viernes, 29 de mayo de 2015
Nostalgia de mayo
Apuramos mayo, sorbemos la última gota de un tiempo que se nos escurre en la vida con la velocidad de un parpadeo, sin apenas darnos cuenta de que al abrir los ojos ya no somos aquellos jóvenes que fuimos cuando los cerramos hace un instante. El verano ya cabalga sobre nuestras espaldas, obligándonos a despojarnos del peso de las vestimentas con las que ocultábamos nuestras ideas y disfrazábamos nuestro rostro, surcado de derrotas y otras heridas de alma. La eternidad fluye a través de los meses sin que seamos capaces de detener más que el instante que nos permite pensarla para inmediatamente abandonarnos en una temporalidad caduca, llena de nostalgias por lo que pudimos ser y perdimos. Se consume mayo y exhalamos el suspiro por el marchitar que nos alcanza irremediablemente con un tiempo que no se detiene ni para despedirse. Apuramos mayo con nostalgia.
miércoles, 27 de mayo de 2015
En contra de la libertad
A quienes están en contra de la libertad, de la libre confrontación de opiniones, la pluralidad de la sociedad y la diversidad de tendencias, intereses y comportamientos existente en su seno, acaban siempre restringiendo la libertad en nombre de la libertad, terminan por secuestrarla con leyes que la condicionan y limitan, y no paran hasta que, finalmente, penalizan legalmente cualquier intento de escapar a las ataduras con las que se pretende sujetarla. Les caracteriza el miedo a una libertad que podría cuestionar su estatus y privilegios. Un miedo que no conoce de ideologías ni de regímenes. Ejemplos de ello se producen en gobiernos de derechas e izquierdas, si es que aún existe esta división política, que coinciden en coactar el ejercicio de la libertad.
En España, sin ir más lejos, el Ejecutivo del Partido
Popular ha tomado iniciativas impensables en un régimen democrático digno de
tal nombre. No sólo revisa leyes que suponían el reconocimiento de la libertad
de los ciudadanos a conducirse según sus creencias y valores para adecuarlas a
sectarias ideologías –como la ley del aborto-, sino que legisla para cercenar
derechos consagrados en la
Constitución , como la libertad de opinión, expresión y
manifestación. La reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana y del Código Penal, hace poco aprobadas en el
Congreso de los Diputados, supone límites al ejercicio de estas libertades y
busca controlar las nuevas formas de protesta social, por el temor a que se
extiendan el descontento y el rechazo a medidas gubernamentales que castigan
sobremanera a los ciudadanos. Son leyes que penalizan la libertad, algo que tal
vez sea coherente en regímenes autoritarios a la vieja usanza del ordeno y
mando, pero no en sistemas democráticos modernos.
Pero es que, yendo más lejos en el espacio y la ideología, Vladimir
Putin hizo aprobar el sábado pasado una ley que declara prohibidas las ONG
extranjeras que osen denunciar situaciones de abusos, atentados a la Naturaleza e
injusticias en Rusia. No se limita a restringir su actividad o a controlar los
derechos de los ciudadanos, sino que da un paso más y legisla para multar con
fuertes sumas de dinero y penas de prisión de hasta seis años a quienes colaboren
con ONG “indeseables” que, a juicio de los que van contra la libertad en Rusia,
suponen una “amenaza” a la defensa o seguridad del país y alteran el orden
público o la salud pública. Y es que en Moscú no se andan con chiquitas como en
España. Aquí obstaculizamos la libertad mediante leyes mordazas, y allí prohíben
directamente el ejercicio de la libertad, compartiendo ambos métodos el mismo
temor a la libertad.
Estas situaciones describen formas de “fascismo social”, tal
como lo considera Sousa Santos* al analizar el pensamiento abismal. Reflejan un
régimen de poder que trivializa la democracia hasta el extremo de crear
sociedades políticamente democráticas pero socialmente fascistas. De esta
manera, el fascismo social coexiste con la democracia liberal, y las libertades
con el control de las cosas y sobre la gente.
Y es que el poder, como históricamente es conocido, es el
nudo de relaciones sociales de explotación y dominio por el control de los
siguientes ámbitos sociales: el trabajo y sus productos, los recursos de
producción, el sexo y la reproducción de la especie, el conocimiento y la
cultura, y la autoridad y sus instrumentos de coerción que sirven para regular
los patrones sociales y sus cambios. En definitiva, el poder va en contra de la
libertad, lo detente tanto Rajoy como Putin, por lo que ambos legislan en
idéntico sentido, al objeto de impedir que los ciudadanos gocen de libertad
para controlar instancias básicas de su existencia social e individual:
trabajo, sexo, subjetividad y autoridad. Por eso van en contra de la libertad:
temen que los desalojen del poder.
lunes, 25 de mayo de 2015
La España de las minorías
El segundo asalto electoral del año, tras el primero de la llamada a las urnas en marzo en Andalucía -aún pendiente de que ganadores y perdedores acaten el resultado de los votos-, confirma todos los pronósticos sobre el fin de un bipartidismo puro, el de dos únicos partidos que se relevan el sillón gubernamental donde quiera que se ubique el Poder, y la aparición de otras formaciones políticas que amplían el abanico a cuatro en una especie de bipartidismo impuro, de dos más dos, en el que actuarán de bisagras a la hora de pactar alianzas que hagan posible gobernar en un escenario sin mayorías absolutas. Era lo que estaba cantado de antemano y es lo que ha resultado de las elecciones de hace unas horas. La España de las mayorías hegemónicas ha desaparecido para dar lugar a una España de las minorías que, con voz y voto en el concierto de la pluralidad, viene dispuesta a que se la escuche, tenga en cuenta y se atiendan sus demandas. Tal es la traducción inmediata de lo que acaban de expresar las urnas.
Este 2015 es un año con inflamación electoral que ayer volvió a convulsionar con los comicios municipales y autonómicos. Más de 34 millones de ciudadanos estaban convocados a elegir alcaldes y concejales en 8.122 municipios, a la par que cerca de 20 millones de ellos podían también votar al partido que desean asuma la responsabilidad de gobernar en las 13 comunidades autónomas convocantes. Nunca antes unas elecciones habían sido tan inciertas, tan llenas de incertidumbres, por lo que los nervios de unos y las expectativas de otros apenas pudieron contenerse a lo largo de la campaña electoral. Tanto se jugaban todos en estas elecciones que la formación de gobierno en Andalucía se ha visto obligada a esperar estos resultados para poder formalizar los acuerdos que permitan la investidura de la única candidata que se ofrece a ello: la de la socialista Susana Díaz. Allí, ahora sí, tras tres votaciones en contra, a la cuarta será la definitiva.
Y los resultados de ayer no dan lugar a equívocos. Emerge la España de las minorías, de los matices, de la variedad de puntos de vista, de la verdad fragmentada en versiones que deben ceder y acordar para, mediante el diálogo, satisfacer los intereses de todos, de la mayoría. Se acabaron los rodillos parlamentarios y las mordazas a toda discrepancia y cualquier disenso. Se cerró el ciclo de las verdades indiscutibles y las imposiciones dogmáticas de los partidos hegemónicos con instintos absolutistas, para abrirse una nueva era determinada por la política de verdad, la que dialoga, argumenta, convence y pacta para buscar acuerdos que beneficien al interés general, no el particular de quien gobierna. Por fin las minorías, en las que todos los votos son útiles, consiguen la representación de su pluralidad y pueden aportar criterios más cercanos a los ciudadanos, a los problemas cotidianos de la gente, a las necesidades que atender antes que las grandes cifras macroeconómicas que interesan sólo a los mercados, de centrar el foco en las personas y no en el dinero y la lógica del capital, y en gobernar con equidad y transparencia, no para los poderosos y las élites.
Tal parece la tendencia surgida de las urnas, en la que la gran "mancha azul", que hace cuatro años se extendió por todo un país atemorizado por la crisis, se torna variopinta y multicolor en la búsqueda de soluciones que de verdad alcancen a los ciudadanos. Ayer se quebró el monopolio del Partido Popular, ganador aplastante de aquellas elecciones, al incumplir sus promesas, socorrer a la banca y abandonar en la orilla a los desfavorecidos, legislando para las empresas y contra los trabajadores, desmantelando derechos y saqueando recursos, como el fondo de las pensiones, para saldar deudas de los especuladores y de aquellos sectores, como el financiero, que han provocado la ruina de la población, el empobrecimiento de la gente. La corrupción y los recortes le han pasado factura.
En municipios y comunidades autónomas se ha producido un cambio profundo, una nueva forma de entender la política, menos mesiánica y si se quiere más desconfiada: aparecen las minorías, la voz de los descontentos, y avisan de que, en las próximas elecciones legislativas de otoño, esa tendencia se acentuará aun más, la queja será más contundente. Queda avisado el actual Gobierno de la Nación, obsesionado en ajustes que empobrecen a los humildes pero alivian la cuenta de resultados de los pudientes y de los grandes conglomerados, de los que piensan que un trabajador, un sueldo o un derecho sanitario, educativo o social son gastos insostenibles, no esas tarjetas opacas que remuneran su avaricia.
Toca la hora de dialogar y responder a las demandas reales de los ciudadanos, que no piden mucho en su sensatez, pero repiten el grito eterno de antiguas revoluciones: pan, tierra y libertad, que en la actualidad se traduce por trabajo, casa y derechos sociales, justo lo que el Gobierno ha socavado y hasta negado con tal de ganarse el favor del Capital, con el que las "ingenierías financieras" facilitan medrar y abrir cuentas en Suiza, patria de los patriotas con fortuna. ¿Y aun se extrañan de los resultados? Han resultados ser los que vaticinaban las encuestas y que ahora confirman las urnas con veredicto inapelable. Pierde el Partido Popular, más de tres millones de votos, donde más descarada ha sido su gestión, mayores tropelías ha cometido y más escándalos ha protagonizado. Pierde esa mayoría absoluta que lo facultaba, en creencia errónea, a hacer lo que le daba la gana, y ganan los que estaban hartos de aguantar tantas mentiras y tantos atropellos contra los de a pie, los indefensos y vulnerables de la sociedad. Ganan las minorías en esta España dispuesta a afrontar con civismo un nuevo ciclo de la democracia. Habrá que tenerlo en cuenta, en función de estos resultados. Marcan una tendencia en la que sobran la soberbia y la intransigencia y faltan el diálogo y la transparencia. Como describe Errejón, líder de Podemos, nada más conocerse los resultados: "España es un país diferente después de que entren nuevos partidos". Confiemos que para bien.
viernes, 22 de mayo de 2015
Acampada en el Virgen del Rocío
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Hospital del Tomillar (Europa Press) |
Precisamente, contra eso es por lo que están luchando los
trabajadores de mantenimiento de los hospitales del Servicio Andaluz de Salud
(SAS), para que el futuro que les aguarda no sea la “externalización” de sus
funciones y de la plantilla, con la excusa de una nueva normativa que reduce
sus categorías profesionales y los aboca a la polivalencia. Por ello, desde
hace dos meses, estos trabajadores han levantado campamentos en diversos
hospitales públicos de Andalucía (Virgen del Rocío, Macarena y Tomillar, en Sevilla;
Reina Sofía de Córdoba, Hospital Regional de Málaga y otros), sin que ello
afecte a su trabajo diario, como acción de denuncia de una situación que
consideran injusta. Al parecer, la Administración hace oídos sordos a sus
reclamaciones y no se sienta a negociar las reivindicaciones del colectivo.
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H. Virgen del Rocío |
Un colectivo que vio modificadas sus condiciones laborales
en virtud de una Orden del SAS, publicada el 16 de junio de 2008, que reducía
las diferentes categorías profesionales existentes (albañiles, electricistas,
fontaneros, mecánicos, etc.) a sólo dos, técnico de mantenimiento y técnico
especial, para las que requería una titulación específica que supondría –como
caramelito envenenado- una supuesta mejora salarial al acceder la mayoría de
los profesionales al grupo C, en vez del D, en la escala retributiva del
empleado público. Desde entonces ha llovido mucho y la situación sigue
estancada y sin visos de entendimiento. Los trabajadores, sospechando las
intenciones reales de la propuesta, exigen el mantenimiento de las categorías
profesionales, la creación de una bolsa única de contratación y la publicación
de los listados definitivos de la carrera profesional. Recuerdan, además, que a
otros colectivos sanitarios, como el de las auxiliares de clínica, se les
reconoció la nueva titulación con la antigüedad en el desempeño de tales
funciones.
Consideran los trabajadores de mantenimiento, unos mil en
toda Andalucía, que el SAS prepara el terreno a la privatización del servicio y
a desprenderse del personal que lo presta, al tiempo que procura la
polivalencia en sus funciones en vez de la especialización, sin tener en cuenta
que estos profesionales velan, las 24 horas del día, por el normal
funcionamiento de las infraestructuras que hacen posible la actividad rutinaria
de un centro sanitario (que no falte agua, electricidad, funcionen los ascensores,
estén preparados los gases para la anestesia, circule aire acondicionado, etc.)
y solventan cualquier incidencia o avería que surja.
Soplan malos tiempos para las reivindicaciones laborales y
el respeto a los derechos de los trabajadores y los ciudadanos. Una crisis económica
y el abandono de ideales progresistas nos hacen temer que estos compañeros lo
tienen crudo. Pretender conservar derechos, mantener categorías profesionales y
que los interinos y eventuales tengan las mismas oportunidades que los fijos
–pensando en los hijos y el mundo que les entregamos- son retos casi utópicos que
movilizan a unos trabajadores de mantenimiento y que ellos solos no deberían
afrontar en desigual combate. Al parecer, están huérfanos de la solidaridad del
proletariado, cuya unión nunca ha sido ejemplar. Ojalá tome consciencia de la
amenaza antes de que los demás colectivos sanitarios deban unirse en la
acampada. Puede que entonces ya no quede nada por privatizar.
miércoles, 20 de mayo de 2015
Maestros memorables
Un estimado comentarista de un medio digital, Aureliano Sáinz, dedicaba su artículo de opinión del domingo pasado a glosar los
sentimientos que surgen en cualquier profesión, pero especialmente en la
docencia, cuando llega el minuto final de la vida activa, tras lustros
dedicados a la enseñanza. Sentimientos que embargan, no sólo al afectado que
debe, tras la última lección, abandonar el aula donde ha pasado tantas horas
como en su hogar, sino también a quienes ha sabido transmitir unos
conocimientos y unos valores por los que será recordado con cariño y gratitud,
conquistando ese espacio de “inmortalidad” en el que habitan los maestros
memorables.
