sábado, 24 de marzo de 2018
Enésimo baile de hora
Ya es manía inveterada: esta noche, durante la madrugada del sábado al domingo, se deberá cambiar la hora, adelantando una hora el reloj. Y como consecuencia también inveterada, mañana estaremos algo confusos hasta que nuestros relojes internos se adapten a levantarse otra vez de noche para ir al trabajo y cenar con el Sol aún pululando por el horizonte. Y siempre las inveteradas explicaciones de las autoridades sobre la pertinencia de ajustar el tiempo solar a las necesidades de la economía, no a las de los seres humanos, para conseguir un supuesto ahorro energético nunca cuantificado con rigor, es decir, no demostrado. No serán tan evidentes esas ventajas cuando la medida no es seguida por la totalidad de los países europeos, ni en el resto del mundo. Lo único cierto es que nos vuelven a confundir y alterar los relojes biológicos con estos cambios horarios todos los años. ¿Alguna vez llegaremos a un acuerdo para establecer definitivamente nuestro huso horario, sin vernos sometidos a tantos vaivenes con el reloj? Decídanse, por favor.
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