sábado, 7 de noviembre de 2009

El flemón de Osuna

Una muela, que ya viene avisándome hace tiempo, me ha dado la noche punzándome con un dolor que recorre la encía. Con cada latido de mi rebeldía incrementaba su intensidad. Me obligó a levantarme en varias ocasiones para atiborrarme de química hasta conseguír calmarlo y quedarme, al fin, dormido. Soñé entonces que el coche de mi mujer había tenido un siniestro mientras estaba aparcado en la calle. Cosas de sueños, inquiero los datos a un jóven cercano que se hallaba junto a su vehículo y asumiendo su responsabilidad me los facilita sin remilgos. Mientras rellenábamos el parte, una chica preguntaba si me habían retirado el carnet. Ante mis evasivas, me mostró un documento borroso obtenido por internet por el que me denunciaban y quitaban la licencia. Me debatía en protestas al tiempo que comenzaba a angustiarme. No entendía la relación de una cosa con la otra cuando, incluso sin carnet, era el coche aparcado de mi mujer el embestido por el contrario. Una furia fue poderándose de mí y estaba a punto de estallar cuando... me desperté. El flemón ya era algo evidente y amenazaba también con amargarme el día. A pesar de las protestas del estómago, me tomé otro ibuprofeno y me dispuse a ir a Osuna donde Cuadernos de Roldán iba a buscar lo que la ciencia tiene de poesía o la poesía de ciencia. Era la presentación de su librito número 66, "Ciencia y Poesía", que no habría dolor en el mundo que me hiciera perder. Me llevé un par de pastillas, por si acaso.

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