El último adiós puede ser duro emocionalmente para cualquiera que agote el ejercicio activo de su profesión. Pero los maestros memorables nunca imparten una última lección porque siguen instruyendo desde el recuerdo, el ejemplo y los valores que supieron transmitir. Son como esos padres que, aunque desaparezcan, siempre consideramos cercanos a nosotros y presentes en nuestra conducta. Los maestros, como los padres, no se jubilan, amigo Aureliano. Siguen siempre ejerciendo el magisterio ético de la ejemplaridad y el pundonor.
Nunca he ejercido la docencia, pero guardo deudas vitales
con maestros a los que tuve la fortuna de escuchar y admirar mientras asistía a
sus clases y atendía sus orientaciones, y a los que debo, en gran medida, el
haber podido alcanzar las metas que me he propuesto en la vida. El más grande e
influyente de todos ellos residía en mi propia casa, porque, además de maestro,
era mi padre. De un profesor, como de un padre, las enseñanzas más relevantes
son las recibidas desde el ejemplo y la actitud, ya que inciden en esa
“formación interior del individuo” a la que aspiraba Francisco Giner de los
Ríos con la empresa en la que volcó toda su energía pedagógica: la Institución Libre
de Enseñanza.
Los maestros memorables no se jubilan nunca ni jamás dejan
de tener alumnos que heredan su entusiasmo y su amor a la sabiduría. Son
profesores que han sabido sembrar en sus discípulos la semilla de pensar por su
cuenta para que el raciocinio y la libertad guíen la conducta de quien aprende
que la verdad no es única, aunque abunden los dogmas que pretenden
monopolizarla.
Nunca he ejercido la docencia, como decía, aunque he
impartido charlas en colegios e institutos, pero he sido alumno permanentemente,
una persona que no ha dejado de aprender constantemente de sus profesores académicos
y de los que, sin ataduras laborales, siguen repartiendo sabiduría fuera de las
aulas y en las plazas de la amistad, la camaradería y el compañerismo. Me he
esforzado en seguir o acercarme a maestros que educan con el ejemplo, la
actitud, la vocación y la adhesión a unos valores de los que no reniegan nunca.
Maestros con un bagaje cultural que portan en la mochila de la experiencia y
con la sensibilidad ilustrada de los que persiguen liberar al hombre de la
ignorancia y las supersticiones con las que son fácilmente sometidos y manipulados.
Admite Aureliano que debe prepararse, aunque le falten unos
años, a decir adiós como hizo, con el corazón encogido, el compañero suyo al
que glosaba en su comentario. Para un docente, es un entrenamiento continuo: no
algo que improvise el último día. Un buen maestro sabe decir adiós porque lo
dice desde el primer día de clase, el adiós con el que deja que cada alumno
piense sin tutelas, pero con criterio, que decida su porvenir emancipándose de
los condicionamientos que impiden su progreso, con la libertad que se conquista
gracias al conocimiento y la educación, y con esa honestidad que comparten educandos
y educadores a la hora de forjar ciudadanos adultos y responsables.
El último adiós puede ser duro emocionalmente para cualquiera que agote el ejercicio activo de su profesión. Pero los maestros memorables nunca imparten una última lección porque siguen instruyendo desde el recuerdo, el ejemplo y los valores que supieron transmitir. Son como esos padres que, aunque desaparezcan, siempre consideramos cercanos a nosotros y presentes en nuestra conducta. Los maestros, como los padres, no se jubilan, amigo Aureliano. Siguen siempre ejerciendo el magisterio ético de la ejemplaridad y el pundonor.
A mi hija Hilda y mi padre Daniel, estirpe de maestros.
lunes, 18 de mayo de 2015
Palestina en la encrucijada de la paz
Nunca antes en su agitada historia Palestina había estado más cerca de hacer realidad su sueño como pueblo: convertirse en un Estado sin tutelas y con plenos derechos en el concierto internacional de las naciones. Lo tiene al alcance de la mano si no fuera por esa soga que se lo impide con obstinada ceguera por parte de Israel. Palestina, aún estando confinada en unos territorios que poco a poco se estrechan por la fuerza y las barreras bajo excusa israelí de proteger fronteras y los infestan de colonias sionistas que diluyen su población árabe, está dando pasos contundentes en pos de su reconocimiento estatal por toda la comunidad internacional, justamente cuando el ejercicio de la violencia en la lucha por su existencia ha sido sustituido por la diplomacia y la consolidación de sus relaciones multilaterales. Todo ello arrincona a Israel en el inmovilismo de su intransigencia y en el monopolio de una violencia inconcebible entre países limítrofes y condenados a entenderse. Cuanto más se acerca Palestina al modelo de Estado moderno, pacífico y democrático, más se radicaliza Israel en su obstinación por impedírselo y negar todo reconocimiento.
Ese camino alcanzó una cota de no retorno cuando en abril de
este año la Corte Penal
Internacional (CPI) admitía el ingreso de Palestina entre sus miembros, lo que
confería a la Autoridad Palestrina
la posibilidad de denunciar al Ejecutivo israelí ante el organismo
internacional por crímenes de guerra y genocidio, obligándolo a reconocer al
Estado palestino y respetar sus fronteras de 1967 en los diversos foros
internacionales a los que acudan en defensa de sus derechos. Ese espaldarazo
de la CPI , que no
tiene potestad para reconocer estados, ha sido posible cuando la ONU ha otorgado a Palestina el
estatus de Estado Observador, no miembro, en la Asamblea General ,
lo que en la práctica supone su reconocimiento formal, aunque previo, como un
Estado soberano más.
El interminable conflicto palestino-israelí se interna, de
este modo, en una encrucijada que pasa por el mutuo reconocimiento entre ambos
estados, la garantía de la plena soberanía Palestrina sobre sus territorios, el
respeto a las fronteras delimitadas por las resoluciones de 1967 y la firma de
acuerdos de colaboración, de no intervención militar y de dirimir cualquier
controversia por vía del diálogo y la paz. Más peliagudo resulta el asunto de
Jerusalén, ciudad que ambos países reclaman como capital de sus respectivos
Estados.
La actitud beligerante del Ejecutivo de Netanyahu, volcado
en impedir cualquier reconocimiento de Palestina en el ámbito internacional,
facilita curiosamente la estrategia de la Autoridad Palestina
y su presidente, Mahmud Abbas, de conseguir ese reconocimiento que Israel le
niega. El último en hacerlo ha sido el Vaticano, que no sólo ha anunciado el
reconocimiento oficial del Estado de Palestina, sino que el papa Francisco
recibe en audiencia al presidente palestino calificándolo de “ángel de la paz”.
Algo impensable para un miembro de una organización considerada “terrorista”
por parte de Israel. Ello no ha sido óbice para que la bandera palestina ondeara
por primera vez en el Vaticano, donde apuestan por la solución de los “dos
Estados”.
