sábado, 19 de diciembre de 2015
Jornada de tranquilidad
Este año convulso, sacudido de principio a fin por la violencia
terrorista islámica (Charlie Hebdó y discoteca Bataclán, en Francia), pronto va acabar. Bajo
esa amenaza y las secuelas de la crisis económica, ayer se agitaron los últimos pañuelos en los mítines de cierre de
la enésima campaña electoral de España, con las consabidas arengas de los
candidatos invitando al voto. Ha sido una campaña pacífica que ha transcurrido
con la normalidad acostumbrada, salvo el puñetazo propinado a Mariano Rajoy por
parte de un aislado adolescente desquiciado, incapaz de expresarse de forma civilizada.
Hoy, finalmente, callan la propaganda, los mítines y los seudodebates para que
los ciudadanos reflexionen su elección, a pesar de que cada elector ya tiene
decidido quién merecerá su confianza en las urnas, mañana domingo. Entre tanto estruendo
a lo largo del año que agoniza, las notas de un saxofón parecen
provenir de alguien distraído en una esquina del cielo, mientras observa el
paso de la eternidad. De un lugar donde habita la tranquilidad. Frente a la
confusión y la algarabía cotidianas, la música es el refugio del silencio armónico
y la paz de los mansos. La última frontera de los que prefieren el amor al odio. Y en nombre de ese
amor, Grover Washington Jr., justo al final de todo, nos brinda una oportunidad
a la serenidad, la reflexión, la calma. Que pasen buen día.
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