sábado, 7 de noviembre de 2009

Ciencia y poesía

Drogado de analgésicos fui a Osuna con la tertulia Cuadernos de Roldán para la presentación del librito nº 66 de su colección de poesía y pintura. El día amagó, como mi muela, con fastidiar la jornada pero no pudo con la voluntad de quienes estábamos decididos a compartir unas horas de versos, camaradería, museos y gastronomía. Y como en ocasiones pasadas, las expectativas fueron satisfechas colmadamente. El sol hizo relucir el acto y los paseos por la ciudad ducal y mi flemón me dieron una tregua que me permitió, incluso, participar en el coloquio. En la capilla de la Universidad de Osuna se celebró la presentación del nuevo volumen que, bajo el título Ciencia y poesía, contaba con la siguiente presentación: "A todos los que dedican su tiempo a seducir la ignorancia de los demás, y también la propia".
Y entre los poemas que aunaban ambas formas de conocimiento, esta queja:

EL TEOREMA DE GARCIA
Galileo, Arquímedes, Pitágoras,
Einstein, Franklin, Marconi o Anaxágoras...,
vidas que se han gastado en buena gana
mejorando la condición humana.
Pero yo quiero nombres conocidos.
¿La ciencia no tiene mis apellidos?
¿No sería magnífico que hubiera
una ley de un ibérico cualquiera?
¡Logaritmos de López o de Hernández,
postulados de Márquez o de Fernández!
Y... ¿qué honra española no sería
si existiera el Teorema de García?
Pero no sueñes más, que no es viable
ver nombres tuyos en la ciencia amable.
Aquí sólo destacan el corrupto
o el de algún balompédico exabrupto;
aqui sólo hay memoria del que mata
o del que descomulga a una beata.
Inviables científicos hispanos
olvidad vuestros celos ciuadadanos,
relegad a ese reino incombustible
del sueño que ya no será posible
vuestra sed insaciada de saber,
vuestra ciencia, que nunca llegó a ser.

Francisco Núñez Roldán


Expandir el alma reconforma precisamente cuando, en épocas como ésta, se cuestionan todas las certidumbres que no resultan tan sólidas. La crisis (económica, de valores, etc.) genera nuevos modelos de interpretar el mundo y resitúa nuestra posición en él. Nunca hubo mejor oportunidad para la poesía, ese misterio hermoso que se halla en el afán del hombre por conocer lo intangible e insondable. Ciencia y poesía, dos patas de la conjetura.


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