Aprovechar el descanso que brindan los días festivos para estar con la familia y visitar lugares que, a pesar de su belleza, no conocerías jamás porque no están al paso de las principales vías de comunicación, se está convirtiendo es una costumbre rica en experiencias, conocimientos y sentimientos.
Medellín es un pueblito de Badajoz, en la comarca de Vegas
Altas, de poco más de dos mil habitantes, que está rodeado por los ríos
Guadiana y Ortiga. Se halla a los pies de un cerro donde vigila un hermoso Castillo
medieval, con restos de arquitectura califal (arcos de medio punto) y un algibe
almohade. De sus torres se domina toda la comarca de unas tierras llanas y fértiles
que permiten la principal ocupación de sus pobladores: la agricultura.
Como lugar estratégico de la época romana, Medellín -tan
cerca de Mérida- cuenta también con el Puente de Felipe IV, antiguo puente
medieval construido sobre los restos de un puente romano de hace más de 2.000 años, de unos 400 metros de longitud y un total de 28 arcos, y un Teatro romano,
cuyo yacimiento se ha excavado y puesto en valor con visitas guiadas a
visitantes.
Este remoto lugar, quizás por ello tan encantador, fue cuna
de Hernán Cortés, conquistador de México, y de otros exploradores que llevaron
su nombre a las poblaciones que iban construyendo en América, donde existen
otros Medellín en Colombia, México y Argentina. Una estatua de Hernán Cortes
preside la plaza principal de este pueblo abrazado por un río y protegido por
un castillo en tierras extremeñas.
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