Preludio hispánico
Estos días azules y este calorcito otoñal, tan inapropiado, invitan a disfrutar de las horas como si fueran una propina que nos concede un verano que se resiste dejarnos. La luz diáfana resalta la silueta de unos monumentos que contrastan con la inmensidad celeste del cielo y observan su reflejo en las quietas aguas del estanque que los rodea. Enormes torres que se elevan hacia lo alto y estilizadas balaustradas de cerámica de una Plaza de España mil veces contemplada con ojos que mil veces encuentran detalles por descubrir y motivos para extasiarse ante su equilibrada arquitectura e impresionante estética. Es una forma de anticiparse a la conmemoración huera del Día de la Hispanidad, ámbito cultural en el que, sin embargo, nos reconocemos.
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Fotos: Loli Martín |
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