miércoles, 19 de mayo de 2010

¿Por qué escribir?

Siempre me he estado haciendo esta pregunta que apunta a lo que durante toda la vida me ha atraído y por lo que este blog tiene algún sentido. Al principio intenté buscar alguna respuesta que describriera lo que hace nacer tal impulso. Y surgió una reflexión breve y solitaria. Me sigue pareciendo una declaración sincera que aún corresponde con mis inquietudes. La transcripción es literal:

A veces me pregunto por qué escribir. O mejor, por qué quiero escribir. Porque me gusta, respondo sin pensar. ¿Realmente me gusta escribir? Dependiendo del estado de ánimo, la duda hace mella en la certidumbre. ¿De verdad me gusta escribir? ¿O más bien me gustaría que me gustase escribir? Pero, ¿para qué escribir? ¿Para decir cosas sabidas por todos? ¿Para decir lo que yo ya sé? Para contar las cosas de nuevo, para dar mi punto de vista. Parece que quiero escribir para conocer mi propia versión de lo que soy consciente que sé. ¿Merece la pena, entonces? Para los demás, seguro que no. Para mí, lo ignoro. ¿Por qué lo sigo intentado una y otra vez? Por talento desde luego que no. Ni siquiera por habilidad pues nadie mejor que yo sabe el trabajo que me cuesta enderezar unas líneas. A lo mejor es por necesidad. Necesidad de hacer algo que te satisfaga sin que nada te lo obligue, por liberar mis demonios a través de unas letras emborronadas sobre un papel. ¿No será para psicoanalizarme? No soy tan inteligente. ¿Vanidad? ¡Triste vanidad la que presume de la carencia de lectores! ¿Para qué escribo, maldita sea? Para mí, tal vez, o…quizá para ti, amor. Lo más probable que para nadie. En definitiva, ¿por qué escribir? Pues, por eso, simplemente, para intentar responder al interrogante.
Marzo, una tarde que anuncia primavera, 1989.

No hay comentarios: