Siempre hay voces que me acompañan, voces que me hablan en silencio, sin articular palabra pero que oigo perfectamente en mi cabeza. Esas voces hablan directamente a mis pensamientos y entablan diálogos con ellos y llegan a influir en las decisiones que tomo. Me ayudan a formar una opinión porque participan de los debates y las reflexiones en los que constantemente ando pensando. Sin embargo, las voces son más nítidas cuando expresan sentimientos y me despiertan emociones, voces que generan estados de ánimo que pueden acabar dibujando una sonrisa o una lágrima en mi rostro. Me susurran lo que puedo escribir si quiero escribir lo que ya está escrito en alguna parte, y me hacen sentir lo que ya he sentido en otras ocasiones y se ha perdido en la memoria. Antes de hablar, me hablan esas voces desde lo más profundo de mi interior para hacerse oír con las palabras que pronuncio. Me invitan a vivir sin miedo, a no quedarnos sentados y en silencio, porque el arma más poderosa que tenemos es la voz, son las palabras, es hablar y comunicar para relacionarnos y convivir. Voces que me recuerdan a cada instante “tú eres voz”, como esta vieja canción de John Farnhan.
viernes, 15 de abril de 2016
Voces
Siempre hay voces que me acompañan, voces que me hablan en silencio, sin articular palabra pero que oigo perfectamente en mi cabeza. Esas voces hablan directamente a mis pensamientos y entablan diálogos con ellos y llegan a influir en las decisiones que tomo. Me ayudan a formar una opinión porque participan de los debates y las reflexiones en los que constantemente ando pensando. Sin embargo, las voces son más nítidas cuando expresan sentimientos y me despiertan emociones, voces que generan estados de ánimo que pueden acabar dibujando una sonrisa o una lágrima en mi rostro. Me susurran lo que puedo escribir si quiero escribir lo que ya está escrito en alguna parte, y me hacen sentir lo que ya he sentido en otras ocasiones y se ha perdido en la memoria. Antes de hablar, me hablan esas voces desde lo más profundo de mi interior para hacerse oír con las palabras que pronuncio. Me invitan a vivir sin miedo, a no quedarnos sentados y en silencio, porque el arma más poderosa que tenemos es la voz, son las palabras, es hablar y comunicar para relacionarnos y convivir. Voces que me recuerdan a cada instante “tú eres voz”, como esta vieja canción de John Farnhan.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario