jueves, 10 de enero de 2019

¿Qué les une?

 
Los tres personajes de este comentario tienen en común algo más de lo que la actualidad destaca. Son tres políticos predestinados a confluir en ese pacto que hará que el Partido Popular consiga, al fin, gobernar la Junta de Andalucía, tras 36 años de gobiernos socialistas ininterrumpidos. No es que procedan de formaciones distintas para, mediante una coalición mixta gobierno-parlamentaria, unir sus votos y desalojar al PSOE del poder en Andalucía. No. Es algo genético, que llevan en la masa ideológica de la sangre, y no meramente coyuntural. Les une, fundamentalmente, que los tres son frutos que brotan del Partido Popular, donde iniciaron sus carreras políticas como criaturas de una derecha que hoy los reúne para conquistar un feudo que se le resistía. Indudablemente, no es que tengan notables diferencias entre ellos, sino temperamentos diferentes como hermanos que comparten, cada cual a su modo, una mentalidad que les lleva a unir sus fuerzas para combatir y abatir al viejo enemigo de la familia: el socialismo y sus políticas de igualdad. Y están a punto de conseguirlo. Después de escenificar diferencias y desacuerdos de no más de 24 horas, juntos se presentan como el “cambio” en Andalucía, plagiando aquel lema que sirvió a Felipe González para llevar el socialismo al Gobierno de España, por primera vez en democracia, en el año 1982. Y, ¡vueltas de la vida!, les sirve hoy, precisamente, para que la derecha reconquiste el timón de un territorio que siempre le había dado la espalda. Les une, pues, algo más que un pacto: son ramas del mismo árbol de la derecha sempiterna de España, que consigue enraizar y dar frutos en Andalucía. Enhorabuena, familia.

Juan A. Marín Lozano: gaditano, empresario y político que inició su carrera en la cosa pública en Alianza Popular, la marca fundada por Fraga de la que deriva el Partido Popular, para, tras los bandazos que dictan las circunstancias, acabar como representante de Ciudadanos en Andalucía y ganar, como premio, la vicepresidencia de la Junta de Andalucía.
Juan M. Moreno Bonilla: catalán de padres malagueños, se afilió adolescente en el Partido Popular, en el que ha escalado todos los peldaños, desde las Nuevas Generaciones, pasando por concejal de Málaga, Secretario de Estado, diputado autónomo, hasta presidente del partido en Andalucía, para finalmente auparse como póximo presidente del Gobierno de Andalucía, justamente cuando menos se lo esperaban en su partido y menos votos había cosechado para lograrlo. ¡Cosas de la aritmética parlamentaria!
Francisco Serrano y Santiago Abascal
Santiago Abascal Conde: bilbaíno e hijo de un miembro histórico de Alianza Popular. También en su adolescencia se inscribió en el Partido Popular, en el que llegó a presidir las Nuevas Generaciones del País Vasco, ser concejal del Ayuntamiento de Llodio (Álava) y diputado de repuesto en el Parlamento de aquella comunidad autónoma. Funda Vox para recuperar las esencias que el Partido Popular, según dice, ha ido perdiendo y que lo obligan abandonar las siglas en las que militaba su padre.
Francisco Serrano: madrileño, juez inhabilitado por prevaricador y al que no dejan volver a la carrera judicial. Como “delegado comercial” de Vox en Sevilla, por sus profundas convicciones contra la igualdad de género (“hembrismo” y “yihadismo de género”), la Memoria Histórica (“Memoria histérica”), partidario del PP y de Provida (contra el aborto), es quien, como buen mandado, firma el pacto en el Parlamento andaluz entre las tres ramas de la derecha (Partido Popular, Ciudadanos y Vox) para sentar en el Palacio de San Telmo al candidato preferido de la familia, al presidente andaluz del Partido Popular.  ¡Alea iacta est!

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