sábado, 14 de junio de 2014

Hedonismo sabático

A estas alturas del año, cuando los días comienzan a alcanzar temperaturas de ebullición, nos movemos en busca del placer para sentirnos a gusto, evitando padecer los azotes inclementes que nos propinan, desde dentro y fuera, la edad y el ambiente. Aunque es difícil sustraerse de las obligaciones ineludibles y de las calamidades que hay que soportar por aquello de que no somos dueños de nuestros destinos ni de los imponderables que los acompañan, sino meros administradores del presente, la satisfacción de los apetitos nos guía por caminos que conducen a un hedonismo sabático, justo como hoy, para que alcancemos la cima en la que olvidamos aflicciones y agobios. Son momentos fugaces que apuramos como si fueran eternos, con esa desinhibición vitalista con la que Frankie goes to Hollywood nos da la bienvenida a la cumbre de un placer que los coros transforman en explosión orgásmica, como si estallara una supernova y se llenara el cielo de estrellas fugaces. Y es que, puesto que somos mortales, aprovechemos para disfrutar, no sufrir. Inténtelo.


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