sábado, 21 de junio de 2014
Imaginación
La existencia más aburrida puede permitirse el lujo de soñar, de escapar
de las paredes físicas y morales que constriñen su libertad. Justo cuando más
espesa es la atmósfera que nos asfixia, más ansias por respirar agitan nuestro
estado. Por pesadas que sean las cadenas que nos atan a todos los
convencionalismos, mayor es el impulso de la imaginación por librarse de
ataduras y volar hacia paraísos que siempre nos han estado vedados, ocultos
tras nubes de dogmas y represiones. Sólo es cuestión de echarle imaginación,
esa que sólo tú despiertas.
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