miércoles, 25 de febrero de 2015

No pudieron matar el humor


Hoy reaparece en los kioscos la revista francesa Charlie Hebdó, tristemente famosa por pagar con la vida de ocho de sus redactores el derecho a la libertad de expresión y a la crítica mordaz e irreverente a través del humor y la sátira. Las balas de unos fanáticos religiosos salpicaron la redacción de sangre pero no pudieron callar la voz que con viñetas y textos arremete contra lo sagrado y lo profano cada vez que pretenden convertirse en dogmas ajenos a la crítica, aún sea humorística y pacífica. La pretensión de los asesinos y de los intolerantes que encuentran razones para el odio ha conseguido justamente lo contrario, reafirmar el espíritu combativo y sarcástico de quienes elaboran el semanario y no se arredran ante los violentos ni ante la jauría de los que no toleran la libertad ni la pluralidad. Todos ellos arremeten con leyes, amenazas, chantajes y terror contra la libre manifestación de la inteligencia que se carcajea hasta de su sombra y que sólo guarda respeto a las personas, no a las ideas con las que se intenta dominar, someter y controlar al disconforme que se rebela y las cuestiona. Hoy vuelve a las calles una revista que se ha convertido en bandera de nuestras convicciones y en símbolo de una libertad que el fanatismo no ha podido arrancar de nuestra manera de entender la convivencia en sociedad. Hoy, celebramos el triunfo de los pacíficos frente a los violentos, de la democracia frente a la dictadura, de la libertad frente a los fanáticos y del humor frente a los obtusos, aunque vistan corbatas, turbantes o sotanas. Hoy Charlie Hebdó representa todos esos triunfos. Y por ello nos congratulamos.

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