sábado, 2 de septiembre de 2017

Apenas septiembre

  
El verano comienza su marcha, le queda apenas septiembre para despedirse y dejarnos en el recuerdo los días lentos y largos de calor y siestas, de risas y playas, de holganza y familia, de despreocupación y descanso, de las siempre anheladas y nunca suficientes vacaciones. Va alejándose ya, como un barco en el horizonte, aquel tiempo de tardes eternas que entreteníamos con lecturas reposadas y diálogos con las moscas que nos ayudaban ignorar el sudor y escapar de la luz que nos perseguía tras las cortinas, refugio de las sombras. Septiembre apenas para dejar los sueños y despertar en la cotidianeidad de las jornadas que se suceden sin sobresaltos, de la rutina inalterable de lo establecido de antemano. Días como eslabones de una cadena, todos iguales, que conducen la vida por la ruta segura de lo conocido, de lo previsto. Ya sólo faltan las nubes en el cielo y las nieblas en los campos para que, apenas septiembre avance, el otoño ocupe su lugar en el calendario y en las hojas ocres de los árboles. Sólo queda apenas septiembre para todo, para despertar y volver a empezar.


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