En cualquier caso, el polvorín en el que se halla envuelta
la zona y los intereses estratégicos de las potencias de la región, además de
ese terrorismo islamista que los países árabes no saben, no quieren o no pueden
sofocar, no ayudan precisamente a la conquista de la paz en Palestina, donde
todos “meten mano” con la intención de perjudicar a quienes consideran
adversarios o beneficiar a los afines. Sin embargo, si alguna viabilidad existe
para solucionar este conflicto, ésta pasa sólo por la encrucijada de la paz, el
diálogo y la negociación. Un camino que ya ha emprendido Palestina, a la espera
de que Israel lo acompañe en el empeño por convivir pacíficamente como dos
Estados limítrofes y amigos. ¿Será ello posible alguna vez?
sábado, 16 de mayo de 2015
Muere un rey, sobrevive su música
Acaba de fallecer B. B. King, un enorme músico que, a los adolescentes
españoles desconocedores de la música negra, blues o jazz, nos abrió las
entendederas para otros sonidos, otras melodías, otras cadencias. Nos ayudó a
explorar algo más allá del rock y el pop en los tiempos hormonales de irrefrenables
impulsos en guateques y discotecas. Sus punteos de guitarra en baladas tristes nos
hacían sentir la pena tierna, la añoranza de lo perdido, la profundidad oscura
de nuestros corazones sufrientes. También la alegría, la paz de la soledad y la
belleza de una nota musical que rompe el silencio y nos comunica
estados de ánimo y sentimientos. Muere un rey de la música negra, desaparece
B. B. King, pero nos deja su música y el recuerdo de su simpatía.
jueves, 14 de mayo de 2015
La corrupción que no cesa
Un nuevo escándalo emerge del sumario de un juzgado de Sevilla en el que la instructora admite evidencias de irregularidades y falta de rigor en la adjudicación de las Minas de Aznalcóllar a determinada empresa mexicana. Es la enésima muestra de una corrupción que se halla incrustada en el sistema político e institucional español, infectando a todas las administraciones y todas las formaciones políticas en menor o mayor grado. A pesar de todas las promesas de erradicar un mal generalizado que desangra los recursos del país y la confianza de los ciudadanos, ninguna medida ha conseguido limpiar el cuerpo corrupto de la política en España, que sigue supurando casos que denotan la gravedad del mal que lo aqueja.
Las manifestaciones de la enfermedad son tan evidentes que
ningún síntoma nuevo causa sorpresa, por mucho que incida en alertar del
deterioro imparable en el que se halla la organización social parasitada. Estos
son, en un resumen que no pretende ser exhaustivo, algunos los episodios de esa
corrupción que no cesa y nos devora:
Operación Púnica:
Tráfico de influencias, prevaricación y fraude fiscal que lleva a la cárcel a
Francisco Granados, vicepresidente de la Comunidad de Madrid, y tiene imputados a más de
cincuenta personas de aquella Comunidad.
Caso Pujol:
Escándalo protagonizado por el expresidente de la Generalitat de
Cataluña, Jordi Pujol, y su familia por enriquecimiento ilícito, tráfico de
influencias, evasión de dinero, fraude fiscal, etc.
Caso de los ERE:
Irregularidades en los expedientes de regulación de empleo y otras ayudas a
parados y empresas en dificultades por parte de la Consejería de Empleo de
la Junta de
Andalucía y en el que están presuntamente implicados los expresidentes Manuel
Cháves y José Antonio Griñán, además de otros altos cargos del Gobierno andaluz.
Caso Gürtel:
Trama de corrupción ligada al Partido Popular de Madrid, Valencia y Galicia por
prevaricación, malversación de caudales públicos y tráfico de influencias, en
el que están imputados exalcaldes, exdiputados y decenas de políticos y
empresarios.
Caso Bárcenas: Es
una pieza separada del anterior por el que están imputados los extesoreros del
PP por financiación ilegal del partido, soborno y fraude en las adjudicaciones
públicas.
Caso de las Tarjetas
Black: Despilfarro y fraude a Hacienda con dinero de Caja Madrid por parte
de su cúpula directiva, a pesar de ser una entidad que, fusionada en Bankia,
necesitó ser rescatada con fondos públicos.
Caso Noós:
Trafico de influencias, malversación de dinero público y fraude fiscal que
afecta a la hija del rey, la infanta Cristina, y su marido Iñaki Urdangarín,
entre otros.
Caso de los Cursos de
Formación: Irregularidades y fraude en las partidas presupuestarias
destinadas a las políticas activas de empleo de la Junta de Andalucía,
desviadas a centenares de empresas e intermediarios y en el que están
implicados gestorías, sindicatos y organizaciones empresariales, y con
ramificaciones en Cádiz, Málaga, Almería y Granada.
Caso Palma Arena:
Sobrecostes en la construcción de este velódromo de Palma de Mallorca, durante
el mandato de Jaume Matas, imputado por prevaricación y fraude a Hacienda.
Caso Palau:
Tráfico de influencias y expolio del Palacio de la Música de Barcelona y que
afecta al partido CDC por presunto cobro de comisiones.
Caso ITV:
Cohecho, prevaricación y tráfico de influencias en la concesión de licencias de
ITV en Cataluña, en el que está imputado Oriol Pujol y empresarios catalanes.
Caso Pokémon:
Trama de corrupción con las contratas municipales que afecta a políticos y
empresarios de Galicia, Asturias y Cataluña.
Caso Mercasevilla: Cohecho
y amaño en concurso público para la cesión de terrenos a terceros en el mercado
central de Sevilla, en el que están imputados directivos y políticos
socialistas durante el mandato del alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín.
Caso Dívar: El
expresidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar, se sufragaba
sus escapadas a la Costa
del Sol a cargo del presupuesto de la institución, por lo que tuvo que dimitir.
Caso Brugal:
Soborno y tráfico de influencias en concursos públicos para la gestión del
servicio de basuras en Alicante.
Y así hasta perdernos en los tiempos inaugurales de la democracia, cuando
surgieron casos como los de Gestcartera,
Gal, Naseiro, del Nilo, y muchos otros.
En la actualidad, más de 2.000 imputados y cerca de 200
casos abiertos, sujetos a investigación por parte de la Justicia , demuestran que
el mal de la corrupción no cesa y se extiende por todos los partidos,
organizaciones sindicales y empresariales e instituciones del Estado. Por si
fuera poco, acaba de aparecer el caso de las minas de Aznalcóllar para poner en
evidencia que ni la supuesta transparencia, la regeneración democrática y los golpes
de pecho de quienes debían velar por la honestidad y el rigor en el desempeño
de la dedicación pública y la gestión que se realiza con el dinero de todos eran
tan sinceras como parecían ni tan profundas como decían. Y, así, hasta el próximo
escándalo que surja, inmunizándonos de las sorpresas e inoculándonos la
desafección y la tendencia a los populismos. ¿Hasta cuándo?
Caso prótesis: Por dinero, se juega hasta con la salud de los ciudadanos. En Tarragona, un juez ha imputado a Teresa Gomis (primera teniente de alcalde, de CiU), al propietario de una empresa de prótesis óseas, Lluís Márquez y a media docena de “enchufados” de la empresa municipal que dirige el hospital Sant Joan, por un delito contra la salud pública al “aconsejar” la munícipe que se adquieran las prótesis caducadas de aquella empresa, lo que ha afectado a centenares de pacientes que presentan incapacidades, molestias y dolores con las piezas implantadas. Varias decenas de ellos han vuelto a ser intervenidos para sustituirles las prótesis obsoletas.
