Poseo desde el año 1987 una selección poética de Félix Grande, editada por Anthropos,
Biografía,
poesía completa (1958-1984), con las páginas amarillentas, muchas de ellas con
las esquinas dobladas para señalar estremecimientos inolvidables y huellas de
obsesiones compartidas en estrofas subrayadas y anotaciones marginales. La
recopiló el autor extremeño cuando estaba a punto de cumplir medio siglo de
existencia y escribía para "no extraviarse en las galerías de su alma" y poder “clamar
socorro como el nombre de un dios”. Cerraba el volumen un poema titulado
Poética, en el que Félix Grande
exoneraba a la vida de todos sus quebrantos, del mismo modo que su poesía hizo
menos pesada la carga de la nuestra. Quede este reconocimiento a la memoria de
quien acaba de poner punto final a la vida que alentó toda su obra y de la que definitivamente
se ha caído, diciendo que fue buena. Aunque
mejor nos la hizo a los que seguimos estremeciéndonos con sus versos.
Poética
Tal como están las cosas
tal como va la herida
puede venir el fin
desde cualquier lugar
Pero caeré diciendo
que era buena la vida
y que valía la pena
vivir y reventar
Puedo morir de insomnio
de angustia o de terror
o de cirrosis o de
soledad o de pena
Pero hasta el mismo fin
me durará el fervor
me moriré diciendo
que la vida era buena
Puedo quedar sin casa
sin gente sin visita
descalzo y sin mendrugo
ni nada en mi alacena
Sospecho que mi vida
será así y ya está escrita
Pero caeré diciendo
que la vida era buena
Puede matarme el asco
la vergüenza o el tedio
o la venal tortura
o una bomba homicida
ni este mundo ni yo
tenemos ya remedio
Pero caeré diciendo
que era buena la vida
Tal como están las cosas
mi corazón se llena
de puertas que se cierran
con cansancio o temor
Pero caeré diciendo
que la vida era buena:
La quiero para siempre
con muchísimo amor.
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