Ahí tienen, en la generosidad de
su volumen, el tamaño exacto de un milagro, la dimensión real del tiempo, la
respuesta a todos los interrogantes y la interpelación que da lugar a todas las
filosofías y religiones. Es la redondez hermosa de un cuerpo que está preparado
para perpetuar la especie y es la ternura con la que unas minúsculas
zapatillas, alegres como el hogar que lo aguarda, simbolizan la esperanza de un
hijo. No es sólo la dimensión grisácea de un hecho fisiológico, común a todos
los seres vivos, sino el contraste colorista de significados que simboliza ese
calzado inútil para andar, pero que expresa la sensibilidad que brota de una
inteligencia que es consciente de sí misma y del futuro, capaz de anticipar
proyectos. Ahí tienen, en su voluminosa redondez, el embarazo de una hija que
está presta a ser madre con el regocijo exacto de un ser racional, lo más
parecido a un milagro.
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