Actualización
Para colmo de la golfería, dos guindas coronan, hasta hoy,
las prácticas corruptas en el país de la picaresca y la inmoralidad:
Caso Rus: Ese
alcalde de Játiva (Valencia, dónde si no), Alfonso Rus, grabado contando dinero
en el interior de un coche (“tres mil, siete mil, doce mil…”), que tiene la
desfachatez de presentarse a las próximas elecciones para seguir cobrando
comisiones y malversar el presupuesto de la alcaldía y la diputación a cambio
de adjudicaciones y demás chanchullos que permiten saquear las arcas públicas.
Caso prótesis: Por dinero, se juega hasta con la salud de los ciudadanos. En Tarragona, un juez ha imputado a Teresa Gomis (primera teniente de alcalde, de CiU), al propietario de una empresa de prótesis óseas, Lluís Márquez y a media docena de “enchufados” de la empresa municipal que dirige el hospital Sant Joan, por un delito contra la salud pública al “aconsejar” la munícipe que se adquieran las prótesis caducadas de aquella empresa, lo que ha afectado a centenares de pacientes que presentan incapacidades, molestias y dolores con las piezas implantadas. Varias decenas de ellos han vuelto a ser intervenidos para sustituirles las prótesis obsoletas.
martes, 12 de mayo de 2015
¿Es peligroso el aeropuerto de Sevilla?
Vaya por delante que, por el número de accidentes, el aeropuerto de Sevilla es uno de los más seguros del país y de Europa. También es verdad que no es de los aeródromos que más movimientos registra de España, ya que ocupa el puesto número trece en el ranking de aeropuertos nacionales por tráfico de pasajeros, operaciones y carga, por detrás de los de Alicante, Málaga, Valencia y Bilbao, entre otros, según datos de AENA. Sin embargo, ello no libra de riesgos a la población de una ciudad que linda físicamente con aquellas instalaciones y que vive confiada en la supuesta seguridad de un aeropuerto que no sólo acoge un tráfico civil de aviones de pasajeros y mercancías, sino que alberga además una
fábrica de ensamblaje de aeronaves, integrada en el consorcio europeo de Airbus,
que realiza en el aeropuerto sevillano las primeras pruebas de vuelo de unos
aparatos militares que vende a clientes de todo el mundo. El siniestro de uno
de esos aparatos, perteneciente al modelo A400M, que se estrelló el sábado
pasado nada más despegar causando la muerte de cuatro de sus seis tripulantes,
pudo ocasionar una tragedia aún mayor si no fuera porque los vientos preponderantes
eran de Levante.
Esta cercanía del aeropuerto a la ciudad, provocado por el crecimiento urbano hasta las mismas vallas del recinto aeroportuario, en vez de comodidad supone un riesgo que se deberá abordar con rigor si en verdad se quieren evitar nuevos percances. Son factores que deberían tenerse en cuenta en la investigación del accidente del Airbus militar siniestrado, a pesar de que, hasta la fecha, no parecían representar ningún peligro inminente para la seguridad de la población. Y hay que replanteárselos porque el aeropuerto de Sevilla seguirá siendo la base desde la que se realicen los primeros vuelos de pruebas de las naves militares que Airbus ensamble en sus instalaciones de San Pablo. Y porque el aeropuerto de Sevilla, por su ubicación en una llanura sin obstáculos geográficos y una climatología benigna la mayor parte del año, también se utiliza para las prácticas de tráfico (aterrizar y despegar sin detener el avión) de los pilotos que deben acumular horas de vuelo y que sobrevuelan el aeropuerto en círculos, aterrizando y despegando tras cada vuelta hasta que completan el horario de instrucción. Todo ello se suma a la actividad comercial de un aeropuerto que ya ha avisado de los riesgos que representa su cercanía a la ciudad de Sevilla. Y aunque es uno de los más seguros del país, no está exento de peligros y accidentes, como el sufrido hace unos días por el avión militar. No es cuestión de confiar siempre en la buena suerte, sino de detectar sus puntos débiles y adoptar cuántas medidas los solventen, con la principal preocupación de proteger vidas humanas, no intereses industriales, económicos o políticos.
La pista de aterrizaje del aeropuerto sevillano está
orientada en dirección Este/Oeste, para aprovechar los vientos de Levante y Poniente
que suelen soplar en esos dos sentidos y que barren la llanura aluvial del
Guadalquivir en la que se asientan aquellas instalaciones. Dependiendo de la
dirección de las masas de aire, procedentes del Atlántico o el Mediterráneo, los
aviones realizan sus maniobras de despegue y aterrizaje de cara al viento, lo
que favorece la sustentación de la nave, haciendo la aproximación desde el Este
(si el viento es de Poniente) o desde el Oeste (si el viento es de Levante). Cualquier
pasajero que arribe habitualmente en el aeropuerto de Sevilla está acostumbrado
ver aterrizar el avión viniendo desde Carmona (Este) o enfilando la pista desde
el Aljarafe y sobre el puente del Alamillo (Oeste), en función de la dirección
del viento. El despegue del A400M se hizo, precisamente, en dirección Este
(hacia Carmona), por lo que levantó el vuelo sobre un club de campo situado
casi en cabecera de pista y de las numerosas urbanizaciones campestres desperdigadas
a ambos lados de la Autovía
de Madrid. Por fortuna, se trata de una zona mucho menos poblada de la que, si
hubiera despegado en dirección Oeste (hacia Sevilla) –como suele ser lo más
habitual-, habría hallado al sobrevolar barrios de la ciudad (Parque Alcosa) o
localidades limítrofes del sector norte de Sevilla (Valdezorras). Entonces las
consecuencias hubieran sido catastróficas. Hay antecedentes que advierten del riesgo: en 1962, un avión que cubría la línea Barcelona-Valencia-Sevilla se estrellaba cerca de Carmona, muriendo sus cuatro tripulantes y los catorce pasajeros que transportaba. Una avioneta, en 2004, se precipitaba contra el suelo en Valdezorras. Y en 2006, una aeronave de la compañía Air Argelie se salía de pista al aterrizar, tras romper el tren de aterrizaje, sin que se produjeran víctimas mortales.
Esta cercanía del aeropuerto a la ciudad, provocado por el crecimiento urbano hasta las mismas vallas del recinto aeroportuario, en vez de comodidad supone un riesgo que se deberá abordar con rigor si en verdad se quieren evitar nuevos percances. Son factores que deberían tenerse en cuenta en la investigación del accidente del Airbus militar siniestrado, a pesar de que, hasta la fecha, no parecían representar ningún peligro inminente para la seguridad de la población. Y hay que replanteárselos porque el aeropuerto de Sevilla seguirá siendo la base desde la que se realicen los primeros vuelos de pruebas de las naves militares que Airbus ensamble en sus instalaciones de San Pablo. Y porque el aeropuerto de Sevilla, por su ubicación en una llanura sin obstáculos geográficos y una climatología benigna la mayor parte del año, también se utiliza para las prácticas de tráfico (aterrizar y despegar sin detener el avión) de los pilotos que deben acumular horas de vuelo y que sobrevuelan el aeropuerto en círculos, aterrizando y despegando tras cada vuelta hasta que completan el horario de instrucción. Todo ello se suma a la actividad comercial de un aeropuerto que ya ha avisado de los riesgos que representa su cercanía a la ciudad de Sevilla. Y aunque es uno de los más seguros del país, no está exento de peligros y accidentes, como el sufrido hace unos días por el avión militar. No es cuestión de confiar siempre en la buena suerte, sino de detectar sus puntos débiles y adoptar cuántas medidas los solventen, con la principal preocupación de proteger vidas humanas, no intereses industriales, económicos o políticos.
