sábado, 20 de abril de 2013
Arrebatada de dolor y sin medalla
“¡Ay, cuánto penar para al final perder la medalla!” puede ser la letra de una copla que Isabel Pantoja podría interpretar por los escenarios de toda España, esa que asiste sobrecogida al espectáculo del sufrimiento y calvario de la tonadillera por culpa de un querer. Y es que, además de la sentencia que la condena a prisión (que podrá eludir) y multa de más de un millón de euros por blanqueo de capitales, también puede sufrir la retirada de la Medalla que Andalucía le concedió como hija ilustre de la tierra. Y es que el dinero puede que no sea problema, ya que la cárcel tampoco parece que lo será, pero el rechazo de los tuyos causa una herida en tu prestigio y dignidad que escuece toda la vida. Duele como una puñalá trapera, de esas que pega el amor traicionero e ingrato. Si la mayor gloria de un torero se consigue al morir en la arena, para una folklórica es sufrir las corná de una vida que te marcan el rostro con la expresión del padecimiento más inhumano, hasta que te desmayas de no poder soportarlo. Arrebatada de dolor y sin medalla será, con toda seguridad, un futuro disco de oro en las superventas de coplas. Si no, al tiempo. Y a Julián, que le vayan dando... por cachuli.
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