domingo, 7 de mayo de 2017

Día de la madre

Día de la Madre, efeméride comercial donde las haya, para cumplir con ese impulso filiar de expresar a quien lo engendró y le dio vida una gratitud que se sustancia con un frasco de colonia, un pañuelo o un cupón de lotería, como conmina la publicidad. Nada que ver con el invisible lazo sentimental que, todos los días del año, se manifiesta cuando una madre despide o recibe a su hijo entregándole un beso sin recompensa, sin obedecer a ninguna estrategia de márketing y, a veces, con el desagrado de quien esquiva tales muestras de afecto. Madres que no merecen ningún día para sentirse felices de parir hijos como frutos de su voluntad y amor, y no por exigencias de una sociedad mercantilista que acostumbra a sus miembros a obedecer consignas publicitarias. ¿Cómo se comportarán en el futuro esos hijos de vientres de alquiler o gestación subrogada? ¿A qué madre obsequiarán, si acaso, con unas flores? Avanzamos hacia un mundo en el que nuestros sentimientos dependerán de estrategas que valoran cualquier relación humana en función de su rentabilidad. ¡Feliz día!  

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