De película de los Hermanos Marx, ha sido el encuentro protagonizado por el candidato a la investidura por el Partido Socialista, Pedro Sánchez, con el presidente del Gobierno en funciones, en su condición de líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, hace unas horas, en las rondas que está celebrando el primero para alcanzar acuerdos en torno a su proyecto de Gobierno. Rajoy, que se negó en dos ocasiones a ser propuesto por el rey para la investidura, reclama ante quien sí se ha ofrecido a intentarlo que debería ser él quien habría de ser investido, por el bien de España, la tranquilidad de los mercados y la integridad territorial del país frente a los deseos de los independentistas. ¡Toma ya! ¡Si eso no es amor propio en un trastorno de la personalidad, que venga Freud a psicoanalizarlo!
De humor absurdo y mal educado es que el visitante quiera
convertirse en anfitrión, tras haber rechazado la oportunidad cuántas veces se
la han propuesto, y se empeñe en señalar cómo organizar la visita, reclamando
toda la vajilla de la casa por tener más amigos que nadie aunque ninguno quiera
tratos con él. Con este argumento y dos huevos duros, los geniales cómicos
hubieran elaborado otra de sus comedias de humor absurdo, añadiéndole al
personaje de Rajoy un puro mientras apoya los pies sobre la mesa, en actitud
prepotente. Aunque esto último ya lo hizo el líder conservador cuando era
ministro de administraciones públicas con Aznar y recibió a la consejera
andaluza, Magdalena Álvarez, que le afeó fumar en una reunión que se suponía
seria. Así era, y es, el señor Rajoy: tan faltón que hasta se permite negar el
saludo al anfitrión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario