viernes, 27 de abril de 2012

Sevilla en feria

La ciudad ha ido vaciándose progresivamente durante la semana, extrañamente tranquila y apacible para dejarte deambular por su casco histórico sin las aglomeraciones que suelen atropellarte camino de los grandes almacenes del consumo. A partir del martes se ha producido el éxodo de la muchedumbre hacia esa metástasis del infierno entoldado y ruidoso que es la Feria, dejándonos para los amantes de la soledad una Sevilla asequible y mansa, amable con quienes disfrutamos paseando sin rumbo por sus calles y gustamos de tomar cualquier aperitivo sin prisas. Por eso me gusta tanto la Feria: me permite admirar mi ciudad sin que nadie me empuje ni me tape la vista o me chille al oído. ¡Ojalá durase todo el año!

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