lunes, 14 de marzo de 2016

Adiós al hotel Algarrobico

La mole de la sinrazón urbanística, aquel mamotreto que se levantó al valorar lo natural y paisajístico en función de su rentabilidad comercial, va camino de su definitiva desaparición de la costa almeriense, va a ser vencida por la razón de la justicia y la legalidad que devolverá un enclave costero a su estado original, totalmente virginal, procediendo a la demolición del engendro demencial del hotel Algarrobico. Así lo ha dictaminado el auto del Tribunal Supremo de febrero pasado que, corrigiendo las contradicciones del Superior de Justicia de Andalucía –unas veces a favor, otras en contra-, ha fallado que el citado hotel, símbolo de la destrucción del litoral, se edificó sobre terreno no urbanizable y lo declara edificio ilegal e ilegalizable. Es una historia antigua de la que este blog se ha hecho eco en varias ocasiones, apoyando siempre los argumentos de los conservacionistas y ecologistas.

Pero ya es definitivo: aquel monumento a la insensatez y la avaricia especulativa va a ser demolido en cuanto se ejecute el acuerdo alcanzado por el Gobierno Central y la Junta de Andalucía para repartirse los gastos que conlleva ejecutar la sentencia y devolver aquel enclave a su estado natural. Uno correrá con el coste de la demolición, y la otra, con los de la restauración de la zona, asumiendo ambas Administraciones acometer los trabajos a la mayor brevedad posible y que la actuación prevista sea irreversible. Y es que la reparación del paisaje no es un tarea fácil ni barata: se trata de restaurar 6,5 hectáreas de terreno y demoler una superficie construida de 43.840 metros cuadrados, que desprenderán 60.000 metros cúbicos de residuos, de los cuales 40.000 metros cúbicos deberán ser trasladados a vertederos. A más de siete millones de euros asciende el presupuesto de todo ello, incluyendo los gastos de posibles indemnizaciones que pudieran derivarse de estas actuaciones.

No es un precio caro por conservar una zona libre de la estupidez urbanística y especulativa y por proteger un medio costero que, en sí, es sumamente frágil y vulnerable a los atentados que le ocasiona una actividad humana que no atiende a la sostenibilidad ni al respeto del medio ambiente. El hotel Algarrobico ha constituido un entuerto urbanístico, medioambiental, legal y político que, a pesar de los años de lucha, al final ha sido corregido por la Justicia. Ha prevalecido, afortunadamente, la razón y la sensatez, al menos en este caso, frente a los dictados de una lógica mercantil y especulativa que valora las cosas, también a las personas, en función de su rentabilidad económica. Adiós, pues, al disparate del Algarrobico, iniciativa que perseguía sólo el lucro privado de un promotor a costa del atropello de un paisaje natural, de su flora, su fauna y… del interés general de los ciudadanos. Adiós al hotel Algarrobico.   

No hay comentarios: