jueves, 28 de mayo de 2020

Del confinamiento al espacio


Escapando del estado de confinamiento que aqueja a media humanidad, dos privilegiados terrícolas, gracias a su condición de astronautas, podrán abandonar el planeta para visitar la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), en una misión con la que la NASA recupera su capacidad de poner en órbita naves tripuladas después de nueve años de carecer de estos vehículos, debido a la retirada de los transbordadores espaciales por culpa de los accidentes sufridos por el Challenger, en 1986, y el Columbia, en 2003. Hasta este lanzamiento, EE UU se veía obligado trasladar sus astronautas a la ISS como pasajeros de las naves rusas Soyuz.

Una cápsula de nuevo diseño, denominada Dragon Crew, propulsada por un cohete Falcon 9, de la compañía SpaceX, debía llevar hasta la Estación Espacial a los astronautas Doug Hurley y Bob Behnken, dos veteranos de la NASA que ya antes habían pilotado los transbordadores espaciales. Pero el lanzamiento, previsto para ayer, tuvo que ser suspendido, cuando faltaban sólo 16 minutos para el despegue, a causa de las malas condiciones climatológicas que cubrieron de nubes y provocaron una tormenta eléctrica sobre la zona del Centro Espacial Kennedy, en Florida.  La nueva fecha señalada para volver a intentar el lanzamiento es la del próximo sábado, cuando se prevé una mejora del tiempo y se abre otra oportunidad de trazar una trayectoria óptica (ventana de lanzamiento) hasta la ISS.

Este lanzamiento es especial por diversos motivos. No hay que olvidar que se trata de la primera misión espacial tripulada privada de la historia, denominada Demo-2, que es fruto de un proyecto compartido entre la NASA y la empresa SpaceX (Commercial Crew Program) para conseguir naves que permitan poner en órbita y acceder a la ISS a astronautas norteamericanos sin necesidad de depender de Rusia. El objetivo de la misión es validar los sistemas de lanzamiento y la viabilidad de la cápsula para maniobrar y acoplarse a la Estación Espacial Internacional de cara a futuras misiones espaciales.

La empresa SpaceX, de Elon Musk, propietario también de la compañía que fabrica los coches Tesla, compite con Boeing y Sierra Nevada Corp. en el desarrollo de naves tripuladas para la NASA que sustituyan a los retirados transbordadores. La Dragon Crew ya ha conseguido atracar en la ISS bajo modo automático en marzo de 2019. Las otras compañías van más atrasadas con sus prototipos. Aparte de su ventaja operativa, SpaceX ha actualizado el diseño de los cohetes, torres de lanzamientos, pasillo de acceso a la cápsula y hasta el traje de los astronautas, dotándolos de funcionalidad y atractivo estético. Ya sólo falta que, como se espera, todo funcione bien. Pero para ello hay que aguardar hasta el próximo sábado.

Actualización
Como estaba previsto, el sábado 30 de mayo el cohete Falcon 9 partió hacia el espacio, portando la nave Crew Dragon y su tripulación de dos astronautas norteamericanos. Al segundo intento, EE UU ha conseguido disponer de un vehículo propio para llevar astronautas al espacio, sin necesidad de contratar estos viajes en naves de otros países, después de haber dejado fuera de servicio a los transbordadores espaciales en 2011. En tan sólo 8 minutos, la nave alcanzó la órbita inicial. Y se acopló a la Estación Espacial Internacional después de 19 horas del despegue en el Centro Espacial Kennedy, de Florida. Todo un éxito de la astronáutica norteamericana y un triunfo para participación de empresas privadas, como SpaceX, propietaria tanto del cohete como de la nave. Se abre un nuevo capítulo de la aventura espacial. 

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