Un cumpleaños aflora lo que se comparte, como la música. Hay canciones que nunca han dejado de musitarnos al oido a lo largo de la vida, tejiendo una red de complicidades que nos atan a los recuerdos. Son esas pequeñas cosas que nos tienen a su merced y de las que renunciamos a desprendernos. Nos hacen sentir lo que fuimos y lo que somos. Lo mejor para celebrar un cumpleaños. Con añoranza. Y con felicidad. Para que nunca dejes de abrazar lo que te gusta y te conmueve. Así que pasen cincuenta y cinco años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario