miércoles, 1 de febrero de 2017

Primera muesca del año

El año ya tiene la primera muesca de la docena que arañarán su piel sin que nunca logremos domeñar ni detener su incansable discurrir. Acabamos de celebrar su llegada cuando ya superamos el primer peldaño de este incesante transcurrir del año. Nos adentramos en febrero con la sensación vertiginosa de avanzar desbocados, sin freno ni paciencia. Y aunque los fríos, las nieves, las nubes y las tormentas continúan jalonando estos días invernales, la muesca con que contabilizamos el tiempo nos augura amaneceres soleados y jornadas luminosas que también discurrirán sin descanso. Las estaciones se suceden cada vez más aceleradas en los ciclos de nuestra vida, como caballitos de un tiovivo que gira desenfrenado, sin apenas dejarnos disfrutar del viaje ni del paisaje. Intentamos darnos cuenta de cada vuelta y saborear cada momento con la vana pretensión de ser jinetes que sujetan las riendas de su propio destino, cubriéndolo de muescas.

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