Hay documentales que parecen películas y películas que parecen documentales. Soy amante de ambos géneros fílmicos, sin poner ninguno por encima de otro, pues los dos son capaces de reunir cotas de calidad insuperables, al combinar guiones de excelente factura con imágenes ceñidas a la narración audiovisual. Por eso, uno de los deleites disfrutados durante el pasado paréntesis navideño ha sido visualizar el largometraje Guadalquivir, de Joaquín Gutiérrez Acha.
Los acostumbrados a los documentales de sobremesa en
televisión descubrirán en esta película española que hay naturaleza y animales
salvajes más allá del Serengeti, y gente capacitada para elaborar hermosas
obras de divulgación tan bien trabajadas como las de National Geographic. De
ese nivel y a esa altura se sitúa Guadalquivir,
una historia sobre la vida que surge y depende del gran río de
Andalucía, el Guadalquivir, cuyo cauce une los tres espacios naturales más
importantes de España: Cazorla, donde nace, Sierra Morena, por donde discurre
esquivando montañas, y Doñana, donde finalmente muere al desembocar sosegado en
el Océano Atlántico, tras más de 700 kilómetros de recorrido.
La narración realizada por Estrella Morente, sin abusar del
acento e intérprete asimismo del tema musical, se vale de las peripecias de un
zorro que recorre el curso del río, lo que da pie para mostrar los paisajes por
los que discurre esa vital arteria acuosa de Andalucía, además de la historia
que jalona su existencia y la diversidad biológica que posibilita en cada uno
de los espacios por los que discurre y que alcanza su máximo esplendor en las
marismas de Doñana, lugar privilegiado en el que recalan las aves migratorias
del norte del continente y de África.
Más de dos años ha necesitado el equipo de grabación de esta
película y la disposición de recursos de avanzada tecnología para lograr los
planos y las secuencias de unas imágenes impactantes, en contextos de gran
belleza. Zorros, cabras monteses, águilas reales, linces, lobos, ginetas,
camaleones, flamencos, víboras, arañas, grullas, buitres, anguilas, nutrias,
etc., son algunos de los animales que nos muestra este documental de un hábitat
tan cercano como desconocido para un público avezado antes en las migraciones
del Ñu a través del río Mara, en Kenia, que en la asombrosa y riquísima diversidad
biológica que el Guadalquivir atesora a los habitantes de Andalucía.
No en balde su director, Joaquín Gutiérrez Acha es
un naturalista, además de productor y cámara, que ha trabajado para las compañías de documentales más importantes
del mundo, como National Geographic, Survival Anglia Televisión y Parthenon
Entertainment, entre otras, y sus reportajes, tanto gráficos como literarios, han
sido publicados en las revistas más prestigiosas del sector, como Geo, Periplo,
Natura, Quercus, etc.
El guión de Guadalquivir,
un largometraje de naturaleza, es de Fernando López-Mirones y dos
naturalistas aparte de su director, Manuel Castro y Salvador Suano, garantizan
la precisión científica de su contenido. La partitura musical está compuesta
por Pablo Martín Caminero, contando con la colaboración especial en la
guitarra flamenca de Josemi Carmona.
En definitiva, un producto audiovisual imprescindible para
los amantes de la naturaleza, Andalucía y el cine. Se lo recomiendo.
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