lunes, 11 de mayo de 2015
Susana busca desesperadamente
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Susana Díaz |
En uso de sus prerrogativas como presidenta de la Junta , Susana Díaz adelantó por
pocos meses las elecciones autonómicas en Andalucía, confiando en que la
apuesta favoreciera el objetivo de todo partido político: acceder o mantenerse
en el Poder. Y lo consiguió a medias. Retuvo el respaldo mayoritario de la población,
pero sin conseguir mayoría absoluta. El Partido Popular, principal partido de
oposición y ganador por número de votos en las últimas elecciones, sufrió un
gran batacazo al ver reducido su número de escaños en el Parlamento andaluz,
pasando de 50 a
33 diputados. Y la irrupción de partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos,
confirmaron el pronóstico de las encuestas y los convirtió en imprescindibles
“llaves de la gobernabilidad” a la hora de apoyar cualquier alternativa viable
de Gobierno. Es esa fragmentación parlamentaria lo que me indujo pensar que
Andalucía estaba abocada al diálogo, suponiendo sensatez, sentido común y
generosidad democrática con los ciudadanos en unos partidos que, a lo que
parece, carecen de tales virtudes. Tras dos votaciones en el Parlamento
andaluz, la candidata a la
Presidencia no ha conseguido aglutinar los apoyos suficientes
para su investidura. Todos se acusan entre sí de intransigencia para el diálogo
y de la inestabilidad en la que mantienen a la región. Pero nadie da su brazo a
torcer hasta que se celebren las elecciones municipales del 24 de mayo, en las
que se prevé que unos y otros se necesiten mutuamente para conformar mayorías
en numerosas localidades. Todos, pues, aguardan el cambalache.
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Líder del PP andaluz, Juan M. Moreno |
Quien más claro lo manifiesta es el Partido Popular con su
propuesta de dejar gobernar a la lista más votada, una iniciativa que no practica
(no vota en consecuencia en el Parlamento andaluz, dejando gobernar al PSOE)
hasta que el resultado de las elecciones municipales le permita negociar la
estabilidad del Gobierno de la
Comunidad a cambio de que se les deje gobernar en los
Ayuntamientos donde consigan ser la minoría mayoritaria. Es, en cualquier caso,
lo que siempre se ha hecho, con la única salvedad de que ahora coinciden en el
tiempo los comicios municipales y el autonómico en Andalucía. Pero estos
cambalaches, en todas las ocasiones, se han realizado a espaldas de la opinión
de los ciudadanos, a quienes se les hurta la posibilidad de que decidan
democráticamente acerca de la cuestión. Se negocia en despachos contra el
criterio expresado en las urnas y en función de intereses partidistas, hasta
alcanzar incluso acuerdos “contra natura” entre formaciones totalmente opuestas
en su ideario con tal de impedir –o apear- del poder a una minoría mayoritaria,
unas veces a favor del PP, otras del PSOE y las menos en beneficio de Izquierda
Unida u otros partidos locales o nacionalistas.
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Juan Marín, líder de Ciudadanos |
Susana Díaz confiaba en el apoyo, o al menos la abstención,
de las formaciones cercanas ideológicamente al Partido Socialista Obrero Español
en una segunda votación, cuando sólo se precisa mayoría simple de votos
favorables. Pero el bloque opositor sigue votando en contra de su investidura,
a pesar de haberse alcanzado algún preacuerdo que presagiaba la posibilidad de
formar Gobierno en el plazo previsto. Díaz buscaba desesperadamente ese acuerdo
con Podemos y Ciudadanos a través de unas negociaciones mantenidas por sus
lugartenientes que a punto estuvieron de sellar el pacto con la rúbrica de un
acuerdo contra la corrupción y en favor de la transparencia en la gestión de la Junta de Andalucía. Sin
embargo, ambos partidos han endurecido, en el último momento, sus condiciones y
exigen requisitos adicionales –la dimisión efectiva de los expresidentes Cháves
(diputado nacional) y Griñán (senador, ya dimitido) y garantías por escrito de
no mantener cuentas institucionales con bancos que desahucien a los
propietarios de viviendas con deudas hipotecarias- para apoyar con su
abstención la investidura de la candidata socialista. No desean que, ante la
proximidad de nuevas elecciones, el “voto útil” les socave la confianza de los
ciudadanos en favor de los partidos tradicionales que, en última instancia,
asumen la responsabilidad de gobernar en solitario o en coalición. Esperan
poder mantener, al menos, la condición de “imprescindibles” en futuras
coyunturas antes de formalizar acuerdos de legislatura en Andalucía.
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Teresa Rodríguez, líder de Podemos |
Tal situación de “interinidad” gubernamental podría
resolverse definitivamente con la instauración de un sistema electoral a doble vuelta, en el que los ciudadanos resolverían con su voto la elección de una
autoridad (nacional, autonómica o municipal)
entre los candidatos con mayores posibilidades que no alcanzan la mayoría
absoluta en una primera elección, sin depender de negociaciones de partidos. En vez de dejar gobernar a la lista
(minoritaria) más votada, serían los ciudadanos quienes determinarían
democráticamente la opción que más les convence. Tal procedimiento electoral responde
a situaciones, como la actual en Andalucía, caracterizadas por la atomización
de la representación política y la pérdida de las mayorías absolutas, lo que provoca
el bloqueo y paralización de las instituciones y la inestabilidad gubernamental
cuando los partidos no logran ponerse de acuerdo. Pero debería ser una
propuesta que se incluyera en los programas electorales de los grandes partidos,
capaces de impulsar proyectos legislativos, en próximas elecciones
generales, para que se debata y acuerde serenamente en las Cortes que surjan
con ese mandato popular.
Evidentemente, los partidos emergentes, que ya ocupan el
espacio que arrebatan a las formaciones
tradicionales, rechazan este sistema porque temen que la doble vuelta electoral
perjudique sus posibilidades de representación y de gobierno en comunidades y
ayuntamientos. También los partidarios de la “lista más votada” se manifiestan
en contra de una propuesta a la que ha aludido la candidata socialista a la Junta de Andalucía. Pero lo
que desea Susana Díaz es su investidura inmediata, por lo que expresa una
estratagema que, en caso de existir, facilitaría su elección, y no una
convicción por la mejora de la calidad de la democracia en España. Lo que busca
desesperadamente Susana es convertirse en presidenta de la Junta de Andalucía, cuando
quizá lo que corresponda, ante la falta de apoyos parlamentarios, sea convocar
nuevas elecciones y que sean los ciudadanos los que decidan con su voto. O implantar
la doble vuelta en nuestro sistema electoral. Ninguna de las dos opciones es
inmediata ni gratis. Tienen un coste, además del económico, pero restituyen la
responsabilidad democrática en los ciudadanos. Sin cambalaches ni chalaneos
partidistas.
viernes, 8 de mayo de 2015
Signos de mayo
Nos adentramos en los prolegómenos del verano con las rosas engalanadas de pétalos coloridos y aromas que perfuman las brisas veleidosas que saludan y despiden los días. Mayo nos adentra en el calendario, dejando atrás un inicio ya remoto de nublados y frío y anunciando el imperio refulgente de la luz. Siempre auguró mayo promesas en la piel y restañó arañazos en el alma con el resurgir de esperanzas juveniles que el calor despierta de su letargo. Mayo se instala en los ojos que buscan tu mirada y en el azul que cubre tu cuerpo perdido en la memoria. Pulsiones de mayo en las que perduran noches de luna radiante y días de sol naranja que no sucumben al paso de los años. En mayo abandonamos definitivamente una estación para transitar por la senda luminosa del futuro que nos aguarda, tan halagüeño como incierto. Mayo nos hace recordar que hemos consumido ya casi medio año y media vida en sueños. Signos de mayo que marcan nuestro deambular sobre los adoquines de una existencia fugaz y delicada como una flor.
