Sin embargo, a mí nunca me gustaron los personajes, en
realidad siempre el mismo, que esta actriz encarnaba a la perfección: humildes,
ingenuos, casi pánfilos, pero astutos como el hambre y listos hasta para
hacerse el tonto y conseguir que los demás no se aprovecharan de su aparente bobería.
Mímicas exageradas, guiños al respetable y absurdos movimientos de piernas
caracterizaron la forma de actuar de quien se hizo llamar Lina Morgan,
propinándole un éxito arrollador en obras como La tonta del bote, La
descarriada, La marina te llama, ¡Vaya par de gemelas! y otras.
Ahora que ha muerto, he de reconocer la coherencia de una
actriz que supo exprimir al personaje que podía interpretar con una gran
fidelidad sin que el público se cansara de consumir la misma parodia y las
mismas payasadas, riéndose a mandíbula batiente. También he de reconocer la
capacidad de trabajo y entrega de una mujer que siempre quiso ser actriz y lo
consiguió encasillándose como artista cómico. Sin embargo, a mi no me gustaba
Lina Morgan, no por ella, sino por los personajes que representaba: palurdos
pero listos, analfabetos pero imposibles de engañar, ingenuos pero
desconfiados, pobres pero felices con su miseria. No me gustaba porque sus
personajes extrapolaban una época y una gente que, sin brincos ni gansadas,
tuvieron que aguantar a muchos señoritos que sí se aprovecharon de los
infelices y humildes, condenándolos a la sumisión y la pobreza. Personas
simples que soportaron las estrecheces materiales, las carencias de una clase
social dependiente de la caridad y las migajas de los poderosos y la asfixia de
libertades de una dictadura y una moral autoritarias e intransigentes.
Nunca pude aceptar la resignación como espectáculo y menos aún utilizándose como comedia que banaliza el sufrimiento de los que de verdad son ingenuos, simples y honrados perdedores en la vida. Ello no quita que Lina Morgan se merezca el reconocimiento de su público y el homenaje póstumo de quienes la consideran una gran actriz española, de la que nunca fui fan. Lo siento. Descanse en paz.
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