Fátima Báñez, ministra de Empleo |
Y es que la ministra, puesta a vender la actuación del gobierno
del que es miembro y la política que ella y su equipo han implementado para
supuestamente estimular la economía y crear empleo, con una Reforma
Laboral que ha sido particularmente nefasta para los trabajadores, no puede
decir otra cosa más que maquillar la realidad. Es por ello que no tiene empacho
en insistir en que “la recuperación de España es sólida, sana y social” y que estamos asistiendo a una autentica
“primavera del empleo”. Más que mentir, tergiversa intencionadamente la verdad
y, como los mentirosos, incurre en contradicciones e inexactitudes. Ni el
empleo es de calidad, y la recuperación ni es sólida ni sana ni social. Los
datos del propio Ministerio de Empleo, del que es titular la ministra Báñez,
contradicen el optimismo de sus aseveraciones, demostrando, con el aumento del
número de parados del peor agosto desde 2011 y la pérdida de afiliados a la Seguridad Social ,
que la debilidad del empleo creado con sus reformas en estos años es enorme,
debido a la temporalidad y precariedad del mismo. Y no sólo eso, sino también
que los salarios tampoco son mejores que antes de la crisis.
Nada es de mayor calidad que antes, ni las condiciones
laborales ni los salarios. Y la ministra lo sabe, pero no puede reconocerlo.
Sólo le queda el recurso de mentir para intentar engañar a los que, tal vez no
tengan los conocimientos de la señora ministra, pero disponen del refranero
para describir su actitud. Y es que “se coge antes a un mentiroso que a un
cojo”. Nada más cierto.
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