viernes, 30 de septiembre de 2011

Dos años de Lienzo

Dos años lleva este blog navegando por el ciberespacio, dos años flotando cual botella arrastrada por las corrientes virtuales de ese mar infinito que anega el globo terráqueo. La botella contiene los mensajes de un náufrago que intenta comunicar su asombro allí donde la lleven las mareas digitales. Dos años es tiempo suficiente para lanzar innumerables botellas de las que apenas se tienen respuestas: se pierden en un mar que las engulle. No obstante, a pesar de las pocas esperanzas de que alguna sea recogida por alguien, hay un eco débil de unos babilonios invisibles que alimentan la euforia de una bitácora personal que cumple un empeño cuanto menos pretencioso: expresar los interrogantes que genera el entorno, narrar vivencias que pudieran interesar a quien las lea y criticar catecismos políticos, económicos, sociales y culturales que se venden como verdades absolutas y sirven para el sometimiento, pero también para la emancipación si fuéramos capaces de desenmascararlos y cuestionarlos.


Lienzo de Babel cumple dos años guardando fidelidad al compromiso que adquirió de exponer las inquietudes de su autor en este lugar común donde se hilvana la tupida red que forma la blogosfera. En este tiempo, durante el cual se ha respetado el compromiso de una periodicidad regular, prácticamente diaria, el número de entradas avala el empeño, pues la cifra en 2011 superará a la del año anterior, en progresión creciente. Y aunque los seguidores (a los que se agradece públicamente la confianza que depositan en esta página) no representan un número importante en comparación con las cantidades que se manejan en internet, sí son significativas del relativo interés que despierta este proyecto. Desde ese punto de vista, parece notable que queden registradas más de seis mil visitas al blog por parte de esos invisibles babilonios que de forma anónima rastrean estas páginas, procedentes en su mayor parte de España, pero también (y esa es la fascinante potencialidad de internet) de Francia, Argentina, México, Perú, Estados Unidos, Puerto Rico, Colombia, Malasia, El Salvador y Chile.

Pero es que, además de las lecturas directas, los post de Lienzo de Babel, en estos dos años, han atraído el interés para ser reproducidos por Blogueros de Sevilla, el directorio de los blogs radicados en Sevilla, que lo cataloga entre los culturales, y Montilla Digital, diario digital de esa localidad cordobesa, donde gentilmente transcriben en una columna de opinión semanal aquellas entradas que consideran más interesantes para sus lectores.

Por lo expuesto, dos años es un período corto de tiempo que ha supuesto para esta bitácora una posibilidad de afianzamiento y maduración. Parece oportuno plantearse algunas mejoras. El continente, para cualquier habilidoso de la informática, es manifiestamente mejorable, de eso no cabe la menor duda, pero para un torpe como yo, se trata de un reto insuperable, por lo que se mantendrá el diseño actual, con aquellas actualizaciones que el administrador de la plantilla permita. Reconozco que soy un anticuado porque soy de los que creen que lo importante es lo que se cuenta en el blog y no los “adornos” del soporte, por muy espectaculares que sean.

Y lo que se cuenta es el permanente estado de perplejidad que provoca la realidad y los acontecimientos que desencadena cotidianamente. Lienzo de Babel continuará siendo el “fresco” donde quede garabateado, a veces de manera caótica, el relato de esas vivencias y reflexiones que suscita una realidad también caótica, así como los interrogantes que genera en quien busca profundizar en las causas y efectos, adentrándose en los porqués de una complejidad de la que formamos parte. Todo ello no se hace motivado por ningún interés filosófico –que sería muy noble, si dispusiera de tal capacidad-, sino por una curiosidad que pretende ser crítica por parte de un profano sumamente inquieto. Una curiosidad no exenta de incursiones a las obsesiones literarias y periodísticas de su autor. Es por ello que se añadirán nuevas etiquetas para clasificar los asuntos de una etapa que se presume rica: España y El mundo acogerán los comentarios a las políticas relativas a esos ámbitos, y Economía y Música servirán para hacer más fácil la búsqueda de las entradas relacionadas con tales temas específicos. Citas y sugerencias serán lo que su nombre indica, alusiones a lo que otros han dicho y recomendaciones hacia otras fuentes, actividades o iniciativas que amplíen lo aquí abordado. Estas etiquetas se suman a las ya existentes en Lienzo de Babel para facilitar el registro histórico de temas y su consulta, sin rupturas entre etapas.

Si estos cambios en el contenido consiguen mantener el interés del lector, bienvenido sea a una página que seguirá guiándose por el lema con el que quiere distinguirse: "Somos las palabras que expresan nuestros silencios y desvelan nuestros temores". Lienzo de Babel persigue convertirse, de esta manera, en un diario que plasma el desasosiego que el lenguaje permite comunicar, al dotarnos de la capacidad para hacer de la realidad un relato, troceado con lo que cada cual percibe. En estas páginas se expondrá lo que percibe su autor, con la intención de enriquecer, gracias al contraste, otros pareceres con los que ampliar nuestras experiencias y conocimientos. Si ello fuera así y contáramos con su participación, sería usted uno de esos fantasmas que alientan el proyecto y le dan sentido. Sabemos que no es una empresa para la distracción, pero es tremendamente satisfactoria, lo que, para los tiempos que corren, no es poco. Es por ello, amigo lector, que le hago partícipe de mi gratitud y le agradezco sinceramente la oportunidad que me brinda de celebrar estos dos años con su estímulo. ¡Ojalá podamos celebrar muchos más aniversarios en el futuro! Muchas gracias.

2 comentarios:

Gregorio Verdugo dijo...

Felicidades Dani, dos años son dos años y seguimos cabalgando.
Un abrazo, amigo.

Juan Pablo Bellido dijo...

Felicidades, amigo. Y mucho ánimo. Esta bitácora representa un auténtico faro de calidad entre tanta tempestad mediocre. Un abrazo.