domingo, 3 de agosto de 2014

Resignación de agosto

  
Foto. maravilladeespana.blogspot.com
Iniciamos este mes con resignación porque agosto maltrata a los que lo sufren en la ciudad, no sólo por las temperaturas que hacen hervir el día, sino también por el abandono al que te confina no poder acudir a tus sitios habituales o predilectos, la mayoría de ellos cerrados por vacaciones. Vivir la ciudad en agosto es resignarte a vivir contigo mismo, sin más escapatoria que encerrarte en tu casa a esperar que la noche refresque las baldosas de la calle para que no derritan la suela del calzado. Cines y centros comerciales atraen tus pasos simplemente porque disponen de aire acondicionado, pues ni las películas ni los escaparates despiertan interés alguno. El sol madruga y trasnocha, alargando el castigo diurno y comprimiendo las noches a un suspiro que apenas deja que te recuperes del agobio del calor y de la anomia canicular. Sólo te queda la resignación de aguantar que septiembre sea puntual y no demore el despertar de la actividad callejera ni el ánimo de quien sobrevive este mes con estoicismo. Es la resignación de agosto para quienes lo soportan en la ciudad.

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