...para enfrentarse, al minuto siguiente, a una prórroga que
ha de colmar de alegrías y lágrimas, de besos y pérdidas, de holas y adioses,
de placer y dolor, de rutinas y esperanzas, de hambre y hartazgo, de ilusiones
y frustraciones, de acaricias y soledades, de carencias y fortuna, de vida y
muerte, pero que servirán, en su conjunto, para impregnar de sentido a eso que llamamos existir,
sobrevivir un año más hasta completar el desarrollo de nuestras potencialidades
como ser humano.
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