viernes, 9 de agosto de 2019

Memorias de agosto


Agosto trae recuerdos que destilan sensaciones infantiles, de horas eternas de pegajoso silencio, noches insomnes por el sudor y las sombras y de alegrías vacacionales que nos hacían olvidar el colegio y los libros. Los agostos de la vida se acumulan en una mezcolanza de postales que combina vivencias e ilusiones, en la que hechos y recuerdos no son indiferentes y se funden en las memorias del niño, el joven y el adulto. Se rememoran selectivamente, con una confusión de espacios y tiempos, los momentos más gratos que hacen de agosto, de todos los agostos, una aspiración jamás satisfecha de fugaz felicidad terrenal. Porque agosto se desparrama en tantas memorias como gotas en un vaso de agua, todas semejantes y fragmentadas de un sueño inalcanzable, en el que calles vacías y silencios vespertinos repiten imágenes de agostos ya olvidados, enterrados en el polvo del pasado y la nostalgia. Volvemos a los mismos recuerdos de cada agosto para configurar nuestro yo surcado por el tiempo, como diría el filósofo. Memorias de agostos que dulcifican el presente y hacen esperanzador el futuro de la historia que escribimos mientras soñamos.

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