Se cumplen dos años de la creación de Sevilla Report, el periódico digital que impulsara Gregorio Verdugo
en compañía de algunos amigos, entre los que me incluyó más por amistad que por otra cosa. No me uní finalmente a la iniciativa porque
me resultaba excesiva para mis fuerzas, pero no he dejado de seguir con interés
su éxito y sus reportajes. A partir de lo que nos esforzábamos en pulir en blogs y trabajos diversos,
el diario recogió el entusiasmo de sus fundadores para profundizar en
reportajes que abundan en la crítica social y política de Sevilla, desde el
enfoque del compromiso e iluminando las zonas de penumbra de lo que no es
recogido, porque no interesa o no es rentable, por los medios, digamos, “establecidos”.
Con ese propósito, los amigos de Sevilla
Report “patean” diariamente las calles en busca de esos ángulos inéditos
que posibilitan a sus lectores conseguir un conocimiento más completo de lo que
se cuece en esta ciudad acostumbrada a mirar ensimismada su imagen cosmética de
postal turística.
Y como ejemplos de sí mismos ante las nuevas camadas de periodistas sin rumbo que salen cada año de aquella Facultad, vuelven a sus aulas estos intrépidos aventureros de la profesión para demostrar que, con empeño y tesón, haciendo las cosas bien se puede, si no vivir de una ilusión, sí al menos sentir la satisfacción de verla materializada en una realidad palpable y recibir el reconocimiento de los integrados y los apocalípticos, todos compañeros de profesión.
Y como ejemplos de sí mismos ante las nuevas camadas de periodistas sin rumbo que salen cada año de aquella Facultad, vuelven a sus aulas estos intrépidos aventureros de la profesión para demostrar que, con empeño y tesón, haciendo las cosas bien se puede, si no vivir de una ilusión, sí al menos sentir la satisfacción de verla materializada en una realidad palpable y recibir el reconocimiento de los integrados y los apocalípticos, todos compañeros de profesión.
Por todos esos motivos, tanto sentimentales como profesionales, mañana será obligado
asistir con Gregorio, Jesús y Juan José a un nuevo día de clase, pero esta vez
con ellos como profesores, y recibir sus lecciones de amor a una profesión y fidelidad
a un sueño: ser periodistas, contra viento y marea. Allí nos encontraremos, amigos.
1 comentario:
Gracias amigo, siempre andando, sin mirar atrás.
Publicar un comentario