sábado, 6 de septiembre de 2014
Sábados septembrinos
La materia de la que están hechos los sábados septembrinos es blanda, semejante a la masa panadera, que mezcla bien con líquidos para adquirir esa consistencia suave y amarillenta de los días menguantes. En ocasiones, presenta grumos que la endurecen por acción de un calor excesivo que surge a destiempo hasta descomponer el delicado equilibrio de su densidad porosa. Pero, en otras, la abundancia de agua, que brota de las lágrimas o la lluvia, altera la leve humedad que impregna de melancolía un tiempo manso que calma los ímpetus del verano renqueante. Por eso los sábados septembrinos son engañosos como el pan, apropiados para distraer el apetito de paz e intimidad que muchos sienten cuando las nubes amanecen en el horizonte con su mensaje otoñal.
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