Hoy, 23 de abril, se celebra, en medio de la obsesión por exhumar sus huesos de entre los restos hallados en una cripta de la Iglesia de las Trinitarias
de Madrid, el aniversario de la muerte del escritor más universal de la lengua
española, don
Miguel de Cervantes
Saavedra.
La Real Academia
Española de
la Lengua
organiza anualmente, desde 1861, actos en conmemoración de esta fecha que
culminan con una misa por el eterno descanso de tan insigne figura de las
letras hispánicas. Nada que objetar de los esfuerzos por recordar a quienes nos
hacen sentir orgullosos de una lengua y una literatura que son de las más
importantes del mundo y fuente de una cultura de la que se nutren y alimentan
una diversidad de pueblos en varios continentes. Centenares de millones de
personas piensan, hablan, escriben, sueñan y se relacionan en español, gracias
a escritores como Cervantes, que crean en ese idioma obras perennes de la
literatura universal.
El profesor, académico y especialista en Cervantes,
Francisco Rico, puntualiza, en el primero de sus
Anales cervantinos que publica el diario
El País, que en realidad
esta fecha es errónea, ya que Cervantes murió un día antes, el 22 de abril de
1616. La equivocación procede de la fecha anotada en el libro de registros de
la parroquia correspondiente, documento que fue rescatado por Blas Nasarre en
1749, en el que consta la fecha del sepelio, no la del fallecimiento.
En cualquier caso, no es cuestión de alterar por un día unos actos
programados para celebrar el 339º aniversario de la muerte de un clásico de la
letras españolas, ni de dejar de remover sus huesos para exponerlos en una
urna, si con todo ello se promueve el conocimiento de un hito de nuestra
cultura y se estimula la lectura de su obra. El auténtico Cervantes está en
los libros, en su producción literaria, que es donde debemos buscarlo si de
verdad queremos conocerlo, comprenderlo y apreciarlo, y no en funerales ni
dentro de urnas de interés turístico. Su Quijote,
La Galatea,
Rinconete y Cortadillo, El coloquio de los perros, El licenciado Vidriera y
tantos otros títulos nos esperan para mostrarnos la genialidad de un escritor, un
clásico de la literatura de todos los tiempos
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