin que ello afectase a su relación ni estado de ánimo. Permanecían impasibles a los comentarios ajenos y mantenían con descaro las miradas de quienes los observaban. Procuraron que su aspecto externo no descubriera jamás lo que sentían ni pensaban. Nunca se dirigieron la palabra más que en la oscuridad de las noches cuando la soledad transportaba eternas promesas de una vida privada y compartida. No pudieron cumplirlas porque cerraron la tienda y vaciaron los escaparates. Los que los guardaron, decían haber visto una gota de agua resbalar por la cara inexpresiva de uno de aquellos maniquíes rotos y desmembrados. Los destruyeron como se destruye al amor, sin hacer caso de los remordimientos.
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