miércoles, 16 de noviembre de 2011

Optimista

Parecía inmune a la apatía porque siempre estaba alegre y exhibía un optimismo contagioso a pesar de sus padecimientos. El pesimismo y el abatimiento no lograban horadar su buen carácter ni la relatividad con que afrontaba cada golpe de la vida. A todo le encontraba su lado bueno del que extraer lecciones positivas. Cada quince días debía someterse a un procedimiento médico, pero ella lo asumía como una oportunidad para hablar con los sanitarios que la atendían. Cuando tuvieron que operarla pensó que podría ser la oportunidad de adelgazar y reparar los daños que le producían unas arterias obstruidas. Viuda todavía joven, contrajo matrimonio en segundas nupcias con un hombre que se desvivía por ella y no la dejaba sola en ninguna de sus periódicas visitas al hospital. Su temperamento contrastaba con la tristeza que anidaba en pacientes con enfermedades menos graves y pasajeras. No era irresponsable, sino que “al mal tiempo, buena cara” decía. El día que dejó de venir la echamos de menos porque ninguna sonrisa volvió a revolotear por aquel recinto.

No hay comentarios: