Hubo un tropiezo, un serio contratiempo para quien se siente
perdido y vulnerable con las nuevas tecnologías. Este sitio sufrió un
problema con el dominio y ha estado algunas semanas naufragando por esos océanos
virtuales de las ondas hertzianas, sin rumbo, sin nadie al timón, al pairo de los
servidores. Ante la imposibilidad de rescatarlo, se buscó una nueva nave que
pudiera continuar la travesía. Se construyó una réplica de la antigua y se
lanzo al mar inmenso de Internet con la loca idea de no darlo todo por perdido.
Pero los buenos amigos aparecen en los malos momentos y son los que te socorren
cuando tiras la toalla. Embarcado en la tabla de salvación de Lienzo de Babel Digital, alguien avizoró al auténtico Lienzo de Babel y fue tras él. Logró capturarlo y devolverlo a su legítimo creador en un acto de suprema generosidad y hermosa camaradería. Gracias a ellos, a esos desprendidos compañeros que se apiadan de tu ineptitud e ignorancia, podemos continuar este viaje insólito pero apasionante. Sin dudarlo, desde la réplica se mudó toda la carga de post al blog original, ya felizmente recuperado. Gracias a Juan Pablo Bellido y Pablo Poó reiniciamos la ruta acompañados de los fieles y pacientes seguidores. Con semejante apoyo, podemos al fin confirmar que seguimos en la brecha, no sin antes rogar que perdonen las molestias.
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