Las noches de mayo
Vivir joven es peligroso.
¿Recuerdas cuando el sol era naranja
y nunca se ponía detrás de tu pelo?
Las noches de mayo en doña Elvira
la luna subiendo al compás del agua
tus pies descalzos sobre la piedra regada.
La libertad era una palabra de cartón
que arañaba tus labios malvas.
Amar joven es doloroso.
¿Recuerdas el temblor de tu piel
bajo la mano pudorosa?
Las noches de mayo en Santa Cruz
bajo el adoquín estaba tu playa
la espuma de los veinte años.
La libertad era tu perfil de diosa
mirando a los ojos de la luna.
Francisco
Gallardo
Cuadernos de Roldán
(Almanaque 2015, Mayo)
miércoles, 6 de mayo de 2015
Ian Gibson, un hispanista agradecido
Una generación de españoles pudieron tener un conocimiento
mucho más amplio y más cercano a la verdad sobre aspectos escamoteados de la
historia de España gracias al empeño de unos historiadores foráneos que se
vieron atraídos precisamente por las sombras que cubrían parte de ese relato y a
algunos de sus protagonistas. Se especializaron en España e indagaron archivos,
museos y testimonios de testigos, descendientes y de quien pudiera aportar
cualquier dato que esclareciera los hechos y alumbrara el conocimiento exacto
de lo sucedido, sin maniqueísmo ni parcialidad. Sus libros de divulgación se
convirtieron en auténticos best seller para toda esa generación de lectores hambrientos en conocer su pasado y que pueblan las estanterías de cualquier biblioteca que se precie. La obsesión que mostraron con la España del siglo XX, y también del XIX, ha obligado a establecer una nueva categoría de historiadores: los hispanistas, ingleses la mayoría de ellos, que se dedicaron a estudiar la historia reciente de España, en especial la de la Segunda República y la Guerra Civil , justamente los capítulos que no figuraban en los libros de historia del Bachillerato. De ahí, ese afán por saber lo sucedido que despertaba lo vetado en la versión oficial obligatoria.
Hugh Thomas, Paul Preston, Raymond Carr, Gerald Brenan y Ian
Gibson son, entre otros, las figuras más representativas de ese grupo de
hispanistas ingleses que supieron cubrir el vacío que los historiadores
españoles no pudieron llenar durante el franquismo, creando una escuela que ha
sido seguida por excelentes investigadores españoles, a partir de la Transición , en la que
sobresalen Ángel Viñas, Juan Pablo Fusi, etc. Les mueve un interés académico
por un país que siempre ha despertado la curiosidad a viajeros británicos con
una visión exótica y romántica de España. Muchos de ellos se sumergen en
nuestra cultura, hablan nuestra lengua y hasta se nacionalizan españoles cuando
se completa una integración que les fascina. Es el caso de Ian Gibson.

Este irlandés (Dublín, 1939), licenciado en Literatura
Española y Francesa por el Trinity College de Dublín, fue profesor de
literatura española en las universidades de Belfast y Londres. Tras varios
viajes previos (1958 y 1965), en 1978 fija su residencia en España, país al que
ha dedicado la mayor parte de su producción historiográfica. Para entonces, ya
había publicado La represión nacionalista
en Granada en 1936 y la muerte de Federico García Lorca (1971), publicado
en español por la editorial Ruedo Ibérico (Francia) y que estuvo prohibido en
España hasta el restablecimiento de la democracia. Especialista en historia
contemporánea, Ian Gibson profundiza sus estudios biográficos sobre este poeta
fusilado en Granada y otros destacados artistas de su misma generación: el
pintor Salvador Dalí y el cineasta Luis Buñuel.
Ahora, cuando se cumplen 50 años de su llegada a Granada,
Gibson cede todo el archivo documental que posee sobre Luis Buñuel a los fondos
del Museo Casa Natal de Federico García Lorca , de Fuente Vaqueros (Granada),
gracias a un acuerdo firmado entre el investigador y la Diputación de aquella
provincia andaluza. Se trata de una colección compuesta por más de 500 libros,
cartas, películas y otros documentos que, dada la complejidad para su recopilación,
se convierten en un archivo “único” que quedará a disposición de estudiosos e
investigadores. Con esta cesión, el hispanista irlandés devuelve a la sociedad
el legado que la historia de España le ha permitido atesorar, puesto que el
museo ya cuenta con otros fondos de su propiedad, fruto de sus investigaciones
sobre Lorca y Dalí. Por tal motivo, Ian Gibson se ha congratulado de que todo
ese material esté reunido en un mismo lugar, pues opina que estos tres “genios”
formaron “el triángulo amistoso-amoroso más apasionante del siglo XX”, con sus
vidas y obras entremezcladas.
Si hoy, no sólo conocemos con mayor precisión la historia de nuestro
pasado reciente, sino que disponemos de la posibilidad de apreciar su rastro a
través de las huellas documentales que lo atestiguan, es gracias a
historiadores hispanistas como Ian Gibson,
que nos ayudan a tener una visión global de la historia española
contemporánea y una mejor comprensión de sus períodos más confusos y
turbulentos, cuya influencia alcanza y determina en gran medida el presente.
Con las donaciones de sus archivos, Gibson demuestra que, además de un gran
historiador, es una persona generosa y agradecida.
lunes, 4 de mayo de 2015
Miedo a la información
Si existe un sector que infunde un miedo “frommiano” a la libertad y, paradójicamente, donde más se acusan las consecuencias de los que aplican la mordaza, es el de los medios de
comunicación. La regresión de la libertad en los medios -no sólo en cuanto a
expresión, opinión y prensa, sino también a su independencia-, es tan cotidiana
que estamos acostumbrados a asistir a ruedas de prensa a través de un plasma y a
la prohibición de hacer preguntas. A tal extremo se ha llegado conculcando el
derecho a la información por ese temor que comparten los que generan información
(y desean ocultarla, matizarla, administrarla) y quienes tienen el deber de
buscarla y difundirla (sin cortapisas), los propios medios, al permitir
cortapisas para sobrevivir. Una información insuficiente, descontextualizada y
sesgada no sirve para la formación de una fundada opinión pública y la toma de
decisiones colectivas. No es, pues, un asunto menor la batalla que se libra por
el control de la información en nuestro país y el deterioro que está causando a
la libertad de prensa, y a las libertades en general. Nunca antes, desde que
España recuperó la democracia, ha habido tantos impedimentos para ejercer esta
profesión ni tantos intentos por “regular” el derecho a la información y la
libertad de expresión sobre los que descansa la libertad de prensa. Son amenazas
que dejan ya de ser veladas para mostrarse francas y abiertas. Y sumamente
peligrosas.
