miércoles, 19 de febrero de 2020

Difuminados naturales

Isla Cristina (Foto del autor)

En estos días anticipados de primavera con los que se distrae un invierno desanimado, ha sido frecuente en valles y zonas húmedas la persistencia de una niebla matutina que convertía en un difuminado blanco y negro lo que eran, bajo un sol radiante, paisajes luminosos de luz y color. Cubiertos por una perezosa neblina, el mar y el cielo se confunden blanquecinos, creando una atmósfera fantasmagórica en la que acaban desapareciendo los barcos, las gaviotas y los contornos del puerto. Una imagen pálida y gris no exenta de una belleza tan insólita como cautivadora. Son los difuminados con los que una paleta natural modifica la cotidianidad para que no se nos antoje aburrida y sosa.   

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