viernes, 11 de diciembre de 2009

Liturgia de Navidad

El calendario está salpicado de fechas simbólicas que nos hacen más llevadero el discurrir del tiempo. La Navidad es una de ellas, tal vez la más importante. Se celebra en casi todo el mundo, al menos en el mundo occidental, donde nuestras necesidades básicas están cubiertas y podemos dedicarnos a festejar hechos fantásticos, de difícil veracidad científica y discutible utilidad. Pero todas las culturas adoptan una representación simbólica de la realidad. Y ésta pertenece a la nuestra. Contiene las claves de nuestra interpretación colectiva y ya no hay forma de modificarla, aunque se amolda a los usos de cada época. Por eso no hay navidad sin consumismo espasmódico. El materialismo más puro sustituye al pretendido espiritualismo de la fiesta para adorar el nacimiento del consumo desbocado. No es la felicidad por mucho que se subraye su relación. El verdaderamente feliz es el comercio que, paradógicamente, hace su agosto. Más que liturgia de Navidad es liturgia del sistema, al que nadie cuestiona. Y brindamos con champán por ello. ¡Salud, blogueros!

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