Nada más acceder al poder, el Gobierno del Partido Popular
perpetró el retorno del control gubernamental de Televisión Española (RTVE) al
modificar el sistema de elección del presidente de la Corporación para que
el Parlamento pudiera aprobar su nombramiento por mayoría absoluta, no por dos
tercios como había establecido la “reforma histórica” anterior. Desde entonces,
RTVE se ha transformado en una copia vergonzante de Telemadrid, aquel medio al
servicio de la presidencia de la
Comunidad y cuyo director fue premiado con las riendas del Ente
público nacional. Así, de querer emular el prestigio e independencia de la BBC inglesa, RTVE ha pasado a
ser una cadena cuyos trabajadores denuncian continuamente injerencias, censuras
y niveles de manipulación como en los peores tiempos de la dictadura. En este
caso, los miedosos actúan con dos objetivos muy claros: control de la
información para no perjudicar al Gobierno y deterioro de un modelo público de
televisión para privatizarlo o bien reducirlo a la expresión de Boletín Audiovisual
Oficial del Estado. Y lo están consiguiendo: sólo hay que ver la
credibilidad y la audiencia que pierde un medio que debería prestar un servicio
público que en nada está reñido con la objetividad informativa y el prestigio
profesional.
Las presiones y los posicionamientos en la prensa son
igualmente significativos. Los tres periódicos de mayor tirada de España han
relevado a sus directores en los últimos meses. La
Vanguardia , El País
y El Mundo han renovado sus staff por motivos que van mucho más allá
de buscar gestores que sepan enfrentarse a la caída de ventas y publicidad que
afecta a todo el sector, sino también de situar al frente del negocio a
directores que, como deduce José Sanclemente refiriéndose a El Mundo pero que es extensible al resto
de cabeceras, dejen de marcar en exclusiva la línea editorial y los hilos
políticos y periodísticos a su antojo, y se atengan a los objetivos señalados
por los accionistas y la propiedad a la que pertenecen. El cuestionamiento del
poder político, dispensador de subvenciones y ayudas al sector, parece quedar
limitado a los casos más sangrantes de corrupción y desfachatez delictiva, en
los que el poder judicial ya no ha tenido más remedio que intervenir e
investigar. Salvo esporádicas y voluntariosas excepciones en soporte digital, causa
sonrojo comprobar cómo la pretendida “recuperación” que vende el Gobierno es
aceptada sin discusión por unos medios afines y ajenos, pero sumisos y
dependientes todos ellos de la publicidad institucional, temerosos de los
inspectores de Hacienda, proclives a pisar las alfombras de despachos y
oficinas gubernamentales y pendientes de su viabilidad empresarial antes que
del interés general de los ciudadanos por estar informados con diligencia y
veracidad. Todos estos movimientos y posicionamientos de la prensa se inscriben
en el “acomodo” a las directrices que emanan del poder político y económico que
no duda en presionarlos para controlar la información.
Y en cuanto se exceden, a los ojos del Gobierno, vuelve la
amenaza explícita y tentetiesa. Unos “ojos” que consideran escandaloso que un policía proteja
la nuca de un exvicepresidente del Gobierno al subirlo a un vehículo oficial,
como hace con cualquier delincuente. Un escándalo que no era provocado por los
medios de comunicación, sino por la alta personalidad política que comete
fechorías delictivas. Ello motiva a todo un ministro del Gobierno, responsable
del departamento de Justicia, Rafael Catalá, a “reflexionar” sobre la necesidad
de multar las filtraciones de procesos judiciales a la prensa e impedir su
publicación. La amenaza, aunque posteriormente matizada, no es sutil, sino
clara y con la voluntad de amordazar a la prensa y obligarla a autocensurarse.
Ya existe el delito por las filtraciones
de secretos oficiales, que castiga a funcionarios que no guarden el deber de mantenerlos
y a los medios que difundan este tipo de filtraciones. Que un ministro con
responsabilidad en la materia aluda a un endurecimiento de las sanciones, es un
toque de atención a los destinatarios de la advertencia, en el sentido de que
el Gobierno podría legislar para “multar” (y obligar a callar) a los medios que
publiquen información bajo secreto de sumario sin que ningún juez dictamine si
prevalece el derecho a la información. Como dice Ignacio Escolar: la estrategia
no es nueva. Es poner al derecho a la información la misma mordaza que se puso al
derecho a la manifestación. Ello es prueba de que el Gobierno actúa con miedo a
la libertad, restringiéndola cada vez que convenga a sus intereses partidistas
y en detrimento del interés general.
sábado, 2 de mayo de 2015
A veces soy muy torpe
Parece que no he sabido ser delicado, que no he
valorado lo suficiente la susceptibilidad con la que podía ser percibido lo que
pretendía ser un elogio y se ha tomado como una ofensa. Parece que contraponer
virtudes que contrarrestan cualquier defecto, con palabras que juegan con imágenes
y sentimientos, no es adecuado ni correcto. No hay talla que pueda compararse
al honor, la dignidad y la grandeza moral de las personas. Eso quería expresar
y eso no supe decir. Una amiga se ha sentido, al parecer, dolida el día de su
cumpleaños con mi felicitación. Lo siento en el alma porque pretendía lo
contrario: alegrarla y medirla por lo que vale, por su calidad humana, sus
sueños y su lucha infatigable para crecer profesionalmente en este campo tan
competitivo del periodismo y la comunicación, donde los navajazos son
inmisericordes y las traiciones, dramáticas. Lamento haber herido sus
sentimientos y pido perdón, tan públicamente como aquella desafortunada felicitación.
Ella lo merece por su grandeza moral como persona. Y es que a veces soy muy
torpe.
viernes, 1 de mayo de 2015
Día de la Vergüenza
Hoy celebramos algo que escasea en España, algo que
la mayoría de la población consigue en precario. Hoy celebramos un derecho en
regresión, al que se despoja de las condiciones que lo humanizan para que proteja
sólo lo material. Hoy celebramos un instrumento que en vez de emancipar, nos
somete; en vez de liberarnos, nos esclaviza, y en vez de permitirnos una vida
digna, nos rebaja a recursos, gastos, excedentes, máquinas. Hoy celebramos el Día
Internacional del Trabajo, esa entelequia cuya reivindicación es cada día más
necesaria porque se la niegan al hombre y la mujer, impidiéndoles el único
medio de desarrollo, progreso y bienestar. Hoy celebramos prácticamente una
utopía que nos exige volver a luchar, volver a manifestarnos, volver a
enfrentarnos, volver a morir para que se reconozca que el trabajo no es simplemente
una concesión de los poderosos, sino una conquista de los humildes, de los que
nacen sin fortuna y sólo disponen de sus manos y su inteligencia. Hoy es el Día
de la Vergüenza
porque en España se destruye trabajo, se destruye empleo, se destruyen vidas y
familias por obtener unas décimas más de rentabilidad empresarial, un margen más
amplio de beneficios, por ensanchar la brecha entre ricos y pobres. Hoy hay que
gritar de rabia.
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